El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se apuntó un tanto cuando el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, le dijo 'sí' a su propuesta de hablar de la reforma de la Constitución. Sin embargo, el partido naranja, que en un principio parecía incluso más animado a emprender este debate, ha lanzado un jarro de agua fría a los socialistas al defender que no quiere "mezclar" esta reforma con la crisis soberanista en Cataluña.
Y esto, en vísperas de la reunión que tendrán este viernes en Barcelona las Ejecutivas del PSOE y del PSC para ofrecer una solución pactada al problema territorial y el desafío soberanista. De esta cita, que liderarán Pedro Sánchez y el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, saldrán medidas a corto, medio y largo plazo y entre ellas estará la reforma de la Constitución en la que los socialistas quieren introducir la plurinacionalidad de un Estado federal. Su intención es presentar después estas iniciativas al resto de grupos en el Congreso.
Pero la respuesta de Ciudadanos a su intención de abrir cuanto antes el diálogo sobre la reforma de la Carta Magna ya la tiene. Si su secretario general, Miguel Gutiérrez, ya avisó a la portavoz socialista, Margarita Robles, de que no están dispuestos a arrancar este debate antes del 1 de octubre y que su objetivo es iniciarlo al margen de las instituciones, en una mesa de partidos, el propio Albert Rivera insistió en sus advertencias este miércoles desde el Congreso de los Diputados.
El presidente de Ciudadanos precisó que su partido quiere empezar a hablar en otoño para "delimitar el perímetro de la reforma" pero en ningún caso va a apoyar que alguien quiera "mezclar" esto con la situación en Cataluña. Porque, además, el objetivo de la formación 'naranja' es tocar la Carta Magna para eliminar los aforamientos, modificar las circunscripciones, reformar la ley electoral o mejorar las competencias del Senado, pero en ningún caso "para contentar a los independentistas", como, dijo, "pretende Sánchez".
Rivera insistió en que es necesario "separar ambos debates para que nadie se confunda", pero, además, avisó al PSOE de que ni Carles Puigdemont, ni Oriol Junqueras, ni la CUP van a abandonar su agenda independentista por el hecho de que en el Congreso se abra "una subcomisión". "No se van a volver constitucionalistas de golpe", ironizó.
Además, y después de que Sánchez avisara a Mariano Rajoy de que en el Congreso hay mayoría alternativa para legislar, Rivera le ha recordado que es "absurdo" pensar que se puede reformar la Constitución sin el PP. Ciudadanos quiere que si se abre este melón, en la mesa estén sentados todos.
Dudan del objetivo del PSOE con el artículo 2
Pero a estas advertencias se suman algunos recelos. Pese a que la dirección de Pedro Sánchez asegura que no quieren tocar el artículo 2 de la Constitución, que habla de la indisoluble unidad de la nación española y del derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones y la solidaridad entre ellas, en Ciudadanos mantienen las dudas.
De hecho, fuentes del partido naranja aseguran que desde el PSOE se les ha trasladado que están dispuestos a tocar ese artículo, algo que los socialistas niegan tajantemente. Ciudadanos se pone la venda y asegura que con ellos no pueden contar para eso. Ya después de su reunión, el pasado 28 de junio, Rivera avisó en público que Ciudadanos no va aceptar que España "pase a ser un Estado confederal" o una "nación de naciones".
Pese a estos avisos antes siquiera de que presenten su propuesta, los socialistas siguen adelante con su hoja de ruta. Y este viernes la harán pública en Barcelona. Tal y como explicó el pasado lunes la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, los dos partidos hermanos han trabajado en sus iniciativas y las pondrán en común para acordar una salida pactada a esta crisis.
Y, para ello, en Ferraz se han estudiado las 46 medidas que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, pidió a Rajoy en abril de 2016, así como los artículos del Estatut que tumbó el Tribunal Constitucional. El resultado del diálogo entre los socialistas será un conjunto de iniciativas que aspiran a que se presenten cuanto antes en el Congreso.