Veinticuatro horas ha durado la lealtad que se prometieron PSOE y Unidas Podemos en la firma del protocolo de "coordinación" con el cual pretenden evitar fricciones. Este jueves, Pedro Sánchez, que se había tomado una semana para desvelar los nombres del nuevo Gobierno pero, sobre todo, para dejar claro a Pablo Iglesias quién manda, dio la sorpresa al anunciar una cuarta Vicepresidencia de Transición Ecológica y reto demográfico para Teresa Ribera.
En términos prácticos, el anuncio supone que Ribera, ahora ministra de Transición Ecológica, se ocupará de lo mismo, agrupando todas las políticas sobre cambio climático, y sumará una área de nueva creación para combatir la España vaciada; sin embargo, a nadie se le oculta que es un mensaje claro de marcaje de territorio por parte del presidente.
"Se la ha clavado" (a Iglesias), "Bienvenidos a la política real", se señala con cierta ironía y amargura a Vozpópuli desde la formación morada; no obstante, el futuro vicepresidente segundo del Gobierno ha dado la orden de estar callados, no rechistar ni meter ruido en los medios de comunicación. No hasta el domingo, cuando Sánchez anunciará oficialmente todo el Consejo de Ministros al Rey y comparezca en rueda de prensa.
Los nuevos ministros tomarán posesión de sus carteras el lunes 13, cuando aparecerán sus nombramientos en el Boletín Oficial del Estado (BOE), y al día siguiente, martes 14, se celebrará el primer Consejo de Ministros para nombrar secretarios de Estado y subsecretarios en cada departamento. Y el viernes 17 habrá otro Consejo de Ministros, pero éste ya para aprobar las primeras medidas del Gobierno de coalición.
El goteo de filtraciones de los ministros de Podemos, hasta del jefe de gabinete de Iglesias, agotó la paciencia del presidente del Gobierno
En los dos meses que llevan de llamadas encuentros públicos -y otros secretos- que llevan los dos, Sánchez nunca tuvo a bien comunicar al secretario general de Unidas Podemos que iba a ascender a Teresa Ribera a una Vicepresidencia cuarta; tampoco que la actual ministra de Hacienda, María Jesús Montero, será la nueva portavoz del Gobierno en sustitución de la titular de Educación, Isabel Celaá. Y eso que había sido hasta publicado como posibilidad más que cierta desde antes de la repetición electoral el 10N.
Fuentes próximas al jefe del Ejecutivo no lo niegan. Es más, lo enmarcan en la idea de que Sánchez solo negoció con él los nombres de los ministros morados competencia directa de Pablo Iglesias -Irene Montero, Igualdad; Yolanda Díaz, Trabajo; Manuel Castells, Universidades; y Alberto Garzón, Consumo- guardándose para sí el resto.
Hasta el director de gabinete
Y no le gustó nada al inquilino de La Moncloa verse opacado el mismo día de su investidura por el anuncio oficioso en fuentes de Podemos hasta de quién va a ser el exjefe de gabinete de Iglesias: José Julio Rodríguez, ex JEMAD en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. O el de Santiago Jiménez, que adelantó este miércoles Vozpópuli, futuro asesor de Iglesias en política exterior.
Luego vendría el anuncio sorpresa de que el Gobierno no estaría listo hasta "la próxima semana". Una maniobra de Sánchez para recuperar la iniciativa política que, entre las filtraciones de Podemos, y las exigencias y el tono de ERC, el socio más complicado, se le estaba empezando a ir de las manos.
Carmen Calvo, que va a seguir como vicepresidenta primera en el gabinete, por delante de Iglesias en el escalafón, dejaba entrever el miércoles en Los Desayunos de RTVE el malestar de los socialistas con su socio al señalar que Podemos "tiene todo el derecho del mundo a pensar con quién quiere contar" como ministros, pero es Sánchez quien puede nombrarlos.