El Gobierno central y el de la Comunidad de Madrid libran su primer pulso apenas un día después de poner en marcha la mesa de coordinación para frenar el coronavirus. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, considera que el Ejecutivo autonómico debe retroceder a las llamadas fases de la desescalada en algunas de las áreas más afectadas. Pero Madrid cree que las fases son un escenario del pasado.
Los trabajos entre los distintos grupos creados en la reunión entre Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso han iniciado este martes sus trabajos. No se han adoptado medidas concretas, ni de seguridad ni sanitarias. Y los encuentros se han centrado en fijar una metodología y una periodicidad de los encuentros. La Policía, tal y como informa Vozpópuli, ha lamentado la inseguridad que crea esta falta de claridad sobre su despliegue.
Ayuso ha decretado hasta el momento el cierre de 37 áreas sanitarias de Madrid, que afecta a seis distritos de la capital y 11 municipios de la región. Un millón de personas en total. Pero la Comunidad tiene previsto ampliar el número de áreas sanitarias sujetas a restricciones de movilidad en las próximas horas. Madrid sigue liderando los nuevos contagios, según las cifras que facilita cada día el Ministerio de Sanidad. España ha registrado 241 fallecidos por covid-19 en las últimas 24 horas, la peor cifra desde el 12 de mayo.
Pulso por las 'fases'
La sensación no es buena ni a un lado ni a otro. Pero las partes piden un mínimo respiro para engrasar la maquinaria de los equipos. Fuentes conocedoras de estos primeros contactos hablan de una gestión "desordenada" por ambas partes.
El primer pulso entre ambas Administraciones es el retroceso de algunas zonas con mayor incidencia del virus a la fase 2. La Comunidad de Madrid se rige actualmente por la llamada nueva normalidad, que se va modificando puntualmente con los decretos que se adoptan en función del avance de la pandemia.
Illa ha explicado que sería bueno recuperar el horizonte de las fases. Y ha recordado que algunas comunidades han recurrido a ellas para frenar los rebrotes. Aragón por ejemplo devolvió a la ciudad de Zaragoza a la fase dos durante algunas semanas. También lo hizo Castilla y León en algunos municipios. La restricción más importante de la cuatro fases de la desescalada es la prohibición de salir de la provincia, la comarca o el municipio afectado.
Las comunidades autónomas carecen de las competencias para limitar un derecho como al libertad de circulación. Pero pueden bien pedir una autorización judicial, bien hacer una recomendación general a la población. La opción más contundente es solicitar la declaración del estado de alarma. Ayuso ha descartado de momento esa posibilidad.
El Fernando Simón de Madrid
El Gobierno autonómico prefiere no oír hablar de fases. Y cree que Salud Pública es quién debe ir adoptando medidas en coordinación con el Ejecutivo y los expertos. "Hace tiempo que se eliminaron las fases", reconocen fuentes del Gobierno madrileño. "Pero es algo que tendrá que discutirse en las mesas y desde luego actuar de forma coordinada".
Otra de las tareas pendientes de este mando único nacional-autonómico es el nombramiento de un portavoz técnico. Será un experto que al igual que hace Fernando Simón a nivel nacional se encargará de informar a la sociedad madrileña. Las dos partes barajan varios perfiles, pero la consejería de Sanidad y el Ministerio de Sanidad todavía no se han puesto de acuerdo.