A finales de enero se cumplió un siglo del nacimiento del aristócrata, actor y escritor José Luis de Vilallonga, fallecido en 2007 a la edad de 87 años y conocido por ser el más reputado de los biógrafos de Juan Carlos I. Su libro 'El Rey' sigue siendo un referente porque las conversaciones con el entonces jefe del Estado fueron revisadas y autorizadas por La Zarzuela.
Es difícil encontrar declaraciones entrecomilladas del Rey emérito sobre su propia vida. Buen ejemplo de ello es el documental ‘Yo, Juan Carlos I, Rey de España’, que TVE mantiene en un cajón desde hace años. Una censura que ninguno de los últimos presidentes del ente público ha querido aclarar.
Don Juan Carlos se encuentra ahora en el ojo del huracán por sus negocios opacos y transferencias millonarias en el extranjero. En 'El Rey', que se publicó en la primavera de 1993, el monarca admitió que su familia pasó apuros económicos en el exilio de Lausana (Suiza) y Estoril (Portugal). "Para nosotros el dinero era un tema constante de preocupaciones", le confiesa a Vilallonga.
"Andaba corto de dinero"
"Antes de ser príncipe de España y de recibir una asignación del Estado, a menudo andaba corto de dinero", reconoce en un momento del libro tras desmentir que su padre, don Juan, y ningún otro miembro de la Familia Real cobraron "ni un duro del Estado español durante todo el tiempo que duró nuestro exilio", si bien a día de hoy se sabe que Franco restituyó a la reina Victoria Eugenia una asignación vitalicia tras la Guerra Civil.
"Se dice que el rey de España es el rey peor pagado de Europa", le plantea Vilallonga. "Creo que es un poco arriesgado simplificar las cosas hasta ese punto", puntualiza de inicio don Juan Carlos. "Si se nos compara con los ingleses, quizá. Pero si es cierto que en España el rey no está demasiado bien pagado, por otro lado muchos de sus gastos corren por cuenta del Estado", añade.
"Quizás los monarcas ingleses estén mejor pagados que nosotros, pero nosotros tenemos un Patrimonio Nacional que corre con muchos gastos, entre otros el mantenimiento de los palacios reales", insiste en este punto.
Sin pensión pública
Después de que su hijo, Felipe VI, le retirase en marzo su asignación anual de los Presupuestos de la Casa del Rey por la polémica de las fundaciones Zagatka y Lucum de las que era beneficiario, Juan Carlos I tendrá que vivir a partir de ahora de sus propios ahorros ya que no tiene derecho a una pensión pública por sus años de servicio al país al no haber cotizado nunca a la Seguridad Social.
Ello se debe a que los miembros de la Familia Real son un caso especial: no son considerados como trabajadores por cuenta propia o ajena, ni tampoco como autónomos, sino que perciben su asignación en 12 pagas mensuales que solo están sujetas al IRPF.
Pese a su jubilación, Felipe VI mantuvo al Rey emérito el sueldo público de casi 200.000 euros brutos anuales a lo largo de 2019 y el primer trimestre de 2020 con el argumento de que los prorrogados Presupuestos Generales del Estado (PGE) de ese año ya estaban en fase de ejecución.
Don Juan Carlos ha tenido desde 2018 una asignación de 194.232 euros brutos anuales, a los que hay deducir el IRPF: el tipo era del 45% para su tramo, el más alto. Dicha cantidad la percibía en 12 mensualidades, a razón de de 16.186 euros brutos al mes, y suponía el 80% de los emolumentos de Felipe VI (242.769 euros brutos).
Antes de que saltase la última crisis en la Casa Real, que llevó a Felipe VI a renunciar a la futura herencia que le pueda dejar su padre, se habló de dejar a don Juan Carlos una asignación vitalicia, aunque de menor cuantía que la actual, a semejanza del estatus que tienen los expresidentes del Gobierno cuando dejan La Moncloa. Pero esa posibilidad saltó por los aires tras conocerse la existencia de las fundaciones Lucum y Zagatka.