El PSOE rompió este viernes la prudencia con la que ha manejado las negociaciones con el Gobierno para la preparación del artículo 155 de la Constitución y, a 24 horas del Consejo de Ministros que aprobará todo el paquete, anunció algunos detalles del pacto, provocando una auténtica ceremonia de la confusión, con desmentidos, matices y, sobre todo, malestar hacia todos lados. Especialmente en el PSC, que, con mucho esfuerzo, mantiene la unidad del discurso con Ferraz, entre fuertes presiones internas y externas.
Los socialistas habían logrado cerrar la respuesta al anuncio de la activación del 155 con la unanimidad del convencimiento de que la amenaza del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, de declarar la independencia no deja otro camino que acudir a esa herramienta constitucional. Y el mensaje formal que dieron el jueves fue que las medidas que se anuncien mañana desde Moncloa serán las del Gobierno y PSOE y PSC las valorarán después. Ferraz dejaba entrever que las apoyarán todas, aunque no todas las compartan.
Pero la estrategia se fue al traste ayer durante un periplo por las televisiones y las radios que protagonizó la 'número cuatro' del PSOE, Carmen Calvo, que ha formado parte del equipo negociador del PSOE con el Gobierno en estas semanas. Con el secretario general del partido, Pedro Sánchez, en Bruselas, Calvo estuvo el jueves reunida durante horas en Moncloa con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con quien leyó la respuesta de Puigdemont al segundo requerimiento del Ejecutivo.
Después de que un día antes la dirección del PSOE no quisiera adelantar detalles y se limitara a explicar que apuesta por una intervención "muy, muy limitada" en Cataluña y durante el tiempo más breve posible, Calvo fue más allá en Los Desayunos de TVE al apuntar a la celebración de elecciones autonómicas en enero. La responsable de Igualdad confirmó así una información adelantada por eldiario.es y, cuando se le preguntó si el acuerdo con el Gobierno es que los catalanes vayan a las urnas el primer mes de 2018, asintió varias veces.
Ese calendario se ajusta a lo que el PSOE y Ciudadanos venían apuntando en los últimos días, en contraste con dirigentes del PP que abogaban por esperar unos meses más antes de ir a elecciones para "enfriar" la situación en Cataluña y alejarla de la enorme tensión de estas semanas.
En Moncloa no confirmaron que en la hoja de ruta que se maneje esté celebrar los comicios en enero
Sin embargo, las palabras de Calvo sobre el acuerdo, no fueron corroboradas por el Gobierno. En Moncloa no confirmaron que en la hoja de ruta que se maneje esté celebrar los comicios en enero y añadían que, en todo caso, parece "poco prudente" empezar a hablar de estos planes antes de que se haya aprobado la intervención.
Ni de elecciones ni de otras medidas como las que la exministra adelantó en otra entrevista. En Espejo Público, avanzó que las decisiones que se tomen pueden afectar a los Mossos d'Esquadra y a TV3, con el objetivo de garantizar la "neutralidad" que deben tener las fuerzas de seguridad y los medios de comunicación públicos.
El desconcierto crecía. Desde el PP, se insistía en que no podían "confirmar ni una sola de las medidas" del Consejo de Ministros y algunos socialistas empezaban a llevarse las manos a la cabeza por que fueran ellos los que las anunciaran. Y en Ferraz se trató de reconducir la situación: en otra entrevista, la cuarta de la mañana, la 'negociadora' explicó que el acuerdo con el Gobierno es que el 155 desemboque en unos comicios y la fecha de enero, la posición del PSOE.
Sus dos últimas entrevistas -además de la Cuatro hubo otra más en La Sexta, en la que defendió que las medidas tiene que darlas a conocer el Gobierno- se ajustaron más al discurso que esperaban en su casa y en el Gobierno y, por si había alguna duda, el presidente, Mariano Rajoy, así lo hizo ver después en una rueda de prensa en Bruselas.
Sobre asumir el control de TV3: "¿Quién ha dicho eso? ¿Quién ha dicho que se vaya a intervenir medios públicos? Ni confirmo ni dejo de confirmar"
El jefe del Ejecutivo confirmó que hay un pacto con el PSOE, y, de hecho, explicó que todas las medidas que se presenten han sido acordadas con los socialistas y con Ciudadanos, pero aseguró que "no está determinado" un límite temporal en su aplicación. Pero más sorprendido pareció cuando se le preguntó si entre esas medidas está asumir el control de TV3: "¿Quién ha dicho eso? ¿Quién ha dicho que se vaya a intervenir medios públicos? Ni confirmo ni dejo de confirmar".
A esas horas, con el debate abierto sobre las medidas que no se esperaban conocer hasta el sábado, algunos en el PSC hablaban ya de "espectáculo". Y surgían las primeras voces críticas. La portavoz adjunta del PSC en el Parlament, Alícia Romero, aseguró que los socialistas catalanes "no apoyan" la aplicación del artículo 155 y "no darán un cheque en blanco al PSOE" en el Senado hasta ver qué medidas se acuerdan. El PSC, señaló, según informa EFE, "no quiere el 155" ni apoyará "intervenciones prolongadas en el tiempo o que impliquen pérdidas de autogobierno".
Desde la dirección del partido hermano del PSOE se aseguró que la de Romero es una "posición individual", como serán todas las que se escuchen hasta el Consejo de Ministros de mañana. Después, el PSC hará pública su postura y hasta ese momento lo que prevalece es lo que dijo el jueves su primer secretario, Miquel Iceta.
Por si había alguna duda, el secretario de Organización de los socialistas catalanes, Salvador Illa, lanzó un aviso a navegantes en Twitter, subrayando que la posición del PSC la fijó Iceta en una declaración de 17 puntos en la que se terminaba señalando que la "amenaza" secesionista de Puigdemont hace "inevitable" el 155.
El posicionament de @socialistes_cat, el va fixar ahir el nostre Primer Secretari @miqueliceta pic.twitter.com/vAPDbPRTcB
— Salvador Illa Roca/❤️ (@salvadorilla) October 20, 2017
Eso sí, en el PSC no ocultan que el apresuramiento del PSOE fue todo menos oportuno. Una opinión compartida por otros socialistas que lamentan el "patinazo" en el último momento, después de semanas de negociaciones privadas y secretas de las que poco ha trascendido.
