Si Pedro Sánchez consigue formar Gobierno antes del 23 de septiembre, fecha límite para evitar la repetición electoral, hay dos candidatas claras a no sentarse en su próximo Consejo de Ministros. Y no son de Podemos.
Se trata de las titulares de Justicia y Defensa, Dolores Delgado y Margarita Robles, a las que el presidente en funciones ha mantenido de su maratón de reuniones con asociaciones y colectivos.
No es un gran secreto que Robles y Delgado, por diversos motivos, están en la cuerda floja desde hace tiempo. Las reuniones de los últimos días sólo han venido a confirmarlo. Sánchez ha acudido con varios ministros a las citas organizadas por el PSOE.
Ministerios de Estado
El objetivo es armar una propuesta que desbloquee la investidura. Y que el jefe del Ejecutivo presentará a sus potenciales socios -Podemos, PNV, separatistas y Compromís- a partir del 26 de agosto.
Sánchez ha excluido de esta ronda a dos de sus ministras de Estado. No ha habido encuentro con asociaciones de jueces y fiscales. Y está pendiente la polémica renovación del Consejo Superior del Poder Judicial (CGPJ). La reforma de la Justicia también ha sido mencionada alguna vez por el presidente entre sus objetivos de Gobierno. Sin embargo, no se produjeron esos encuentros. Y Delgado no apareció en la foto.
La posición de la ministra está muy debilitada desde que se hicieran públicos algunos audios de sus confidencias con el excomisario José Manuel Villarejo. Delgado fue reprobada por las Cortes varias veces al final de la pasada legislatura. Y pocos dentro del Gobierno apuestan por su continuidad si Sánchez saca la investidura.
Robles es la otra ministra que parece haber perdido definitivamente el favor del presidente. Es cierto que su participación en los encuentros con la sociedad civil es complicada. Pero la ministra está cada vez más distanciada de las empresas españolas dedicadas al sector de la Defensa, una industria pujante y con prestigio fuera de nuestras fronteras. Y la cartera de Defensa ha trabajado mano a mano con ellas en los últimos tiempos.
Las empresas, molestas con Robles
España acogió este año la Feria Internacional de Defensa y Seguridad. Es un encuentro al que acuden militares de todo el mundo y las principales compañías de esta industria. Robles no tenía previsto asistir, pero acabó acudiendo a la inauguración a regañadientes ante el revuelo en la propia cúpula del Ejército. La ministra estuvo apenas unos minutos y esquivó la mayoría de expositores.
Robles también paralizó una venta de armas a Arabia Saudí. La decisión provocó un choque diplomático con el país árabe. Las autoridades saudíes amenazaron con retirar las fragatas que se iban a construir en los astilleros de San Fernando, en Cádiz. La situación obligó a intervenir al presidente, que dio orden de cumplir el contrato firmado con Arabia Saudí.
El malestar del sector ha llegado a oídos del presidente desde otros ministerios, que consideran que Robles torpedea su labor soterrada para conseguir contratos en todo el mundo. La titular de Defensa, independiente y defensora del "no es no" de Sánchez, fue premiada con la portavocía del Grupo Socialista en el Congreso tras el regreso de Sánchez a la secretaría General. El cargo lo ejerció hasta la moción de censura, a pesar de las reticencias de parte del PSOE.