En sus comienzos, Podemos buscó un relato que identificara la causa de los problemas de los españoles con el bipartidismo y la “casta”. Esa narrativa resultó esencial para la espectacular irrupción de su partido. Pero hoy, cinco años después, de aquel argumentario quedan las cenizas y las energías mentales del líder de Podemos, Pablo Iglesias, se concentran ahora en buscar un relato exculpatorio en el caso de que haya nuevas elecciones.
Iglesias intenta evitar a toda costa convertirse en el culpable de esa repetición electoral que, por otro lado, algunos en el partido morado empiezan a ver casi inevitable. Los mensajes directos e indirectos que llegan desde el PSOE no son alentadores. El muro que ha erigido Pedro Sánchez parece insuperable. Así que el objetivo, en el caso de un fracaso de las negociaciones, es no aparecer ante la opinión pública como los responsables del bloqueo.
“Todos los socialistas con los que hablamos dicen que no hay manera de que Iglesias entre en el ejecutivo”, sostienen algunos en Podemos. También fuentes consultadas en la formación de Sánchez confirman ese enfoque. Van incluso más allá. Afirman que “Sánchez está decidido” a vetar a Iglesias en el Consejo de Ministros. ¿La razón? Que Iglesias coparía los focos y la atención pública, pudiendo reflotar su partido en un momento de recesión. En el PSOE lo llaman el "efecto Salvini".
Cargos intermedios de "visibilidad"
Para Iglesias el problema es que, aunque sea Sánchez el verdadero responsable del bloqueo, va calando la idea de que él es quien está paralizando todo. Con frustración, los responsables de Podemos culpan al PSOE de filtraciones interesadas a la prensa, con mensajes como que Iglesias exige hasta cinco ministerios para votar a favor de la investidura. Se trata de intoxicaciones, aseguran en Podemos, a la vez que intentan darle la vuelta al relato.
Con la carta publicada ayer en La Vanguardia, el líder de Podemos ha intentado “salvar su imagen”, comentan dirigentes de Podemos. En su misiva, Iglesias afirma que está dispuesto a repensar su plan de gobierno de coalición, pero solo si el Congreso tumba el 23 de julio un primer intento de votación. Busca que la pelota caiga en el tejado de Sánchez, aunque algunos dirigentes consultados creen que se trata de una táctica “previsible”.
Si Sánchez no recapacita, Iglesias tampoco cederá. Miembros del círculo más próximo a Iglesias excluyen el apoyo a la investidura sin nada a cambio como de “suicidio político” para Podemos. De esa manera, los acólitos de Iglesias se abren de facto a un voto en contra en la investidura si Podemos tampoco logra cargos intermedios de “visibilidad”. Esta es, en realidad, la verdadera frontera para apoyar a Sánchez.
Cambio de gobierno a medio mandato
En Podemos también debaten una tercera vía. Se trata de alcanzar un gobierno de coalición con miembros de Podemos en el Consejo de Ministros, pero con la posibilidad de una reconfiguración del Ejecutivo después de un determinado periodo. Esa idea de una reorganización en marcha la habría defendido el propio Iglesias en algunos foros, según afirman personas presentes a esas reuniones.
Mientras, no paran las quinielas sobre los posibles futuros ministros, aunque fuentes oficiales de la formación afirman que solo se trata de especulaciones. Los nombres que circulan entre los miembros de Podemos son los ya adelantados por Vozpópuli, el inspector de Trabajo y Seguridad Social y profesor de la Universidad de Valencia, Héctor Illueca, o Juan López de Uralde, actual portavoz de Equo en el Congreso. A ellos se sumaría el nombre de Joan Coscubiela, histórico dirigentes de la izquierda catalana.
El factor Errejón
Pero más allá de esos nombres, la sensación creciente es que el PSOE no rebajará su plan de gobierno de cooperación, es decir, de Ejecutivo sin ministros morados. “El PSOE está buscando elecciones y está preparando el terreno. Además, juega con la posibilidad de Errejón”, añade otro dirigente morado.
Ex número dos de Podemos trabaja a contra reloj para tener la maquinaria de su nueva formación lista en el caso de nuevas elecciones. Y el propio Sánchez ha alertado a Iglesias en uno de sus encuentros sobre el efecto rompedor que eso tendría para su partido: los sondeos que maneja el PSOE hablan de que Errejón podría robarle hasta la mitad de diputados a Podemos, alrededor de veinte escaños.
Aunque Sánchez proponga ministerios independientes y agite el fantasma de Errejón, otras voces en Podemos aseguran que Iglesias no cederá. Mencionan la “biografía” de Iglesias para referirse a la trayectoria personal de un líder político fundador y principal artífice de la escalada de Podemos, pero que todavía no ha cruzado la puerta del poder del Estado.