El todavía portavoz parlamentario de Podemos, Íñigo Errejón, ha dejado de ejercer como tal sobre el terreno. Sólo lo hace para la galería, en los rótulos de las televisiones, a la espera de que el anuncio de su relevo sea oficial. Algo que previsiblemente ocurrirá el próximo sábado, cuando se reúna el nuevo Consejo Ciudadano estatal salido de Vistalegre II, donde el equipo de Pablo Iglesias obtuvo el 60% de los puestos frente al 37% que consiguieron los 'errejonistas'.
Errejón se ha quedado sin galones, como demostró la sesión plenaria de este martes en el Congreso, la primaria tras la batalla del cónclave morado. Iglesias y Errejón llegaron juntos al hemiciclo para escenificar la unidad que le pidieron sábado y domingo, voz en grito, las bases del partido. No podían caer en el espectáculo de la acalorada discusión de la semana anterior. Pero la tregua duró poco: tan sólo diez minutos, el tiempo que duró un breve intercambio de palabras y unas miradas al móvil. A las 15.10 horas, Errejón enfiló la escalinata de su bancada hasta la cafetería a la que sólo pueden acceder sus señorías. Un lugar ajeno a los flashes. Y de allí no salió hasta las 15.55 horas, bajó hasta su escaño, desenchufó su cargador, cogió sus trastos y dejó el Pleno.
En ese espacio de tiempo, Iglesias también visitó la cafetería privada, acompañado del diputado Txema Guijarro, a quien le hizo el gesto de que le siguiera de camino a la puerta de este reservado. Eran las 15.33 horas. Guijarro, electo por Valencia y reconocido pablista -estará en el nuevo Consejo Ciudadano-, conoce bien a Errejón desde que ambos compartieran espacio de trabajo en la Fundación Ceps, la que prestó asesoramiento al Gobierno de Venezuela. A las 15:45, Iglesias y Guijarro regresaron a su escaño: 12 minutos, tiempo suficiente.
Luego, Iglesias volvió a subir hasta la cafetería, esta vez, junto a la diputada Irene Montero. Eran las 15:49 horas. Y allí permanecieron hasta después de Errejón abandonara el lugar. El portavoz parlamentario estuvo en la cafetería cuarenta y cinco minutos de la primera hora de Pleno y cuando salió del reservado, lo hizo para recoger su pertenencias del escaño y marcharse hasta su despacho.
Nada de trabajo parlamentario sobre la arena mientras se debatía una proposición de ley para reformar la ley del indulto (PSOE); otra de régimen local (Unidos Podemos-En Comú-En Marea); y una PNL sobre la creación de un polo público bancario. también a iniciativa de la formación morada y sus confluencias.
En cambio, tanto Montero, portavoz adjunta del Grupo Parlamentario, como el diputado Rafael Mayoral, ha sido quienes han estado en contacto con los parlamentarios de las otras formaciones. Por ejemplo, este último ha estado hablando con Margarita Robles (PSOE), Carles Campuzano (Convergència) o incluso con el letrado de la Mesa, acompañado de la vicepresidenta cuarta, Gloria Elizo, de Podemos y también pablista. Errejon ya no controla las negociaciones de Unidos Podemos con el resto de la Cámara. Y se refugia en despacho.
Iglesias y Errejón han mantenido en las últimas horas diferentes conversaciones para estudiar cuál será su ubicación en el nuevo Podemos, tanto a nivel parlamentario como a nivel orgánico, es decir, qué papel tendrá en la nueva Ejecutiva (entre 10 y 20 puestos) que votará el Consejo Ciudadano en su primera reunión. Como avanzó Iglesias en la campaña de Vistalegre, Errejón, hasta ahora secretario, tampoco tendrá un papel tan relevante como hasta ahora en el organigrama. En cambio, ganarán peso la jefa de gabinete del secretario general, Irene Montero y el diputado Mayoral. Por su parte, el secretario de Organización, Pablo Echenique, seguirá desempeñando una función de alta responsabilidad en el aparato.
