El repunte en las encuestas del candidato al 21D de JxCat, Carles Puigdemont, 'amenazador' para el favoristimo de ERC, parece haber alumbrado una nueva estrategia entre los republicanos en la pugna por el liderazgo de la causa soberanista: la fórmula de un govern en el exilio y otro, "fuerte y legítimo", en Barcelona.
"Todos sabemos que si Puigdemont y los consellers que están en Bruselas ponen los pies en Cataluña serán llevados inmediatamente a prisión y no podrán salir de ella durante mucho tiempo, ya que no podrán convencer fácilmente al juez de que no hay riesgo de fuga", aseguraba ayer en un mítin en Girona el exconseller de Justicia y número cinco de la lista de ERC, Carles Mundó.
La idea ya había comenzado a ser delineada hace unos días por la secretaria general de ERC y tambaleante sustituta de Junqueras, Marta Rovira, quien apuntaba a formar un 'Ejecutivo interior' en Barcelona que pueda luchar "contra el 155" sin dejar de reconocer la legitimidad del "govern en el exilio". Una idea, sin embargo, que no ha 'colado' en el discurso de Puigdemont, quien ayer se autoproclamaba desde Bruselas como el "voto útil" del independentismo y el líder de la formación (JxCat) que "más representa a los votantes del 1-O", evidenciando una lucha por el protagonismo con ERC que Mundó evitaría atenuar.
"Es imprescindible tener un govern fuerte en Cataluña y hoy quien tiene la máxima legitimidad para encabezarlo es Oriol Junqueras", remarcaba el hombre de Esquerra. "Junqueras es quien encabeza la lista que tiene opciones reales de ganar estas elecciones, y por esto lo mantienen en prisión, porque les da miedo que salga, que se explique ante la gente, pero si ganamos, es evidente que saldrá de la cárcel y podrá tomar el acta de diputado y ejercer todas las responsabilidades" del 'ejecutivo independentista'.
Unas responsabilidades que, según insistía el exconseller de Justicia, Puigdemont no podrá ejercer porque "no podrá convencer fácilmente al juez" de que no vaya a fugarse de nuevo y evitar así la prisión, a diferencia de Junqueras, que no se ha fugado.