Política

Santi Vila, el Macron catalán, rumbo a la presidencia de la Generalitat

Santi Vila se perfila como el candidato del catalanismo centrista y sensato. Saltó del 'Govern' en el último minuto, quizás para convertirse en cabeza de cartel. 

  • Santi Vila, exconsejero de Economía

El PDeCAT sale del proceso secesionista roto, desarbolado y sin liderazgos claros. Intenta ahora recomponer sus piezas, a la espera de que se clarifique la situación tras la puesta en marcha del 155. En veinte días tendrán que formalizarse las listas para concurrir a las elecciones del 21-D convocadas por Mariano Rajoy. Los herederos de Convergencia maniobran ahora con tiento en busca de candidato.

Aparece ahí Santi Vila, el único 'conseller' que saltó en marcha del autobús del 'procés' dos minutos antes de que se despeñara. Siempre ha sido ese 'verso suelto' de los nacionalistas, alejado de las tesis más rupturistas, reacio a identificarse con la desnortada campaña en pro de la independencia, enormemnte crítico con los radicales de la CUP y considerado por ERC como una especie de exotismo. 

Amigo íntimo de Puigdemont, de los tiempos en que él era alcalde de Figueras y el 'expresident' lo era de Gerona, Santi Vila nunca ha ocultado sus ambiciones políticas. Sus buenas relaciones con Madrid, en especial con Ana Pastor, cuando la presidenta del Congreso ejercía de ministra de Fomento, le granjearon simpatías en Madrid y recelos enormes entre las filas del separatismo. 

El exotismo centrista

El centrista Vila pasa por ser el 'Macron del nacionalismo', una rara especie de centrista liberal, apasionado de Cataluña pero muy alejado de las soluciones extremas. "No te puedes fiar de él, no parece de los nuestros", es el comentario de algunos de sus compañeros filas, que le tachan de 'trepa', manipulador y conspirador. Su papel de mediador en las horas previas a la proclamación de la independencia, un misterio aún por resolver, evidenciaron sus buenos contactos con la clase política del Estado y su empeño en evitar la hecatombe.

El PDeCat, desconcertado y prácticamente descabezado tras la intentona golpista, busca ahora rehacer sus filas en tan sólo dos semanas. Y busca, asimismo, un candidato. La mayor parte de la dirigencia pretende reeditar la colación con ERC, el Junts pel Sí que ha gobernado estos dos años Cataluña, conduciéndola al actual desastre. Oriol Junqueras no es partidario de esta solución, pero nadie descarta nada. 

En el caso de que el PDeCAT decida concurrir por libre, aparece Santi Vila como el aspirante con más opciones. No produce rechazo, no tiene vínculos con la corrupción del pujolismo, encarna ese nacionalismo prudente con el que se identifica la burguesía catalana y es visto con cierta simpatía por la Moncloa. Ex consejero de Cultura y de Empresa, historiador, de 46 años, taurino, 'traidor' para los independentistas, Vila sería la opción pactista para abordar la nueva etapa surgida ahora en Cataluña. Tiene incluso registrada una plataforma política, Plataforma par la Democracia, que podría ser la rampa de lanzamiento hacia las elecciones de diciembre. 

Un aspirante indepedentista

Dentro del PDeCAT hay otros personajes que aspiran asimismo a ser cabeza de cartel. Parece Josep Rull, exconsejero de Territorio, ha dado un paso al frente. Este lunes colgó en las redes su fotografía en el despacho oficial, entre el silencio absoluto del resto de sus excomapañeros de Gabinete. Ni siquiera Puigdemont apareció en la Generalitat, aunque colgó una voluntariosa fotografía intramuros del Palacio, sin fecha ni protagonista. El domingo se dejó ver en un acto en Sant Cugat en conmemoración de la llegada del ferrocarril. Allí se presentó como 'conseller', de acuerdo con la prensa local. El resto del 'Govern' estaba de fin de semana, oculto, desaparecido. Nadie osó aparecer en acto oficial alguno.

Rull es independentista, forma parte de la sección más intransigente de su partido. Concejal, diputado, ha sido mano derecha de Artur Mas como secretario de Organización de Convergencia y, luego, coordinador general del PDeCAT. Quizás su tiempo ya ha pasado pero en su formación se insiste hoy en presentarle como el cabeza de cartel natural para estos comicios. Tiene dos problemas: se la jugó con la aventura secesionista y apenas es conocido más allá de la interna nacionalista. 

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