Política

Sánchez convierte al PSOE en el doctor Jekyll y Mr. Hide

En 2019 el presidente del Gobierno consiguió el refrendo de las urnas a su moción de censura. Pero se ha dejado buena parte de su credibilidad por el camino al jugar a un pacto y el contrario durante demasiado tiempo

  • Pedro Sánchez.

Pedro Sánchez ha refrendado por dos veces en las urnas la moción de censura que le aupó a la presidencia del Gobierno. El PSOE ha retenido La Moncloa a un coste que todavía está por medirse. Sánchez ha convertido al PSOE en una especie de doctor Jekyll y Mr. Hide. Y el jefe del Ejecutivo ha acabado haciendo lo contrario de lo que dijo que iba a hacer. Y no es la primera vez que ocurre.

El año 2019 quedará marcado por los cinco procesos electorales vividos en España, incluidas las elecciones generales del 28 de abril y el 10 de noviembre. El PSOE ganó todos ellos en términos absolutos. Pero con unos números muy insuficientes, y una fragmentación parlamentaria sin precedentes.

Sánchez ha liderado un PSOE de dos caras. Después de abril, intentó cerrar un acuerdo de coalición con Unidas Podemos, pero sin demasiado empeño y unas cesiones que el partido de Pablo Iglesias llegó a calificar de humillantes. Y así fracasó la investidura en julio. Por aquel entonces, había quien decía que el PSOE tenía decidido buscar una mayoría más amplia en una repetición electoral.

El 'otro' Sánchez

A partir de ese momento, apareció el otro Sánchez. El líder del PSOE empezó poco a poco a renegar del acuerdo con Podemos, pero sin buscar claramente otras opciones. La mayoría absoluta que PSOE y -Ciudadanos sumaban en abril -180 escaños- se perdió en el vertedero de la historia para siempre .

Sánchez ensayó un giro al centro para la cita del 10-N. Endureció su discurso contra el separatismo, y llegó a decir que no dormiría tranquilo con Podemos como socio de Gobierno. El candidato del PSOE se embarcó en una campaña errática y frenética en busca del votante de Ciudadanos. Pero el electorado de centro y derecha le dio claramente la espalda.

Durante la precampaña, Sánchez se enfrentó a un estallido de violencia en Cataluña por las condenas a los líderes del proceso separatista. A pesar de haber dicho reiteradamente que intervendría la Generalitat, no lo hizo. Y el Gobierno enmarcó lo ocurrido en una crisis de orden público.

Sánchez retrocedió a los 120 escaños y olvidó el papel de Mr. Hyde la misma noche del 10 de noviembre para volver a ser el doctor Jekyll. Menos de 48 horas después de las elecciones, firmó un preacuerdo para un Ejecutivo de coalición con Iglesias. El PSOE ha cedido la vicepresidencia al líder morado, al que vetó en abril, y otras tres carteras de tipo social.

Resucitar al Frankenstein

Sin embargo, el jefe del Ejecutivo se ha topado con una investidura que depende del separatismo, y en concreto de ERC. Y a Sánchez le está costando revivir al Frankenstein. Tanto que nadie conoce el precio. El candidato ha soliviantado a sus barones, a la prensa y probablemente a buena parte de un electorado menguante, que no entiende lo que está pasando. O que no acaba de comprender por qué para este viaje hacían falta estas alforjas.

Todo el mundo da por hecho que ERC facilitará la investidura. Pero mientras llega, Sánchez todavía tiene en su mano volver a convertirse en Mr. Hide

El líder del PSOE quiso ser presidente antes de la Navidad, pero han pasado casi dos meses desde las elecciones de noviembre. Sánchez lleva más de 250 días en funciones. Y el acuerdo con ERC no termina de concretarse. Nadie sabe ya si depende de la famosa mesa de negociación Gobierno-Generalitat o del escrito de la Abogacía del Estado sobre la situación de Oriol Junqueras.

Todo el mundo da por hecho que ERC facilitará la investidura. Pero mientras llega, Sánchez todavía tiene en su mano volver a convertirse en Mr. Hide.  

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