"Está muy callado", decían en Moncloa. Alberto Núñez Feijóo ha roto su prudente silencio en vísperas del día de Galicia. Sus palabras, siempre medidas, han producido algún respingo en Madrid. "Cualquier aspiración que tuviere, hoy me siento igual o más legitimado que hace dos años", ha dicho. ¿Eso qué significa? ¿Qué quiere decir?, se decía en los pasillos. Una afirmación vaga y precisa, el estilo de la casa, según explica quien le conoce. El presidente de la Xunta es el eterno candidato del 'postmarianismo'. No suele pronunciarse al respecto, tan sólo lo desliza, a la gallega, o lo expande su entorno.
Feijóo logró en septiembre la tercera mayoría absoluta en su comunidad. Un éxito extraordinario y sin precedentes en unos momentos en los que su formación atraviesa por una etapa delicada. Hizo la campaña sin las siglas del PP ni la gaviota. "Vota Feijóo. En Galicia, sí". Ni una foto con Rajoy. Campaña por separado, cada uno en una zona.
La sucesión pendiente
El líder gallego ha mantenido un prudente silencio mediático en los últimos tiempos. Tan sólo se manifestaba en su ámbito gallego. En Génova, algún dirigente del PP lo comentaba la semana pasada: "Espera al día del Patrón, ya hablará". Lo ha hecho. Desde su tercera mayoría absoluta ha recordado que ahora está más legitimado que nunca para lo que corresponda. En la central de Madrid algunos han pensado en la sucesión. En Moncloa, también.
Aunque no son amigos, Rajoy le respeta y hasta le aprecia, comentan en círculos del PP. Se tratan con frialdad y se guardan las distancias. El presidente del Gobierno ha confesado en privado que el líder de la Xunta sería un buen candidato a la sucesión. No habla así de nadie más. Feijóo posee las cualidades que Rajoy valora: seriedad, trabajo y garantía de estabilidad.
El pasado septiembre Feijóo logró renovar su mandato en unas elecciones complicadas. No le agradaba la idea de presentarse de nuevo. Rajoy le convenció. "Ahora es la única mayoría absoluta que hay en el PP", recordaban sus fieles. Ni Juan Vicente Herrera en Castilla y León ni Pedro Antonio Sánchez (ahora dimitido) en Murcia lo consiguieron. Es el 'barón entre los barones', añaden. El único dirigente regional que ha puesto cerco a su demarcación hasta convertirla en inexpugnable.
Las elecciones generales se celebrarán antes de las gallegas. Previsiblemente en 2019, antes de que concluya la legislatura. Para entonces ya habrá despejado Rajoy la gran incógnita. Si sigue o da un paso al costado. Sería entonces el momento de Feijóo. "Nadie lo sabe", señala una fuente de Moncloa. "La economía marcha tan bien que Feijóo tendrá que esperar".