La 'desescalada' en la Comunidad de Madrid ha vuelto a enfrentar a la coalición de Gobierno entre PP y Ciudadanos. La batalla entra la presidenta Isabel Díaz Ayuso y el vicepresidente Ignacio Aguado no es solo por el momento del desconfinamiento, que también, sino sobre todo por la presión que está ejerciendo Ciudadanos para pactar con el PSOE madrileño, que lidera Ángel Gabilondo, algunas medidas económicas y sociales para afrontar la crisis económica del coronavirus. El PP recela de esos llamamientos al acuerdo con Gabilondo porque no termina de fiarse de su socio.
El Ejecutivo regional ha solicitado formalmente este miércoles al Ministerio de Sanidad avanzar a la llamada fase uno de la desescalada a partir del lunes 11 de mayo. El partido naranja presume de haber ganado el pulso a Ayuso, reacia en un primer momento a iniciar tan pronto las medidas de alivio y recuperación de la actividad en el territorio más castigado por la covid-19 en España. Unas 8.500 personas han fallecido en la región a causa del virus, lo que supone un 32,7% de los casi 26.000 muertos.
Sanidad evaluará en los próximos días si Madrid cumple determinados parámetros para iniciar la salida progresiva del confinamiento. La fase uno, según el plan del Gobierno central, permite la reapertura de la hostelería bajo determinadas condiciones, reuniones de hasta 10 personas y una cierta movilidad por la provincia.
Ayuso se ausenta del Consejo de Gobierno
La Comunidad ha acordado la solicitud después de un tenso Consejo de Gobierno, celebrado en dos sesiones. La reunión de la mañana se ha interrumpido por la salida de Ayuso, que ha salido para asistir a un minuto de silencio en Móstoles al filo del mediodía. La situación ha molestado a Ciudadanos. "No había nada más importante que estudiar la 'desescalada' y la decisión no se podía adoptar sin la presidenta, ", dicen fuentes del partido naranja.
El Consejo de Gobierno ha vuelto a reunirse por la tarde. Y finalmente se ha acordado esta solicitud. Aguado llevaba varios días anunciando que Madrid estaba preparada. Ayuso, por su parte, no lo veía tan claro. Y Ciudadanos ha presumido de esta "victoria" sobre su socio de Gobierno.
La relación entre PP y Ciudadanos en la Comunidad de Madrid no ha sido sencilla desde el comienzo. Pero la emergencia sanitaria del coronavirus ha agravado la tensión entre los dos partidos. Ambos se acusan de "deslealtad". Y se echan en cara errores en la gestión de las residencias o anunciar medidas sin consultarlas con la otra parte. El equipo de Aguado achaca estos problemas a la figura de Miguel Ángel Rodríguez, director de Gabinete de la presidenta desde mediados de enero.
"Las relaciones entre Aguado y Ayuso no son malas en contra de lo que se cree", dicen fuentes del Gobierno. "Pero la llegada de Miguel Ángel Rodríguez ha cambiado un poco todo".
Sumar o no al PSOE
El pulso por la 'desescalada' se ha producido en momento especialmente crítico de las relaciones entre los socios de Gobierno. Aguado ha mantenido conversaciones con el líder del PSOE de Madrid, Ángel Gabilondo. Ciudadanos quiere sumar al PSOE a un pacto reconstrucción. Ayuso y el PP de Madrid rechazan ese acuerdo y recelan de las maniobras de Aguado con el líder socialista. PP y Ciudadanos no suman la mayoría de la Asamblea madrileña y dependen del apoyo parlamentario de Vox.
El entorno del vicepresidente madrileño asegura que seguirá insistiendo en el acuerdo con el PSOE. No solo por el pacto que ha alcanzado su partido a nivel nacional con Pedro Sánchez, sino porque asegura que ese espíritu es el mismo que defienden otros presidentes regionales y alcaldes del PP que gobiernan con Ciudadanos. Y se cita como ejemplo al alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almedia; o los presidentes de Andalucía y Castilla y León, Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco.
"El no de Ayuso al pacto es sinónimo de arrogancia, sectarismo y prepotencia", dicen fuentes del Ejecutivo. "Además, va en la dirección contraria a la iniciativa tomada por Almeida, Mañueco o Moreno".