Margarita Robles está muy molesta por la forma en que unas declaraciones suyas en las que no hace sangre con la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, han sido interpretadas por el sector del PSOE que quiere enterrar para siempre a Pedro Sánchez. “Yo sigo estando con él si se presenta como candidato, no tengo ninguna duda”, asegura.
La presidenta de la Comisión de Justicia explica que no puede apostar por Susana Díaz porque no la conoce
La polémica, utilizada por quienes quieren acentuar el aislamiento del exsecretario general, tiene su origen en una entrevista concedida por la magistrada en excedencia y presidenta de la Comisión de Justicia del Congreso a la revista Vanity Fair con este titular: “creo en Susana Díaz”. En su interior, Margarita Robles deja clara su afinidad con Sánchez, no en vano la fichó para su lista por Madrid, al tiempo que añade que está al lado de cualquier persona “que quiera hacer un partido socialista unido, moderno y transformador de la sociedad”. Y abunda: “Creo que Pedro puede y estoy convencida de que Susana Díaz quiere hacer lo mismo”.
Robles explica que no deben manipularse estas reflexiones, entre otras razones porque su respaldo a Sánchez “sigue fuera de toda duda” y porque ella no conoce personalmente a la presidenta andaluza como para opinar sobre sus planes y su capacidad política.
Un rosario de traiciones
Este barullo coincide con el rosario de traiciones que ha sufrido en propia carne el exlíder socialista desde que dejó en octubre su cargo en Ferraz. Las que más le han dolido son tres: la del todavía portavoz parlamentario, Antonio Hernando, la de la responsable de la federación vasca, Idoia Mendia, y la del exsecretario de Organización del partido César Luena. Según fuentes cercanas, todavía no ha conseguido digerirlas, pues en los tres casos fueron personas que formaron parte de su núcleo de máxima confianza durante el tiempo que Sánchez ejerció como secretario general.
Robles forma parte de los 15 diputados del PSOE que no respetaron la disciplina de voto durante la investidura de Mariano Rajoy y evitaron abstenerse en la sesión plenaria. Todos ellos han sido sancionados, después recurrieron la multa de 600 euros y el comité permanente del grupo parlamentario ha optado por rechazar este recurso.
Las tres traiciones que más duelen a Pedro Sánchez: Antonio Hernando, Idoia Mendia y César Luena
La mayoría de estos diputados se sienten colocados en la diana por la gestora que preside Javier Fernández y maneja a distancia Susana Díaz. En el caso concreto de Margarita Robles, ha sido una de las que más presiones han sufrido para que abandone el escaño, pues el objetivo último de la dirección del grupo era situar en su puesto a José Enrique Serrano, exjefe de Gabinete de Felipe González, de José Luis Rodríguez Zapatero y auténtico factótum de Alfredo Pérez Rubalcaba. Pedro Sánchez también confió en él al principio y le situó como uno de sus principales asesores para la reforma constitucional que tenía intención de promover con urgencia si formaba Gobierno.