El objetivo de Puigdemont de forzar una repetición electoral en Cataluña empieza a ser cada vez un escenario más probable de lo que era la noche del 12 de mayo, cuando la amplía victoria del PSC, con Salvador Illa a la cabeza, otorgaba al PSC las llaves del Parlament.
En estas semanas de fuego de artificio, intereses cruzados y búsqueda de favores, el doble juego de fuerzas como Junts y ERC con el Ejecutivo nacional y el PSOE catalán ha terminado por trabar una investidura que, en apariencia, indicaba que Illa debía gobernar en minoría, pero buscando apoyos durante la legislatura y fomentar el consenso.
Nada de eso ha sido posible. Un mes y medio después, y con ERC sumida en una crisis política salvaje, el fantasma de la repetición electoral pasea por la sede del PSC mientras alienta al fugado Puigdemont, que no enterrará el hacha de guerra hasta que se hayan agotado todas las vías.
El lunes conocimos la decisión del Tribunal Supremo, quien no aplicará la ley de amnistía en relación con la malversación del 1-O. Los magistrados, tal y como informó este periódico, desoyen el criterio oficial de la Fiscalía General del Estado y determinan, al igual que lo hicieron los fiscales del procés, que la malversación del 1-O no tiene encaje en la norma redactada por el Ejecutivo.
Del mismo modo, se mantiene la orden de detención contra Carles Puigdemont. Una resolución que ha puesto patas arriba el tablero político en Cataluña, aunque no por no ser esperada, pues la postura del TS parecía clara desde un primer momento al respecto de los delitos de desvío de fondos cometidos durante el 1-O.
El plan de Puigdemont
A los pocos minutos de hacerse oficial la noticia, Carles Puigdemont tuiteó desde su cuenta oficial de 'X' el siguiente mensaje que ven a continuación. 'La Toga Nostra'. Un denigrante juego de palabras con la expresión italiana que se utiliza para definir a la mafia y la toga de los jueces, en este caso del Tribunal Supremo.
La Toga Nostra
— krls.eth / Carles Puigdemont (@KRLS) July 1, 2024
Por más que le duela a Puigdemont el dictamen de los magistrados, puede ser su última bala para forzar otros comicios y obtener mejores resultados. Cierto es que superó con creces a ERC, pero su distancia con el PSOE y la lejanía de los republicanos con sus postulados han hecho esfumarse la posibilidad de ser elegido presidente.
Aunque la Mesa se pactó entre ambas formaciones, otra cosa bien distinta es el Gobierno. Junts y Puigdemont agitarán la indignación contra los jueces para encender a las fuerzas independentistas de Cataluña, tratando de atraer con este frenesí a ERC, para que estos rechacen cualquier acuerdo con el PSC y tengamos repetición electoral.
Todo ello con la negociación de los presupuestos generales del Estado en marcha. Una que difícilmente verá la luz si el Ejecutivo central no modifica la Ley orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas para trasladar el modelo del concierto vasco a Cataluña, que es una de las principales exigencias de Junts y ERC.
En Esquerra, aunque se avisó a Salvador Illa de que no suscribirá un "mal acuerdo" de investidura, ven con buenos ojos dejar gobernar en minoría al PSC. Raquel Sans, portavoz de Esquerra, ha dicho que están dispuestos a negociar "mañana, tarde y noche" para alcanzar un acuerdo que evite una repetición electoral en Cataluña, siendo el plazo legal máximo el 26 de agosto.
La opción de que Junts y ERC concurran juntos a esa hipotética repetición electoral también está encima de la mesa, y es algo que desde la formación de Puigdemont llevan dejando entrever desde la campaña de las europeas, cuando los números dejaron de cuadrar para la investidura del fugado.
Sin embargo, y pese a los días que están por venir, ERC no ve con tan buenos ojos esta opción en común. Sea como fuere, Junts apretará las tuercas en las próximas semanas a Esquerra evitando a toda costa que pacten con los socialistas. Si se repiten las elecciones, y encima unen fuerzas contra Illa, mejor que mejor para los intereses de Puigdemont. Pero eso está por ver.