Teresa Ribera salió bien parada de la Cumbre del Clima de diciembre. No es que los acuerdos alcanzados en la 25ª Conferencia de las Partes, conocida como COP 25, fuesen el no va más en la lucha contra el cambio climático.
La reunión terminó con el récord de ser la más larga de la historia y con un pacto insatisfactorio y endeble para los organizadores, ya que no se logró sacar adelante uno de los puntos principales en la agenda: el que debía desarrollar los futuros mercados de carbono para la compraventa de emisiones de CO2. A ella le dejó "un sabor de boca agridulce".
Pero la ministra de Transición Ecológica se colgó una medalla a ojos de un Gobierno en funciones y de un Pedro Sánchez en busca de investidura. Ribera cogió al vuelo el testigo deslizado por el Chile. Sacudido por las protestas, el Ejecutivo de Sebastián Piñera no podía ofrecer la seguridad que un evento de tal envergadura requería.
El tándem Sánchez-Ribera vio un filón para anotarse un tanto en materia de "emergencia climática" y ejerció de anfitrión de un evento mundial con la activista Greta Thunberg como 'cabeza de cartel'
El tándem Sánchez-Ribera vio un filón en la "emergencia climática" y ejerció de anfitrión de un evento mundial con decenas de mandatarios y la activista Greta Thunberg como cabeza de cartel. La Cumbre del Clima sirvió para poner en el mapa al Gobierno de España en la era post-Rajoy. También para aumentar el peso de la ministra en el Consejo.
Un mes después, en enero, Sánchez le otorgó la cuarta -e imprevista- vicepresidencia. Unidas Podemos, socio de coalición de gobierno, tampoco lo sabía. El dirigente socialista sumó a las responsabilidades de la política madrileña el otro tema de moda en las últimas campañas electorales: el reto demográfico.
Apartada del comité de desescalada
Pero la crisis sanitaria y económica que sacude al país a causa del coronavirus ha puesto en jaque a la ministra de Transición Ecológica. En cuestión de cinco meses, la estrella de la COP25 se ha apagado con la gestión de la pandemia.
Entre medias, varios encontronazos con el ya ex presidente de Red Eléctrica de España (REE), Jordi Sevilla. "Es un señor al que conocemos todos, con una gran capacidad expansiva en términos de comunicación, y si no se siente cómodo en el contexto que dice, de las referencias externas del contexto regulatorio, quizá es comprensible que se vaya", comentó sobre el exministro de José Luis Rodríguez Zapatero.
Ribera fue elegida para coordinar el comité de desescalada hacia la bautizada como "nueva normalidad", es decir, la realidad después del encierro. Pero la falta de un itinerario concreto de fechas y propuestas de salida después de dos meses de reclusión forzosa de la población para frenar el avance del coronavirus obligó a Pedro Sánchez a apartarla y dirigir él mismo el comité de desescalada.
Tal y como publicó Vozpópuli, La Moncloa evitó anunciar el relevo, pero es lo que hizo de facto. A partir de entonces, tampoco han beneficiado a su imagen algunas de sus intervenciones en medios de comunicación y redes sociales. En la línea del "si no se siente cómodo, que se vaya" que le dedicó a Jordi Sevilla, Ribera se dirigió así a los hosteleros ante sus dudas con el plan de 'desescalada': "El que no se sienta cómodo, que no abra".
"Le tengo que decir a la ministra que es lo que van hacer los hosteleros, casi estoy de acuerdo con ella. Es lamentable e impresentable que no sean capaces de revisar sus decisiones, salvaguardando todo el tema sanitario, para salvar empresas. La sensibilidad esta señora se la ha dejado en casa", afeó el presidente de Hostelería de España, José Luis Yzuel. Ribera se disculpó y dijo que habían sacado la frase de contexto.
Entrevista en 'El País': "Portugal está un poco más al oeste"
Después vino la entrevista en El País. Preguntada por los datos de contagios y muertes por covid-19 de Portugal, infinítamente mejores que los de España, la vicepresidenta cuarta respondió que "Portugal paró antes. Venía del este (el coronavirus) y ellos están un poco más al oeste y entonces pudieron parar un poco antes". La lluvia de críticas no se hizo esperar: por esa regla de tres, España podía haberse mirado en el espejo de Italia.
"Allí ha habido un comportamiento por parte del conjunto de la sociedad y por parte de las fuerzas políticas mucho más compacto, de ayudarse", considera Ribera con respecto al vecino Portugal. Preguntada sobre si el gran error de España fue no decretar el estado de alarma una semana antes, Ribera tira del mantra del 'capitán a posteriori':
"Es mucho más fácil a posteriori. A posteriori todos nos preguntamos por qué el 31 de diciembre, cuando se oían determinadas cosas de China, nosotros nos creímos tan por encima del bien y del mal para pensar que esto no iba a llegar aquí".
Incendio en Twitter: "Reconforta ver La Castellana llena de bicis"
Acusada de no hacer autocrítica ante las más de 26.000 personas fallecidas por covid-19, 223.000 contagiadas y la falta de material de protección para los sanitarios que han hecho frente a la pandemia, Ribera terminó de incendiar al personal con un tuit repleto de simpáticos iconos en pleno estado de alarma sobre lo que le "reconforta ver La Castellana llena de bicis y sus bulevares de ciudadanos caminando, corriendo o paseando al perro".
Reconforta ver La Castellana llena de bicis?♀️?♂️ y sus bulevares de ciudadanos caminando,?♂️?♀️ corriendo ?♀️?♂️o paseando al perro ??
— Teresa Ribera ? (@Teresaribera) May 5, 2020
"Es reconfortante: 25.000 fallecidos, miles de enfermos, parados, la economía por los suelos, 3 millones de madrileños encerrados en casa 23 horas al día desde hace dos meses. Es maravilloso... Por favor, no sea ridícula y piense lo que sucede frente a la concesión de salir a pasear una hora. Familias que llevan sin tener ingresos dos meses y lo están pasando muy mal. Gente al borde de una depresión. Por favor, no frivolice y empatice un poquito con ellos. Gracias", le rogó Elena Postigo, profesora de Bioética y Antropología de la Universidad Francisco de Vitoria.
"Ministra, ¡Esto no ha acabado! Qué manera tan disparatada de quitar gravedad a la situación. Si lo banalizan, la sociedad pensara realmente que esto ha acabado y aún queda mucho por delante. ¡Responsabilidad!", respondió un especialista en Salud Mental y experto en Gestión de Servicios Sanitarios.
"He respetado escrupulosamente las normas establecidas por el Gobierno. Lo hago por responsabilidad como ciudadana ante la grave crisis sanitaria y económica y tengo que leer esto de una vicepresidenta de un Gobierno que, en cambio, no ha pedido disculpas por los errores cometidos", espetó Ana Losada, presidenta de la Asamblea por una Escuela Bilingüe en Cataluña (AEB).
Unos días antes Ribera se hacía eco de una noticia sobre que Francia estudiaba medidas para implementar la bicicleta como el principal medio de transporte para mantener el distanciamiento social cuando acabe el confinamiento.