Susana Díaz se ha quedado lejos del resultado que todos los suyos esperaban. Con el 85% escrutado, sus apoyos se han quedado clavados en el 40%, casi diez puntos por debajo del ex secretario general, que ha arrasado y ha vuelto a hacerse con el control del PSOE. Sin el apoyo de ningún aparato, ni el respeto del viejo PSOE, y ajeno ya a las instituciones.
Visto desde el otro lado, la líder del PSOE andaluz ha perdido las primarias pese a tener de su lado al poder del PSOE de hoy y de ayer y, como ejército, a la federación más numerosa (con mucha diferencia) de todo el partido. Y a pesar de que el calendario se había diseñado en función de sus intereses, alejando el Congreso de la vista de todos con la intención de que, a estas alturas, nadie se acordara de Sánchez.
Sin embargo, en los casi ocho meses que han pasado desde que él dimitió como secretario general, los 'susanistas' han cometido muchos errores de cálculo y no han calibrado bien la resaca del Comité Federal más duro que se recuerda en el partido, el impacto del “derrocamiento” de un secretario general, las consecuencias de la abstención y el fervor de los 'pedristas'.
Cuando el pasado enero se aplazó el Congreso hasta junio, Susana Díaz se hizo de inmediato con el papel de favorita, aunque Patxi López y Pedro Sánchez se adelantaron en los anuncios de sus candidaturas. Entonces, nadie creía que el ex secretario general pudiera ganar contra todo el poder del PSOE, con el único apoyo de un grupo de diputados y ningún aparato.
Este papel virtual se esfumó cuando Pedro Sánchez dio la sorpresa y pisó los talones a Susana Díaz en la recogida de avales. La andaluza fue la que más firmas presentó, unas 60.000, pero Pedro Sánchez, se quedó sólo 6.000 por debajo y la arrebató ese primer puesto que hasta este domingo no se ha confirmado.
Ese día, los 'susanistas' no pudieron disimular su sorpresa y desde entonces no han podido disimular su preocupación. Mientras tanto, Sánchez cabalgaba sobre la euforia de los suyos y su equipo insistía en que a esas firmas se les daría la vuelta, que Susana Díaz tendría menos votos que avales, como finalmente ha ocurrido.
Menos votos que avales
Si Susana Díaz llevó unos 60.000 avales firmados con el puño y la letra de los afiliados, se ha quedado en los 51.518 votos. ¿Demuestra esto que algunos avales eran forzados, que hubo presión? Algunos 'susanistas' admiten que esto deja a la presidenta de la Junta “tocada”. “Es muy negativo”, reconoce a Vozpópuli un veterano dirigente socialista, para quien no hay dudas de que esta derrota “contundente” traerá muchas lecturas también en Andalucía.
En su federación, Susana Díaz ha sacado el 64,11% de los votos, 30 puntos más que Pedro Sánchez, pero la victoria es amarga: de los casi 46.000 afiliados que tiene el PSOE andaluz, con el 82,5% escrutado, ha conseguido el apoyo de algo más de 21.000 socialistas. Sus avales fueron 26.551. Es decir, que hubo 5.000 militantes que firmaron su aval pero luego, o bien se han quedado en casa o han apoyado a otro candidato. Para Sánchez la jugada ha sido inversa: tuvo 8.818 avales y con ese escrutinio supera los 10.000 votos.
¿Y ahora? En los círculos 'susanistas', nadie pone en duda que seguirá al frente de la Junta de Andalucía. Una cosa son los militantes, dicen, y otra los millones de andaluces que le han confiado la gestión de su Gobierno. Y eso no se toca, añaden, aunque admiten que la oposición le va a hacer cuesta arriba el camino que tiene por delante.
Estas primarias, además, confirman una de las peores acusaciones que le hacían en campaña, que Díaz 'no tira' fuera de Andalucía: sólo ha ganado en su federación y en Aragón, aunque por un margen muy estrecho. En la federación de Javier Lambán, con el 78% escrutado, sólo le sacaba al nuevo secretario general un centenar de votos.
Ha perdido en Castilla-La Mancha, Extremadura, Madrid, Murcia y Ceuta, donde se había impuesto en los avales, y en el resto de federaciones. Amplísimas han sido las derrotas en Baleares (sólo ha obtenido el 17% de los votos), Cantabria (14,08%), Cataluña (11,52%), Euskadi (7,65%) y Navarra (16,71%).
A partir de ahora, muchos se preguntarán qué ha fallado. Entre las respuestas que algunos ya ofrecen a pocas horas de la derrota está la falta de relato alternativo al de Pedro Sánchez y, en particular, para explicar la abstención. Pero, además, reconocen que no han hecho una buena campaña: parece que prometer un PSOE “100% PSOE” y tener "ganas de ganar" ya no era suficiente.