El Partido Popular intenta conseguir un resultado decoroso en las elecciones andaluzas. Pablo Casado anunció este lunes desde Barcelona que ya ha llegado la hora de poner fin a "cuarenta años de un desastre". El PP nunca ha logrado gobernar en la región más grande España, donde los gobiernos socialistas se han sucedido sin interrupción. En las últimas autonómicas consiguió tan sólo 33 escaños, 14 por debajo de los logrados por el PSOE.
Casado va a poner atención en estos comicios, que suponen su primer test desde la llegada al poder. Juan Manuel Moreno, el líder regional de los populares, no es un hombre de su confianza. Era uno de los fieles de Soraya Sáenz de Santamaría y militó en sus filas en las primarias. Tras el cambio en la cúpula del partido, Casado le confirmó como presidente y candidato. No había tiempo suficiente para intentar algún cambio, para buscar una alternativa. "Lo que sea, así será", comentan un dirigente andaluz muy crítico con la actual dirección regional.
Sondeos pesimistas
Los sondeos internos auguran unos resultados poco favorables. El 'efecto Casado' no se advierte aún en Andalucía, como sí se nota en otras zonas como Madrid, la Comunidad Valenciana o Castilla y León. Andalucía sigue resultado 'territorio hostil' para el PP. La dirección nacional centrará su campaña en atacar a Ciudadanos en su flanco más débil, es decir, el apoyo que ha prestado estos años a Susana Díaz. Incluso les ha acusado de mirar hacia otro lado en asuntos relacionados con el escándalo de los Ere, como en los episodios de las drogas y los prostíbulos.
El PP cree que Ciudadanos está de caída en Andalucía. Intentará arrebatarle algunos de los 400.000 votos que logró el partido de Rivera hace tres años. También pretende rebañar gran parte de los más de 75.000 papeletas que recogió UPyD en el 2015. Sevilla y Málaga son los bastiones más importantes de la formación de Rosa Díez, que hace unos meses designó a Manuel Vicente, un periodista deportivo, como su jefe de filas en esta demarcación. El partido magenta cuenta con cinco concejales en la región, nunca han logrado acceder al Parlamento y aseguran contar con infraestructura en todas las provincias menos en Huelva.
En UPyD, que siguen dispuestos a dar la batalla, se reclaman progresistas, aseguran que sus votantes nada tienen en común con los Cs o el PP, y que buena parte de ellos proceden de los caladeros socialistas. "El PP es el partido de la corrupción y Cs está volcado a la derecha", afirma una fuente de la formación. "Nuestro votante optaría por abstenerse antes que acercarse a cualquiera de estas dos formaciones".
Génova busca nichos que en su día le pertenecieron y hasta le dieron la victoria al PP en tiempos de Javier Arenas. Pese a alcanzar 50 diputados y el 40 por ciento de los votos, no lograron gobernar, a causa del pacto entre el PSOE e IU. Repetir aquella hazaña parece misión imposible. "Hay que sumar, y en eso estamos", señalan fuentes populares.