Este es el resumen de situación en fuentes parlamentarias de PP y Ciudadanos consultadas por Vozpópuli: "No hay nada escrito (...) no hay precedentes de que la Mesa del Congreso tumbe lo que decide la Comisión de Justicia, pero hay una primera vez para todo (...) y, llegado el caso, el Senado, en defensa de su competencia, puede negarse a tramitar el atajo en los cambios de la Ley de Estabilidad y tirarnos meses de contencioso en el Tribunal Constitucional (TC) con el Presupuesto en el limbo".
Así de caliente está el ambiente en la oposición, tras la decisión de Pedro Sánchez de usar una argucia parlamentaria: meter en el Congreso una enmienda a la Ley orgánica de estabilidad presupuestaria en la tramitación de otra de igual rango (violencia de género), para desbloquear así su aprobación por la vía de urgencia y que el Senado se vea obligado (artículo 90.3 de la Carta Magna) a quitar en 20 días el veto a una senda de déficit con 6.000 millones más para gasto social.
Los populares enseguida han esgrimido las sentencias del TC en contra de esas tretas en el pasado, pero son conscientes de que les valdrá de poco tener la razón si Sánchez "se sale con la suya" y logra desbloquear los presupuestos.
"Que sean el Gobierno el que vaya al Constitucional", dice retadora una fuente popular partidaria de bloquear en el Senado los cambios en la Ley de Estabilidad
Por eso se está imponiendo en Génova -en menor medida en Ciudadanos- la tesis de pasar "a la ofensiva" y "devolvérsela" al Gobierno: intentar para en la Mesa del Congreso la tramitación (PP y C's tienen mayoría). Si la formación naranja se descuelga -Albert Rivera es partidario de quitar el poder veto del Senado, lo que no le gustan son las prisas del PSOE y Podemos-, el PP esperará a que llegue a la Cámara Alta esa reforma exprés y se negará a tramitarla alegando conflicto de competencias.
"Que sean ellos los que vayan al Tribunal Constitucional, no al revés", dice retadora una fuente popular que augura meses de enfrentamiento por el nivel de encono al que está llegando la política española.
El asunto de la iniciativa ante el TC no es baladí, dicen los populares, porque, si aceptan tramitar la reforma de la ley, allanarán el camino para que Sánchez tenga su primer presupuesto y pueda acabar la legislatura (junio de 2020); en caso contrario -que el PP se niegue-, al presidente del Gobierno no le quedará más que convocar elecciones la próxima primavera.
Hay sectores del PP, de C's e incluso del PSOE -críticos- que creen que la estrategia real de Sánchez es introducir este nuevo elemento de tensión solo para ganar tiempo
Ahora mismo, cualquiera de los dos escenarios de bloqueo, Gobierno/Mesa del Congreso o Gobierno/Senado, con el Tribunal Constitucional de árbitro, está encima de la mesa. Y supone lío institucional para "varios meses", auguran las fuentes consultadas.
Tan esa así que no faltan tanto en Ciudadanos como en el PP -también en el PSOE, críticos- quienes piensan que la estrategia real de Sánchez es "ganar tiempo". Y que lo último que quiere el presidente del Gobierno es que llegue el death line, ese momento en el cual se sepa que no tiene presupuestos.
Bien porque Podemos se descuelga porque las cuentas no sean sociales, bien porque los independentistas catalanes lo hagan imposible: Joan Tardá (ERC) volvió a poner muy difícil este miércoles la aprobación presupuestaria al condicionarla a que la Fiscalía no acuse de rebelión a los implicados en el 1-O.