Política

Podemos condiciona su entrada en Sumar a que caigan Yolanda Díaz e Íñigo Errejón

Los morados debaten qué hacer, pero tienen claro que "con el 3,2% de los votos no basta". "Podemos tiene la obligación de reconstruir el espacio", zanjan fuentes del partido

  • Íñigo Errejón y Yolanda Díaz -

Nadie en Podemos cree en Sumar. Ni en Yolanda Díaz. Ni en Íñigo Errejón. Pero sí hay quien cree que el partido morado tiene que entrar de nuevo en el guiso de la izquierda a la izquierda del PSOE. "Podemos tiene la obligación de reconstruir el espacio", zanjan fuentes del partido en conversación con este diario. Lo cierto es que la organización que lidera Ione Belarra condiciona su entrada en el frente de partidos de Sumar a que caigan Yolanda Díaz e Íñigo Errejón.

El propio exlíder de Podemos, Pablo Iglesias, dijo que el paso atrás de la vicepresidenta segunda "es el fin de Sumar", porque este partido -oficialmente Movimiento Sumar, la coalición es solo Sumar- solo tenía sentido bajo su liderazgo. Sin él, por mucho que Yolanda Diaz reculara, todo carece de lógica política. Así, la actual dirección morada puede mover ficha para acerarse de nuevo a la galaxia de formaciones de izquierda con ánimo de colaborar o de dominarlas.

No obstante, estas fuentes advierten de que dicha empresa no será fácil. "Hay muchos agravios, porque se ha maltratado a Podemos. Sumar ha sometido a Podemos a una constante humillación y así es muy difícil hacer política. La militancia está muy dolida con el maltrato. Pero Podemos ha empezado a levantarse y eso es bueno. Aunque se necesita tender muchas manos, por mucho que el partido las tenga llenas de rasguños", explican en el partido morado.

Iglesias cree que es difícil que los partidos que ahora integran Sumar quieran seguir alimentando un espacio que "carece de funcionalidad" [en referencia a Sumar]. Todo un golpe a la forma de ejercer el liderazgo de Yolanda Díaz. Es cierto que casi nadie en la izquierda a la izquierda del PSOE cree que el socio menor de la coalición vaya a sobrevivir sin su fundadora. Por mucho que ella siga queriendo ser el rostro de su espacio en Moncloa y la línea que les une a Pedro Sánchez.

La virulencia de las críticas de algunos dirigentes de Más Madrid e Izquierda Unida pidiendo la asunción de responsabilidades tras el golpe del 9-J iba dirigida a Yolanda Díaz en última instancia. Pero el auténtico objetivo de caza en estos momentos, según las fuentes consultadas, es Íñigo Errejón, el portavoz de Sumar en el Congreso. El líder de Más País es el muñidor de la estrategia de Sumar que tanto recelo ha levantado por los últimos cuatro varapalos electorales.

El problema auténtico de Sumar es interno, ya que se ha convertido en un reino de taifas que resiste en territorios y ministerios. Poco más. El control del Errejón sobre las acciones de Sumar es incontestable. Y así lo reconocen varias fuentes del partido. La vicepresidenta segunda se rodeó de un grupo cerrado que ha terminado yendo cada vez más por libre. En él también tiene un peso importante el ministro de Cultura, Ernest Urtasun.

Es más, Urtasun fue un detonante de la reacción de Yolanda Díaz tras su 'adión'. Las fuentes consultadas lamentan que el portavoz de Sumar no fuera mucho más contundente sobre la situación interna de la vicepresidenta segunda. Hay quien lo achaca a una pretensión personal de liderazgo que el núcleo duro de Moncloa ha detectado e incluso ha potenciado, ya que Urtasun ha sido uno de los ministros de Sumar que más protagonismo ha recibido por parte del PSOE.

La situación interna de Sumar es, por tanto, una bomba de relojería que amenaza con reventar la dinámica de entendimiento. El debate formal vuelve a ponerse encima de la mesa. Un amplio sector de la izquierda lamenta que tanto Errejón como Díaz se hayan esforzado en ser una suerte de marca blanca del PSOE, aceptable para la élite.

El conflicto formal está claro. Yolanda Díaz parte de la premisa de que para construir mayorías, y sobre todo, para llegar al poder, toca mostrarse como una izquierda asumible y no confrontar en ciertos asuntos, porque son batallas perdidas de antemano que les descartan como opción transversal. Pero Iglesias se despachó a gusto: "Sánchez convirtió a Sumar en un socio cómodo, pero al hacerlo ha dejado a Sumar demasiado débil".

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