Camaleónico, a dos bandas entre calmar a los mercados y terminar de ganarse la confianza de los sectores más radicales del cristinismo que le apoya, Alberto Fernández, claro ganador de las primarias argentinas, busca ahuyentar el fantasma del aislacionismo internacional de la 'era K'. Con ese objetivo parece entroncar su visita prevista para mediados de septiembre a España. Oficialmente, en principio, se tratará de una clase en la Universidad Camilo José Cela, en Madrid (es profesor del Master en Asesoramiento de Imagen y Consultoría Política), con la que ya se había comprometido antes de la campaña. Pero lo cierto es que su estancia en la capital de España puede poner en un compromiso al Gobierno socialista en funciones. El PSOE, por lo pronto, ha avanzado a Vozpópuli que prevé cerrar un encuentro con el político sudamericano.
La fecha es clave ya que las elecciones presidenciales en Argentina son justo después, en octubre, y transmitir al vertiginoso 'caos argentino' cualquier síntoma de que la Unión Europea no ve igual a Fernández que a la viuda de Néstor Kirchner podría terminar de decantar la balanza a su favor.
"Si viviera en España, sería del PSOE", dijo Alberto Fernández hace unas semanas
En su estrategia, España puede jugar un papel tan importante como complicado para el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El mandatario español llegó a mostrar simpatía por el actual jefe de Estado argentino y rival de Fernández, Mauricio Macri, por su capacidad para restablecer las relaciones del país rioplatense con el Viejo Continente, cristalizada por ejemplo en el reciente acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur.
Sin embargo, la cercanía ideológica entre la socialdemocracia española y los 'ideales' del candidato 'K' son difíciles de soslayar. El propio Fernández dijo hace unas semanas, en un encuentro en la sede del PSOE en Buenos Aires, que "si viviera en España, sería del PSOE", según refirieron fuentes presentes.
El PSOE le recibirá; el Gobierno guarda silencio
"Es muy probable que nos veamos con él (Alberto Fernández) en Ferraz", aseguran a este medio desde la dirección del PSOE a preguntas sobre el viaje de Fernández en septiembre, apuntando a que el encuentro sería en la propia sede de los socialistas. "Pero todavía no se ha fijado fecha. A partir del lunes veremos agendas de septiembre", añaden. El próximo lunes, Pedro Sánchez, secretario general de los socialistas, tiene prevista la primera Ejecutiva de la formación en el agitado nuevo curso político que se le avecina.
Fernández no tiene programados más viajes al exterior durante su campaña, y se especula con un encuentro con miembros del Gobierno
El Gobierno socialista, mientras tanto, responde con silencio. El ministerio de Exteriores y la Secretaría de Estado de Comunicación han rehuido por el momento contestar a preguntas de este medio sobre una posible recepción institucional al principal candidato a presidente de Argentina durante su visita a España en septiembre.
Mientras tanto, al otro lado del charco, el periódico Clarín remarca que Fernández no tiene programados más viajes al exterior durante su campaña -se ha hablado también de otro viaje a México, donde gobierna Andrés Manuel López Obrador-, y ha especulado con la posibilidad de que el candidato argentino se vea con algún dirigente del Gobierno español e incluso con el expresidente socialista Felipe González.
Sánchez, también entre dos aguas
Al igual que Fernández, el Ejecutivo de Sánchez, todavía en clima electoral, tiene frente a sí un desafío a dos bandas.
Mostrarse decididamente partidario de la 'opción K' le haría avalista de un potencial gobierno cuyo núcleo duro niega el autoritarismo (ni que hablar la dictadura) en Venezuela, defiende tesis económicas que recuerdan al chavismo cuando no al comunismo y que pueden sonar perjudiciales para importantes intereses económicos españoles (como sucedió con Repsol YPF), y tiene en su haber una década de estadísticas económicas sobre cuya intencionada falsedad existe un aplastante consenso, además de un sinfin de causas por corrupción.
Por otro lado, un eventual guiño de Sánchez al candidato kirchnerista sería quizá apostar por tender puentes con "el caballo ganador", apuntalar cierta coherencia ideológica de tipo socialista y lanzar de paso también un gesto en clave nacional al partido que, ya se empieza a presumir, le permitiría desatascar su investidura, Podemos, fervoroso simpatizante de la 'vice' de Fernández, la mismísima expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Cualquiera sea el gesto, incluso la ausencia de él, en Argentina será interpretado como un punto de inflexión en la percepción de la visión del exterior, de su complicidad y/o compromiso, dentro de una contienda electoral irremediablemente abocada a la polarización entre dos modelos antagónicos.