Han pasado casi 44 años para que los restos de Francisco Franco salieran del Valle de los Caídos y, casualidades de la vida, dentro de otros 44 se podría dar una exhumación parecida en el cementerio de Mingorrubio. ¿Por qué en 2063?
El panteón en el que reposa desde ayer el dictador junto a su viuda, Carmen Polo, es de titularidad pública. En la actualidad, depende de Patrimonio del Estado, después de que el pasado mes de mayo se transfiriese desde Patrimonio Nacional, el organismo que gestiona los bienes de la Casa Real y al que se adjudicó la titularidad a mediados de la década de los sesenta.
El decreto de transmisión de un organismo público al otro facilitó los trámites para el traslado del cadáver del dictador, ya que "la concesión de un título de derechos funerarios sobre una unidad de enterramiento" no se ajustaba con los fines de Patrimonio Nacional, argumentó el Ejecutivo.
A dicha titularidad pública del panteón de Mingorrubio le quedan, por concesión administrativa, un total de 44 años y en 2063 puede pasar cualquier cosa. El Estado podría renovar dicha concesión, pero hay otras opciones. Por ejemplo, el Gobierno que haya en ese momento podría desentenderse de ese terreno tan particular dentro del cementerio, lo que obligaría a la familia a comprar el panteón o, en su defecto, a buscar una nueva sepultura.
Intento de venta
El Ejecutivo de Pedro Sánchez ya intentó desprenderse de este panteón hace unos meses, cuando ofreció a los nietos de Franco la venta de dicha concesión al precio tasado por metro cuadrado, pero la familia rechazó el ofrecimiento.
Francis Franco explicó en una entrevista a El País el por qué de la negativa. "No queremos comprarlo y quedarnos con un sitio sin seguridad. Si lo tiene el Gobierno, por lo menos tiene la obligación de custodiarlo, aunque le cueste dinero a todos los españoles, lo cual me parece una frivolidad, pero no podría permitirse que fuese profanado. Si fuese nuestro, nosotros no tenemos medios para poner ahí un guardia de seguridad toda la vida".
Esa falta de seguridad que alegaba el nieto mayor del dictador para no quedarse con la parcela de Mingorrubio podría ser alegaba por sus descendientes dentro de 44 años para sacar los restos de Franco y su viuda y buscarles un nuevo emplazamiento.
La seguridad y la llave
Mientras llega ese momento, el mantenimiento y la vigilancia policial correrán a cargo del erario público. Patrimonio del Estado ha colocado rejas en las ventanas, una puerta blindada y sensores volumétricos con los que se detectará cualquier posible intrusión. Todas estas medidas de seguridad para la tumba de Mingorrubio han costado 39.911,79 euros.
El Gobierno confía en que con el paso de los meses no sea necesaria la vigilancia policial o de una empresa de seguridad, más allá de que en momentos puntuales, como cada 20-N, haya que reforzar el dispositivo en torno a Mingorrubio.
Entretanto, la llave del panteón quedará depositada en Delegación del Gobierno de Madrid, en Patrimonio del Estado y en el propio cementerio, por lo que los familiares de Franco podrán acceder al mismo siempre y cuando se avise con un día de antelación. Es el mismo régimen que existía con Carmen Polo y que, curiosamente, no se ha aplicado últimamente ya que la viuda del dictador no ha tenido visitas en los últimos años.