Política

Puigdemont declara la independencia de Cataluña pero la suspende temporalmente

"Asumo presentarles los resultados del referéndum ante todos ustedes y ante nuestros conciudadanos, el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república", ha aseverado. 

  • Declaración de Independecia de Puigdemont

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha afirmado hoy que asume el "mandato del pueblo" para que "Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de república", pero seguidamente ha propuesto "suspender los efectos de la declaración de independencia" para abrir la puerta al diálogo.

En su comparecencia ante el pleno del Parlament, en un discurso de cerca de media hora, ha evitado optar por la vía más directa a la independencia, en un intento de "'desescalar' la tensión" con el Estado, un "gesto de generosidad y responsabilidad", ha dicho, con el que espera "abrir un tiempo de diálogo".

"Asumo presentarles los resultados del referéndum ante todos ustedes y ante nuestros conciudadanos, el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un Estado independiente en forma de república", ha aseverado Puigdemont, interrumpido al instante por aplausos de la bancada independentista de la Cámara.

Tras remitir los aplausos, y acto seguido, el president ha añadido: "Con la misma solemnidad el Govern y yo proponemos que el Parlament suspenda los efectos de la declaración de independencia para que en las próximas semanas se emprenda el diálogo".

En su intervención, que no ha sido aplaudida por los diputados de la CUP, molestos con la desaceleración que puede implicar el plan de Puigdemont en el camino hacia la independencia, el presidente catalán ha expresado su deseo de emprender "en las próximas semanas" un diálogo "sin el cual no es posible llegar a una solución acordada".

El planteamiento de Puigdemont es similar al que puso sobre la mesa el eurodiputado del PDeCAT, Ramon Tremosa, definido como la 'vía eslovena', y que implicaría una declaración de independencia y a continuación "suspender sus efectos" durante un tiempo para negociar un referéndum pactado con el Estado.

Puigdemont ha dicho que es el momento en el que la UE se debe "implicar a fondo" y ha indicado que existe "un ruego por el diálogo que recorre Europa".

El presidente catalán ha afirmado que ha habido agentes internacionales que han pedido "abrir un tiempo de diálogo con el Estado español, por responsabilidad y respeto".

Ante la incertidumbre del proceso soberanista y las "angustias" -según Puigdemont- entre la ciudadanía, el presidente catalán ha lanzado un mensaje de "serenidad y tranquilidad".

El Govern, ha dicho, no se desviará "ni un milímetro del progreso económico, la democracia, el respeto a la discrepancia y voluntad negociadora", al tiempo que ha prometido actuar siempre con "responsabilidad" con respeto a la totalidad de la ciudadanía catalana.

Puigdemont, en una intervención que ha empezado con una hora de retraso, ha dicho que, pese a asumir el mandato de la independencia, su intención es "desescalar la tensión" con el Estado.

Ha dejado claro que el Govern considera el 1-O como el "referéndum vinculante" que quería celebrar y ha detallado los resultados: "Más de 2,2 millones de catalanes vencieron al miedo y cuando llegaron a su colegio encontraron urnas, sobres, papeletas, mesas constituidas y un censo viable y operativo".

"Estamos aquí porque en el 1-O se celebró el referéndum de autodeterminación y se hizo en condiciones más que difíciles, extremas. Es la primera vez en la historia de las democracias europeas en que una jornada electoral se desarrolla en medio de violentos ataques policiales contra votantes", ha afirmado.

Puigdemont ha remarcado que "no olvidaremos" las "violentas" cargas policiales y que esas imágenes quedarán "grabadas en la memoria por siempre" de los catalanes, además de considerar que el referéndum fue un "éxito logístico y político".

Asimismo ha afirmado que "vivimos momentos excepcionales y de dimensiones históricas" en Cataluña, en un momento en el que es "consciente" de la dificultad del momento.

En cuanto a la marcha de empresas, ha indicado que son decisiones que responden más a "un relato para el mercado que a un efecto real" para la economía catalana y ha subrayado que lo que sí tiene efectos son los "16.000 millones de euros obligados a cambiar de sede social cada año", en alusión implícita al déficit fiscal.

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