"Para un presidente, no perder es ganar", se repetían estos días los dirigentes socialistas, temerosos de que el lío de los debates televisivos en la última semana acabara 'gripando' la campaña electoral del PSOE. Y eso es lo que ha logrado Pedro Sánchez: salir "airoso" de un segundo debate, en Atresmedia, bronco y agresivo por momentos, durante el cual no perdió la compostura presidencial; lo más importante, dicen los socialistas.
Y, además, al que ha sido su socio de gobierno en estos nueve meses, Pablo Iglesias, tampoco le fue mal. Hasta el punto que actuaron en consonancia en distintos pasajes del debate y se dedicaron continuamente elogios mutuos frente a sus otros dos oponentes. El presidente ha estado por momento metiendo baza, interrumpiendo, al estilo de Albert Rivera, al que por momentos pareció haberle cogido la medida.
La dirección federal había diseñado una campaña electoral de muy bajo perfil, con una Semana Santa de por medio, en la que el broche iba a ser un debate a cinco, además de con Iglesias y Rivera, con Pablo Casado y Santiago Abascal; pero la Junta Electoral Central (JEC) no permitió la presencia de Abascal y la cosa se le complicó al jefe del Ejecutivo hasta que cedió para hacer dos debates.
El lunes se le vio molesto, incómodo, en el partido de ida en TVE, particularmente en sus enfrentamientos directos con Rivera. Pero este martes, Sánchez ha estado más suelto en su doble enfrentamiento, frente a un Casado más protagonista que el lunes, y frente a un líder de Ciudadanos al que afeó que esté dando una coartada liberal "lamentable" en Andalucía a la política de Vox contra las leyes de violencia de género y los funcionarios de la Junta de Andalucía.
Casado y Rivera siguen sin poder arrancar al presidente del Gobierno su compromiso de no indultar a los procesados en el Tribunal Supremo por el referéndum ilegal del 1-O de 2017
Ni el candidato del PP ni el de Ciudadanos han logrado arrancar al jefe del Ejecutivo la promesa de que no habrá indulto a los procesados por el referéndum ilegal del 1-O, y a fe que lo intentaron. Cierto que Sánchez encontró en el momento clave la ayuda inestimable de un Iglesias. El secretario general de Podemos, con una actitud muy militar a la del día anterior, pidió a casado y Rivera que dejen de "sobreactuar" con un asunto de Estado acusando al PSOE de traicionar a España.
El resultado alivia al PSOE, que enfila ahora una incierta recta final de campaña hasta el domingo 28 de abril. Porque los sondeos siguen dando que el bloque PP, Cs, Vox suma más voto, aunque la victoria en escaños es para los socialistas; sobre la base de que los de Abascal no sean quienes se lleven en una treintena de provincias del interior el tercero o el quinto escaño gracias al voto que han robado al PP.
Sin encuestas ya hasta el domingo, lo que se ha conocido este martes, antes del debate de Atresmedia que ha concluido esta medianoche, es que Ciudadanos y Podemos habían subido en las últimas horas a raíz del debate del lunes en TVE. Habrá que ver si esta actuación de Sánchez reporta otro alza al PSOE como para llegar al domingo con ciertas garantías de que no suma el gobierno tripartito de PP, Cs y Vox.