Quim Torra insiste en que el derecho de autodeterminación de Cataluña será el tema «principal y prioritario» de la reunión que mantendrá este lunes 9 de julio en La Moncloa con Pedro Sánchez; y no solo eso, también quiere dialogar con el presidente del Gobierno sobre los presos del PDCat y ERC, ahora ya en cárceles catalanas, y sobre la "presencia" del franquismo en la vida civil española.
Ese es el orden del día que la consejera portavoz de la Generalitat, Elsa Artadi ha trasladado a la ministra de política territorial, Meritxell Batet, que este miércoles comparece por la mañana en el Congreso a explicar la política de su departamento y lo primero que tendrá que atender es el ultimátum del portavoz de ERC, Joan Tardá, para que el Ejecutivo dialogue sobre autodeterminación.
Si no lo hace, el Gobierno podría perder, por la tarde, la votación en el Pleno del Congreso del nuevo Consejo de RTVE incluido su presidente, Tomás Fernando Flores. Y eso sí que sería el primer gran fracaso de la era Sánchez. "Un mal comienzo", en palabras de muchos en el Grupo Socialista.
Así que el panorama es para el PSOE de todo menos tranquilizador. Por más que el Ejecutivo se prodiga en gestos de distensión -traslado de los presos a cárceles catalanas, no recurrir el nombramiento como delegada de la Generalitat ante la UE de la fugada Meritxell Serret ni la concesión de privilegios a Carles Puigdemont tales que asistentes, coche oficial, chófer y escoltas- la respuesta no puede ser más desabrida; sobre todo por parte del PDCat, menos de ERC.
Carmen Calvo dejó claro en el Congreso los límites del diálogo este lunes en La Moncloa: "la autodeterminación no existe en ninguna constitución del mundo"
Porque Tardá matizó este martes que ERC votará sí a la renovación del Consejo de RTVE si la ministra Batet confirma este jueves que "en el orden del día" de la cita en La Moncloa con el presidente del Gobierno figura también el referéndum, aunque solo sea para hablar de ello como solución a largo plazo.
El problema es que La Moncloa sabe que esa es una línea roja que no puede pasar y su vicepresidenta, Carmen Calvo, dejó claro este miércoles en su comparecencia en comisión que el Ejecutivo está dispuesto a establecer un diálogo "abierto", "franco", "democrático" y "sin cortapisas" con el Govern de Cataluña; pero exige "respeto compartido".
Calvo ha explicado que sin cortapisas significa "hablar con libertad" y, en ese sentido, ha garantizado que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, es libre de hablar con Sánchez, de lo que "considere oportuno", incluido el referéndum, aunque el "derecho a la autodeterminación no existe en ninguna constitución de ninguna democracia" y no va a ser reconocido nunca.