No es ningún secreto que Pedro Sánchez y el PSOE llevan varios meses más que incómodos políticamente hablando con su obligado apoyo al Gobierno y a Mariano Rajoy en la intervención de la Generalitat de Cataluña vía artículo 155 de la Constitución.
A duras penas se ha visto, en las últimas sesiones de control al Ejecutivo en el Congreso, a la portavoz del Grupo Socialista, Margarita Robles, intentando meter con calzador en el debate cuestiones de la llamada "agenda social" (pobreza, corrupción y fraude fiscal), para intentar salirse del debate territorial que, como se ha visto en las elecciones del pasado 21-D, a la izquierda no le suele traer buenos resultados.
Sánchez es consciente de ello y por eso ha diseñado una estrategia para hacer olvidar su apoyo al artículo 155, a medida que la normalidad vuelva a la política catalana, y se recupere la dialéctica izquierda/derecha en el debate. Con ese motivo, a la vuelta de vacaciones de Navidad y durante todo enero el líder socialista y todos los miembros de la Ejecutiva federal van a viajar a las 52 capitales de provincia para participar en lo que denominan "asambleas abiertas" donde se debatirá el futuro de las pensiones.
?️ Vamos a recorrer nuestro país celebrando asambleas abiertas por todo el territorio. Vamos a recorrer 43.988 kilómetros en 52 asambleas abiertas en las que debatir sobre el futuro de las pensiones https://t.co/nmwDdMUa7b #ahoraPensionesDignas pic.twitter.com/cQYOhxGiQa
— PSOE (@PSOE) December 27, 2017
La idea es reeditar unos contactos con la ciudadanía -no solo militantes y simpatizantes- que ya implantó en 2014, durante su primer mandato en el PSOE. Una política que le valió las primeras críticas de barones y de la viaja guardia porque entendieron que el recién elegido secretario general socialista estaba podemizando el partido con esa apertura de puertas.
El PSOE, que resiste bien en intención de voto frente a Ciudadanos y Podemos en la franja de votantes de edad media, quiere ' pescar' más en ese colectivo apelando a su principal preocupación: la jubilación
Ferraz cree, por contra, que el PSOE se tiene que oxigenar si quiere competir en pie de igualdad con las formaciones de nuevo cuño como Ciudadanos y Podemos, sobre todo en la franja entre los 45 y los 55 años, donde los socialistas resisten en intención de voto mejor que el PP; justo la franja de españoles preocupados por su futura jubilación.
Hay que tener cuenta que, desde la irrupción de esos dos nuevos partidos, la constante en todos los estudios demoscópicos es: a más edad y a población más pequeña, los españoles se decantan claramente por el bipartidismo encarnado en el PSOE y sobre todo el PP, el partido preferido por los mayores de 65 años; mientras que Podemos arrasa entre los jóvenes. Aún así, los socialistas son los más votados entre las mujeres españolas.
Son las conclusiones de los sucesivos barómetros del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que refleja también una tendencia al voto urbano y universitario en los partidos emergentes.