Susana Díaz nunca tuvo demasiado claro el adelanto de las elecciones en Andalucía. Todo el equipo que le rodea se lo pidió una y otra vez. La presidenta aceptó a regañadientes. El PSOE se enfrenta a una victoria con el peor resultado de su historia y cinco partidos en el Parlamento.
No corren buenos tiempos para el PSOE andaluz. La derrota de Díaz en las primarias desgastó al partido hasta la depresión y el agotamiento. Era un golpe que no se esperaban. Díaz trató de recomponerse rápido e introdujo algunos cambios para conllevar el liderazgo incontestable de Pedro Sánchez en Ferraz.
Cuando lo hizo, la moción de censura volvió a alterarlo todo. La recta final de la legislatura ha sido una pesadilla para Díaz, forzada a cambiar su discurso del agravio de la noche a la mañana y con su socio de la legislatura –Ciudadanos- situándose en una oposición frontal al PSOE por los acuerdos nacionales de Sánchez con Podemos y el separatismo.
Generales y andaluzas
El PSOE andaluz tuvo que lidiar además con una maniobra de Moncloa, que pretendía hacer coincidir las generales y las autonómicas. Díaz se resistió. Y frenó el deseo de Sánchez de no ir a unas elecciones en solitario, por aquello del mal de muchos…
Después de casi 40 años en el gobierno de Andalucía, el socialismo emite señales de agotamiento. Hace ya varias legislaturas que el PSOE se acerca al abismo de una derrota que le saque de la Junta por primera vez en democracia.
E 2-D se verá beneficiado por la atomización del voto en el centro derecha. El PSOE ha alentado esa división agitando el fantasma de Vox en su propio beneficio. Díaz conoce también los riesgos de esta estrategia. Sabe que no puede contar con Ciudadanos debido al escenario nacional.
La horquilla que navega entre los 40 y los 47 escaños es en la que se mueve el PSOE. La mayoría absoluta en Andalucía son 55. A partir de ahí, Díaz cuenta con formar un gobierno monocolor que tendrá a la mayoría del Parlamento en contra. Gobernar será una pesadilla. El escenario postelectoral se puede ver alterado si Sánchez adelanta las generales a marzo.
El socio probable será Podemos, que en Andalucía está liderado por su facción anticapitalista. Teresa Rodríguez no ha cambiado su mala relación con Díaz, pero las circunstancias le obligan a otra cosa.
Vox, invitado a la batalla de PP y Cs
Andalucía se va a convertir en un laboratorio para Vox como fuerza parlamentaria. El partido de Santiago Abascal, con su discurso anti inmigración, anti Europa y anti comunidades autónomas, recuerda que España no es inmune a otros fenómenos similares en el resto de Europa.
Vox ha alterado la batalla entre PP y Ciudadanos, que en su guerra por la hegemonía del centro derecha se han encontrado con un invitado al que no esperaban hace unos meses.
Las consecuencias de la irrupción de Vox pueden ser nefastas para el candidato del PP, Juanma Moreno Bonilla, que no cuenta con el favor de Pablo Casado. Las encuestas la sitúan con el peor resultado de la historia del PP en Andalucía.
La continuidad de Moreno Bonilla está en juego. La del candidato de Ciudadanos, Juan Marín, no parece en cuestión si como parece mejora sus 9 diputados de hace cuatro años.
Marín siempre pensó en formar un gobierno de coalición con Díaz esta legislatura. Y para ello se preparaba Ciudadanos en Andalucía. El cambio del tablero tras la moción de censura le ha obligado a supeditar su estrategia a la del partido a nivel nacional: superar al PP como sea.