José Luis Martínez-Almeida (1975) es el portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid desde abril de 2017, cuando sustituyó a Esperanza Aguirre al frente del grupo en el Consistorio. Licenciado en Derecho por la Universidad de Comillas, abogado del Estado, combativo, correoso, buen polemista, de verbo fácil y profundo conocedor de cada centímetro del asfalto de la ciudad en la que nació. Está en todas las quinielas como candidato para encabezar las listas municipales del próximo mayo. "Es el verdadero contrapeso a Carmena", acaba de señalar Teo García, el 'número dos' del partido.
Frenética actividad en la oficina de los populares del Consistorio. Ante el viejo portalón del edificio municipal desfilan las carrozas por la Calle Mayor, tras una ceremonia de presentación de cartas credenciales en el Palacio Real. Al contrario que las fastuosas berlinas, de paso lento y venerable, Martínez-Almeida se mueve con pasmosa celeridad, atiende el móvil, habla con su equipo, da instrucciones. Madrid no puede esperar.
-¿El hecho de que Carmena haya anunciado ya, con tanta antelación, que se presenta de nuevo a la alcaldía, mete presión al PP, donde este proceso va más lento?
-No nos mete presión, ni nos inquieta. Siempre hemos dicho que ella iba a faltar a su palabra y a su compromiso y que se iba a acabar presentado. No es asunto que nos condicione. Cuando un partido es la fuerza más votada, y el PP lo es desde hace treinta años, conviene sólo mirar hacia adelante, a nuestro proyecto y no andar pendiente de lo que hacen otros..
-En Madrid, en contra de lo que ocurre en otras comunidades, el PP no tiene candidatos y ni siquiera una idea clara de quiénes van a serlo…
-Sabemos que se van a designar antes de la convención de diciembre y, posiblemente, ya se sabrán en octubre o noviembre. Al conocer los plazos, ya no hay runrún, quizás hay rumores en los medios, que no pueden afectar al trabajo, en especial a los que estamos en las instituciones, como Ángel Garrido, en la presidencia de la Comunidad, o yo mismo como portavoz en el Ayuntamiento. Nosotros estamos centrados en lo nuestro, que es trabajar para los madrileños.
-¿Cómo piensa que le afectará al PP el hecho de que Carmena se presente con una agrupación de electores al margen de su partido? ¿A ustedes les beneficia? Ese paso evidencia que la alcaldesa no cree en su partido, ni en sus siglas.
-Eso es un mensaje negativo de su gestión. Si te apartas de los que han estado contigo hasta ahora, es que no has tenido a los mejores. Carmena tiene un problema y es que se engaña a sí misma. Cuando dice que se vuelve a presentar porque se lo ha pedido un chico en el Mercadona, bueno, yo no digo que no sea cierto. Pero sí creo que debería haberle preguntado al resto de la gente en el súper, y a lo mejor hubiera decidido no presentarse.
-Da la sensación de que Carmena está blindada a las críticas, ajena a los errores, que está por encima del bien y del mal…
-Representa un perfil amable, apela permanentemente al diálogo y al consenso. Esa es la imagen que se ha esforzado en trasladar. “Yo soy buena pero mis concejales son malos”. Eso no lo puedes mantener cuatro años cuando la ciudad tiene enormes problemas. La gente al final piensa, sí, claro que esos son malos, pero ¿quién les ha puesto en la lista? No va a poder engañar más a los madrileños cuando se presente ahora de nuevo, porque los madrileños le van a decir, “sí, eres muy simpática pero la responsable eres tú”.
-¿A quién le perjudica ese amago del PSOE de ofrecerle a Carmena que encabezara su lista a la alcaldía?
-Sobre todo le perjudica a los socialistas, porque se diluyen. Aquí en Madrid va a haber dos bloques. Uno de centroderecha liderado por el PP y otro de izquierdas liderado por Carmena. Que Carmena desangre al PSOE no es nuestro problema.
-¿La renuncia de Soraya Sáenz de Santamaría ha supuesto un alivio para el PP de Madrid? Había recelos y comentarios de todo tipo.
-Hay que lamentar que Soraya deje la política porque ha sido un gran activo para el PP y ha prestado grandes servicios a España. Perder capital humano como el de Soraya Sáenz de Santamaría es una pérdida para todos. Al final elegiremos al mejor candidato o candidata, porque tenemos una prioridad que es recuperar la ciudad de Madrid. Para ese objetivo, ninguno podemos poner nuestras ambiciones personales por encima del interés no ya del PP sino de los madrileños. Que se haya retirado Soraya no es un alivio, desde luego. Nadie duda de que habría sido una buena candidata, pero estoy seguro de que el presentemos será el mejor candidato posible.
-¿El mejor candidato sería usted?
-Siempre he dicho que para mí sería un honor ser designado. Llevo aquí tres años en el Ayuntamiento y año y medio como portavoz desde la dimisión de Esperanza Aguirre. No sé si soy el mejor, pero sí estoy seguro de que si soy nominado haré todo lo posible para que la alcaldía de Madrid, vuelva al PP.
-Llegado el caso, ¿a quién le gustaría tener de tándem como candidato en la Comunidad de Madrid? ¿Garrido está bien? ¿Una mujer quizás?
-Yo querría a quien pueda ganar. En el PP no somos de cuota, no estamos en esa, yo pondría al mejor o a la mejor, y esta decisión se ha de tomar con frialdad, situando los intereses de Madrid por encima de otros intereses.
-De ser alcalde, ¿qué medidas tomaría en sus primeros cien días?
-Si el PP recupera la alcaldía, en sus primeros cien días habría que abordar los problemas concretos que tiene la ciudad. Fundamentalmente la movilidad, la limpieza e iniciar la rebaja fiscal que es una seña de identidad del PP. No puede ser que un ayuntamiento con un superávit de mil millones de euros haya incrementado la presión fiscal de los madrileños en 347 millones de euros en los últimos tres años. Es cierto que los madrileños vieron cómo durante la crisis se subía el IBI con un Gobierno del PP. Es hora de devolverles el esfuerzo que hicieron. Cuando volvamos al Ayuntamiento seremos mejores gobernantes. Suelo decir que pasar por la oposición no es malo, siempre que sólo sean cuatro años, claro.
-¿Retocar la movilidad es repensar la Gran Vía?
-Es repensar la Gran Vía y todo el distrito Centro. Ellos no lo han hecho, no han planteado ningún modelo, sólo agitan banderas electorales. El distrito centro tiene más población fija que 23 capitales de provincia de España. Es decir, Carmena pretende cerrar al tráfico, total y absolutamente, a una población de 23 capitales. Eso no es un modelo pensado y meditado, eso es una medida electoralista. Nosotros retocaremos ese modelo, por ejemplo, dejando circular por determinados ejes principales. ¿Tiene sentido que yo, sin necesidad de aparcar y en un área de cinco kilómetros cuadrados en el centro de Madrid, tenga que dar con antelación la matrícula para recoger a un familiar y llevarlo al hospital porque ha surgido un problema? Es un área demasiado amplia. Hay que ofrecer alternativas. El vehículo privado no es un bien de lujo, la gente lo necesita. Si hay que hacer cambios en la movilidad no puede hacerse a corto plazo y a capón. Estacionamientos disuasorios, o cuidar la EMT que ha bajado la puntualidad, porque hay más atascos y no se han previsto alternativas. No puedes cerrar la Gran Vía y pretender que no pase nada.
-Ahora viene otra fase de procesos judiciales, de escándalos pendientes como Lezo, Gürtel, Púnica. En puertas de unas elecciones, ¿cómo lo afronta el PP de Madrid, tan sacudido tiempo atrás por la corrupción?
-Tenemos que plantearlo en dos escenarios. El primero, no rehuir el debate de la corrupción sobre los casos que hemos tenido en el PP de Madrid y en el Gobierno. Dar la cara y decirle a los ciudadanos que asumimos nuestros errores, que pedimos perdón y transmitir que estamos poniendo medidas en marcha. No refugiarse en el ‘y tú más’, eso no lo entenderían los ciudadanos, tenemos que acudir al ‘¿y tú qué?’, es decir, todos deberían aplicarse los mismos parámetros que nos exigen a nosotros. Por cierto Manuela Carmena tiene tres concejales imputados. Y luego el segundo escenario, el debate de las ideas. Nuestros rivales nos quieren arrinconar en el tema de la corrupción y yo quiero llevarles al debate de las políticas y de los proyectos. Quiero llevarles a Ciudadanos, PSOE y Podemos a que expliquen si están de acuerdo con la educación concertada, con la libertad de elección de médicos, con haber construido 200 kilómetros de Metro, con tener la mejor red de servicios sociales, la creación del Samur, ahí quiero debatir con ellos.
Casado y el Supremo
-¿Qué ocurrirá en el supuesto de que Casado sea citado a declarar como investigado ante el Supremo?
-Tengo confianza en que el Supremo archive esta cuestión y que la sala de Admisión no lo admita a trámite. En mi condición de jurista y sin criticar la instrucción que ha hecho la jueza, yo discrepo abiertamente de la calificación que está dando a los hechos. Creo que el señor Casado todavía no ha tenido derecho a explicarse delante de los tribunales. Se ha explicado ante 60 periodistas con los que estuvo encerrado varias horas, ha sufrido un juicio público, por cierto que siempre ha mantenido la misma versión y todavía nadie ha sido capaz de acreditar que Casado haya mentido. Que Carmen Montón mintió, Casado y el Supremo se acreditó rapidísimo. Pedro Sánchez con su tesis está en la cuerda floja porque puede que haya mentido. Pues si le cita le Supremo, al fin podrá dar su versión en sede judicial para explicarse. Yo creo que no debe irse.
-¿No se arriesgó mucho el PP a la hora de elegirlo, sabiendo ya lo que se sabía?
-Entiendo que la gente piense que pudo haber un riesgo al elegirlo. En el PP todos teníamos confianza en las explicaciones de Pablo Casado. Hizo un proyecto que ilusionó a afiliados y compromisarios, nos sedujo, yo lo dije, que iba a votarle, sabía su situación, pero creo en sus explicaciones y creo que no corremos ese riesgo.
-¿Y si ocurriera? ¿Cómo elegirían un sucesor?
-Creo que no vamos a tener que elegir un sucesor. Como creo que no lo vamos a tener que elegir no me planteo esa hipótesis.
-¿No es un hándicap a medio plazo la situación de Casado? Rivera vuelve a sacar cabeza, se llevó el gato al agua en el Congreso cuando se estrenaba el líder de la oposición.
-La política no es un reality show. Se trata de ofrecer una línea coherente, de proyectos. No que un día dices que no hay que quitar lazos amarillos y al día siguiente vas a hacerte la foto. No me preocupa que Rivera saque pecho un día en ese reality que está protagonizando y que tenga sus quince minutos de gloria con una actuación oportunista. Se lo podemos conceder. Me preocupa que el PP establezca una línea clara, coherente, reconocible sin bandazos, en el que no vamos a decir un día una cosa y otro, otra.
-La marca PP está deteriorada. ¿Puede recuperar el PP a los abstencionistas o a los ‘desertores’ que se fueron hacia Ciudadanos?
-Tenemos la capacidad de movilizar a nuestros abstencionistas que se han ido a Cs, porque buena parte se ha ido porque decía que estaba enfadada con nosotros. Si volvemos a nuestras señas de identidad, aquí en Madrid recuperaremos tanto a los abstencionistas como a muchos de los que se fueron a Ciudadanos.