Albert Rivera tiene una "obsesión": lograr que el "cambio a mejor" que su partido propugna para España se haga definitivamente realidad en 2019, año en el que Ciudadanos saldrá "a ganar las elecciones". El presidente del partido naranja ha inaugurado este sábado la IV Asamblea General, primera desde la expansión nacional, con la presentación de un balance de gestión muy triunfalista, que ha resaltado los números de ese crecimiento que ha permitido a C's pasar de ser una fuerza autonómica catalana a la cuarta nacional y la tercera municipal. Ciudadanos ha pasado de tener tres escaños en el Parlament y un puñado de ediles ha disponer de 93 parlamentarios regionales, más de 1.500 ediles, 32 diputados en el Congreso y dos eurodiputados. "Ni siquiera el más optimista hubiera pensado" que se se lograría esta implantación, ha proclamado Rivera: "Hemos superado con creces la estrategia pensada en 2011".
En aquel año, Ciudadanos se fijó la meta de lograr cinco escaños en la Cámara catalana. Ahora, tiene 25 allí, donde es el líder de la oposición, y presencia en toda España. De 87 agrupaciones se ha pasado a 646; de 11 concejales, a 1.527; de menos de 2.000 afiliados, a más de 30.000 -inscritos, porque militantes al corriente de las cuotas son 20.065-; de tres grupos municipales, a 755. Todo ello, ha destacado su líder, "sin coaliciones, sin confluencias, sin círculos, sin cuadrados", trabajando "unidos" con "nuestros valores, con nuestras siglas y con nuestros equipos". "Aquí no queríamos sumar de cualquier manera y a cualquier precio".
El líder emergente, que acaba de ser reelegido en primarias por cuatro años más, impulsa en este cónclave una renovación de ideario, estatutos y estrategias con el objetivo de consolidar su proyecto centrista y "salir a ganar las elecciones" en 2019. "Hay que seguir creciendo", ha emplazado a sus filas, indicándoles que "hay un intangible que es el esfuerzo, la energía, la ilusión" que aportan desinteresadamente los afiliados y "eso es lo que nos ha hecho fuertes". Rivera quiere que la militancia mantenga ese ímpetu en unos momentos en que la complicada posición de Ciudadanos en el Congreso -tiene firmado un pacto con Mariano Rajoy pero no es decisivo por sí mismo, porque no suma mayoría absoluta en el PP- puede hacerle perder enteros.
El presidente naranja ha pedido a los suyos que no se miren "el ombligo", abran la mirada y piensen con él en el conjunto de la parroquia de Ciudadanos, en los más de tres millones de españoles que escogieron su papeleta en las generales. "No estamos solo trabajando para nosotros", no se trata de construir "el partido con los mejores estatutos" y con más "agrupaciones", sino de forjar un proyecto "para poder gobernar España". Eso requiere mirar a la sociedad civil -"este partido nunca le va a cerrar las puertas al talento"- y articular unas bases que permitan continuar con una expansión que todavía tiene fallas importantes en algunos lugares -Galicia, País Vasco y Navarra- y se asienta en un electorado volátil y crítico, susceptible de cambiar de voto con mayor facilidad que el de otros partidos.
"No dejemos de pensar nunca en los votantes", aquí estamos trabajando para los españoles", ha pedido Rivera, para quien el balance de cuentas -"cero deudas" con los bancos"- aporta la libertad necesaria para trabajar sin condicionantes: "Quien paga, descansa". "Eso es lo que nos distingue de los partidos a los que les perdonan las deudas, que no son libres".
"Vamos a salir de aquí más fuertes", ha asegurado, restando importancia a los movimientos críticos que han emergido en las bases por oposición al viraje liberal que impulsa la dirección. Rivera cree que preside "el partido más democrático de España", "sin deudas", "limpio de corrupción" y listo para cumplir su "obsesión": "salir en 2019 a ganar las elecciones".
