Podemos asume la dificultad de una negociación a dos bandas --entre los socios de investidura y Ciudadanos-- para sellar los presupuestos de 2021. Los morados insisten en evitar la muleta de Inés Arrimadas. Pero el diálogo con los independentistas catalanes y vasco tampoco despega. Empieza a asomarse en el horizonte la posibilidad de otra (la tercera) prórroga presupuestaria de las cuentas que redactó Cristóbal Montoro. En el partido de Pablo Iglesias llegan incluso a desear esa posibilidad para que el debate coincida con las elecciones en Cataluña.
“Todo depende de esta semana en Cataluña”, resumen miembros del Gobierno sondeados por Vozpópuli. En estos días, el vicepresidente Iglesias ha impulsado unos encuentros con Bildu y ERC al margen de los oficiales de la vicepresidenta Carmen Calvo y de la ministra de Hacienda María Jesús Montero. Ésta última es la responsable de resolver el embrollo, pero en Podemos admiten las dificultades. “Está complicado por tiempo”, comentan en el entorno de Iglesias.
La ley obliga el Gobierno a presentar a las cortes el borrador presupuestario antes de octubre para cumplir con todos los trámites en tiempo y forma. Sin embargo, para Sánchez queda la posibilidad de aplazar ese proceso. Esto implicaría que las cuentas de 2021 no entren en vigor el 1 de enero, pero el retraso podría no abarcar todo un ejercicio.
El Gobierno, de hecho, puede aplazar parcialmente la tramitación del borrador al Congreso, por ejemplo en octubre o noviembre; activar las comisiones sectoriales y asumir los retoques del caso, para tener sus nuevas cuentas unos meses después, alrededor del primer trimestre del próximo año.
También con respecto a la Unión Europea, las fuentes consultadas apuntan que el Ejecutivo puede enviar el 15 de octubre el equivalente de su "plan presupuestario" (alegando que está en vía de aprobación parlamentaria) para recibir su visto bueno y los fondos de la covid-19.
Miedo de Sánchez a otro resbalón
“Existe esta posibilidad”, reconocen fuentes del Ejecutivo que, por otro lado, aseguran que el texto del presupuesto ya está redactado, y que lo que falta es un acuerdo político con los partidos del Congreso. Sánchez recuerda el resbalón del pasado mes de febrero, que le obligó a convocar las elecciones generales, y esta vez no quiere dar pasos en falso.
En la Moncloa, por otro lado, nadie quiere prescindir del apoyo de Arrimadas sin tener armada una mayoría alternativa. Aun así, han decidido dejar a Iglesias un margen para que busque un acercamiento con ERC y también Bildu.
En cuanto al PNV, los asesores de Sánchez creen que la sintonía es total. “Si Iglesias logra una abstención de ERC y Bildu, o incluso un voto a favor, bienvenido sea”, resumen fuentes conocedoras de estas negociaciones, que remarcan el profundo interés de Sánchez de mantener abierta la puerta de Ciudadanos.
El pasado miércoles, Iglesias se reunió con el portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. Al término del encuentro, las fuentes de Podemos señalaban la “buena disposición al diálogo y la negociación con el Gobierno” tanto de ERC como de Bildu para "mantener la estabilidad de la legislatura". Sin embargo, todos evitaron exceder la mera declaración de intenciones.
Proyecto de nuevo tripartito
En Moncloa saben que Podemos espera que la aprobación de las cuentas se retrase para que coincida con las elecciones en Cataluña. Podemos teme otra caída electoral después de los batacazos en Galicia y el País Vasco, pero confía en alcanzar un nuevo “tripartito” con ERC, el apoyo de la CUP y la abstención del PSC. Esta fórmula enciende las esperanzas de los morados, que creen poder blindar un acuerdo nacional y regional con el partido de Oriol Junqueras.
Es por ello que Iglesias quiere ganar tiempo y esperar la evolución de los acontecimientos en Cataluña. Dependerá de la decisión de Quim Torra ante su inhabilitación y de los movimientos de ERC: asumir la presidencia de la Generalitat, aunque sea por una sentencia de la Justicia, o avanzar hacia nuevas elecciones. Lo más probable, apuntan fuentes gubernamentales, es que se acaben celebrando comicios en enero o febrero de 2021. “Sánchez está a la espera, su decisión la conocen dos o tres personas”, advierten desde el Ejecutivo.
El embrollo local en Cataluña y el temor de Sánchez de dar otro patinazo en los presupuestos suben la cotización de una prórroga parcial de los presupuestos. Y que de ellas surja un nuevo equilibrio tanto en Madrid como en Barcelona, que permita a los de Podemos ocupar los sillones del Gobierno en ambos territorios.