Primero, una carta del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; después, su apelación a los ciudadanos para que les exijan en la calle que pongan urnas y, ahora, una "colección" de "amenazas e insultos" contra sus miembros. Una vez disparada la maquinaria legal para el 1-O, y ya anulada por el Tribunal Constitucional, el bloque independentista ha puesto en el foco a los alcaldes socialistas, que se niegan a participar en un "referéndum ilegal". Y es que, aunque no fueron la primera fuerza en las últimas municipales en votos, son la primera en cuanto a población: en sus ayuntamientos viven el 30% de los catalanes.
En total, el PSC gobierna en 122 ayuntamientos, entre ellos en algunas de las ciudades más pobladas de Cataluña, y en los que viven más de 2,5 millones de catalanes, lo que supone un 29,9% de la población, según datos del partido. Por lo que su negativa a ceder espacios para el referéndum, ya que no quieren colaborar con un acto que no tiene "ninguna garantía legal", puede afectar de manera importante a la participación que buscan los independentistas.
Y a este porcentaje se podría sumar el del alrededor del 21% de los catalanes que viven en Barcelona, cuya alcaldesa, Ada Colau, que gobierna con el PSC, aún no ha aclarado qué va a hacer. Asegura que su voluntad es facilitar la participación, pero insiste en que debe proteger a los funcionarios, por lo que los socialistas creen que finamente se atendrá a la legalidad y no cederá espacios a las urnas.
El poder de los socialistas es clave en los municipios, una fuerza muy superior a la que tienen en el Parlament, donde C's lidera la oposición
En cualquier caso, con ese 30%, el poder de los socialistas se desvela clave en los municipios y para los planes de los independentistas. A nivel local, el PSC ostenta una fuerza muy superior a la que tienen en el Parlament, donde es Ciudadanos el líder de la oposición. Pero el partido de Albert Rivera no gobierna ningún ayuntamiento, mientras que el PP sólo lidera uno. Es decir, y como resumen estos días desde el PSC, en las ciudades y pueblos catalanes, o tienen un alcalde socialista, o tienen un independentista.
Pero si se atiende a la población, recalcan los socialistas, se ve que los independentistas no son la mayoría que aseguran tener. En total, el PSC está presente en 192 ayuntamientos (122 en sus manos y otros 70 en coalición) y en ellos vive el 65% de los catalanes. "Parecía que el PSC no existía y ahí estamos, al lado de tantos y tantos ciudadanos para protegerles", avisó ayer el primer secretario de los socialistas, Miquel Iceta, ante decenas de sus alcaldes y concejales, reunidos en Santa Coloma de Gramanet.
Plante de los alcaldes socialistas
En esta localidad, se citó ayer el Consejo Municipal del PSC para lanzar un mensaje claro al bloque independentista: están con la democracia y contra el "referéndum ilegal" y no van a "callar" ni se van a "ocultar" ante la "intimidación" y las "amenazas" que están recibiendo.
Así lo han declarado los alcaldes y concejales de más de 350 municipios en en un manifiesto en el que, con un lenguaje muy duro, cargan contra un Govern "radicalizado" por "arrastrar" a toda Cataluña por un camino "extremista" y pretender descargar su responsabilidad señalando a los alcaldes.
Por eso, sostienen, han puesto todo el acento en los locales de los ayuntamientos, pese a que la ley del referéndum prevé que las urnas se puedan poner en espacios de la Generalitat. Es decir, no necesitan sus espacios para llevar adelante la consulta, pero, y según apuntó ayer Iceta, están queriendo jugar a "un juego trucado" en el que quieren poner toda la presión sobre el PSC.
En el manifiesto, los socialistas ya avisan de que los independentistas pretenden "ocultar sus debilidades políticas y organizativas traspasando a los ayuntamientos gran parte de los preparativos del 1-O" para así "culpabilizar hipócritamente aquellos ayuntamientos que han decidido cumplir la ley".
En palabras del alcalde de Viladecans (Barcelona), Carles Ruiz, en una entrevista con este periódico, saben que no habrá referéndum, pero quieren "forzar la situación para crear una simulación o extender la idea de que han sido los alcaldes socialistas los que han impedido que se haga".
Toda la presión sobre los socialistas, primero para que colaboren y después por el resultado del 1-O. Y han dicho basta. Además de poner pie en pared y dejar clara su postura "unánime", el líder de los socialistas catalanes avisó ayer de que no van a tolerar más insultos: acusó a Puigdemont de "inconsciente, temerario e irresponsable" por "azuzar" ese acoso a los socialistas, al que ya puso nombres y hechos, y que llevan denunciando días sus compañeros. Uno de ellos ha sido el alcalde de Tarrasa (Barcelona), Jordi Ballart, al que han llamado "cobarde y traidor", "mierda" y "maricón" por negarse a ceder espacios.
En Santa Coloma, Iceta denunció este acoso y avisó de que se están produciendo "pintadas, insultos y amenazas" contra ayuntamientos y sedes socialistas, muchos a través de las redes sociales, y de los que ya hay una "colección": "intentos de intimación" en Mataró; fotos de concejales socialistas "con una soga para colgarlos" en Tarragona; amenazas con "palizas" en Bagà (Barcelona) y tuits muy ofensivos, como el que recibió la alcaldesa de Santa Coloma, Núria Parlon, llamándola "charnega de mierda" y pidiéndole que se fuera de Cataluña, porque no quieren "muertos de hambre". "De estos polvos estos lodos, no es aceptable. No lo permitiremos de ninguna de las maneras", avisó.
Por eso, hizo suyo el mensaje que el pasado lunes trasladó personalmente al presidente Puigdemont la número dos del PSC y alcaldesa de L'Hospitalet, la segunda ciudad más poblada de Cataluña, Núria Marin. "¡Dejad en paz a los alcaldes!", clamó ayer también Iceta.