Política

La tensión interna en el PSOE estalla a una semana del referéndum en Cataluña

La iniciativa de Ciudadanos para respaldar la respuesta del Gobierno en Cataluña revienta las costuras del Grupo Socialista en el Congreso: los diputados que no estuvieron con Sánchez en las primarias se indignan por el 'no'.

  • Meritxell Batet, Patxi López, José Luis Ábalos y Pilar Cancela en el Congreso

El PSOE acusaba a Ciudadanos de buscar división con su iniciativa en el Congreso para trasladar el respaldo al Gobierno ante el desafío independentista en Cataluña, pero lo que no esperaba es que acabara dividiendo al Grupo Socialista. El voto en esta iniciativa ha provocado una crisis en el partido, sobre la que ha planeado una ruptura de la disciplina de voto que al final se ha concretado en que cuatro diputados, tres andaluces y la exportavoz Soraya Rodríguez, han votado diferente al resto, aunque los primeros lo han atribuido a un error y sólo la exportavoz ha explicado que lo ha hecho a conciencia.

Después de horas enredados en el debate en torno a la aplicación del artículo 155 de la Constitución para frenar el 1-O, no se preveía que la posición del PSOE frente a la proposición no de ley de Ciudadanos fuera a generar muchos problemas. Ya eran conocidas las críticas de la dirección socialista a la oportunidad de esta iniciativa, en un momento en el que las relaciones con el partido naranja parecen resentirse: los de Albert Rivera no apoyan su comisión de estudio sobre el modelo territorial en el Congreso y los de Pedro Sánchez acusan a Ciudadanos de estar permanentemente en la búsqueda de la "foto" para "hacerse un hueco" en esta crisis política. 

El Grupo Socialista anunció este martes una enmienda a la iniciativa que pretendía escenificar el apoyo del Congreso al Gobierno y el poder judicial en la crisis en Cataluña. La portavoz, Margarita Robles, informó a sus compañeros de que, si era aceptada, votarían favorablemente y si no, se abstendrían. Pero entendían que no habría motivos para oponerse a pactar un texto de consenso que incorporara, como pedía el PSOE, dejar claro el apoyo a los alcaldes y abogar por la apertura de un espacio de diálogo para buscar "una salida pactada y legal" para acabar con la división en Cataluña.

Según varios de los asistentes a la reunión interna, en ningún momento hubo una discusión sobre la posición de los socialistas y sólo el diputado por Guipúzcoa, Odón Elorza, defendió la abstención en todo caso. Nadie pidió el voto en contra.

Sin embargo, una vez finalizado el debate de la iniciativa en el Pleno, en el que el Albert Rivera y la portavoz adjunta Meritxell Batet, cruzaron gruesos reproches, comenzó a instalarse "en el ambiente" la "sensación" de que se podría pasar al 'no'. Y fuentes de la dirección no lo descartaron.

El cabreo fue de inmediato muy evidente. Mientras continuaba el Pleno, en el patio del Congreso se formó un corrillo de diputados, que, con semblantes serios y gestos elocuentes, criticaban la posibilidad de oponerse a una iniciativa en defensa de la Constitución y la legalidad en Cataluña.

En esa conversación, que se prolongó varios minutos, estaban dos exportavoces parlamentarios, Antonio Hernando y Soraya Rodríguez; el expresidente de Castilla-La Mancha José María Barreda y los diputados por su comunidad Pablo Bellido y José Miguel Camacho; el cántabro Ricardo Cortés; el valenciano Ciprià Císcar y el turolense Ignacio Urquizu. Todos del sector del partido que apoyó a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, en las primarias de pasado 21 de mayo.

En ese corrillo no había ningún diputado andaluz, aunque esta delegación compartían la preocupación y el malestar. En un momento dado, Císcar y Barreda dejaron el patio y entraron en una sala junto al Hemiciclo, donde se les unió primero el granadino Gregorio Cámara y después el resto de protagonistas de la primera charla.

Y desde ahí volvieron a sus escaños para comenzar la votación, sin que en ese momento se hubiera dado una directriz. El sentido del voto, en contra de la PNL de Ciudadanos, fue desvelado ya con todos los diputados en su asiento. Todos votaron 'no' a excepción de cuatro diputados: se abstuvieron los andaluces Antonio Pradas (que formó parte de la primera Ejecutiva de Pedro Sánchez hasta que él mismo llevo las firmas de 17 dirigentes que trataron de hacer caer esa dirección), Gregorio Cámara y José Juan Díaz Trillo, y la vallisoletana Soraya Rodríguez.

Al finalizar el Pleno, Pradas, Cámara y Díaz Trillo aseguraron que su abstención había sido fruto de un error. Y sus palabras fueron corroboradas por la 'pedrista' Zaida Cantera, que aseguró que ella misma había entendido que el voto era de abstención y se confundió, pero pudo enmendar el error, mientras que a otros compañeros de fila no les dio tiempo.

Pradas, Cámara y Díaz Trillo aseguraron que su abstención había sido fruto de un error. Y sus palabras fueron corroboradas por la 'pedrista' Zaida Cantera, que aseguró que ella misma había entendido que el voto era de abstención

Para insistir en este argumento, algunos diputados andaluces mostraron el mensaje que el propio Pradas les había mandado para explicarles que votarían "con disciplina" lo que decidiera la dirección, aunque no lo compartieran. Y así se lo aseguraron después a la portavoz del Grupo Socialista, que aseguró creer las explicaciones de sus compañeros.

Caso diferente fue el de Soraya Rodríguez que, nada más salir del Pleno explicó que se había abstenido de manera consciente. La exportavoz criticó que en la reunión de grupo no se hubiera planteado la posibilidad del no, ya que sólo se había hablado del sí o la abstención, y defendió que en estos momentos, con el "golpe a la democracia" que se está cometiendo en Cataluña, el PSOE no puede separarse de la defensa de la legalidad y el respaldo al Gobierno para frenar el desafío.

Rodríguez también cree que la iniciativa es "inoportuna" y lamenta que Ciudadanos haya propiciado esta división -no ha salido adelante por el rechazo del PSOE- pero insistió en que el grupo debería haber planteado el rechazo en la reunión para dar pie a un debate que no se produjo. Su preocupación, ha admitido, saltó cuando empezaron a llegarles "rumores" sobre la posibilidad de que fuera un 'no'. 

Y su indisciplina le acarraerá una sanción económica, tal y como ella ha admitido y han apuntado fuentes de la dirección, que creen que el malestar de los 'susanistas' no es por el fondo de la iniciativa. Según dicen, lo que les han traslado los críticos son dos preocupaciones: la repercusión en la prensa de las consecuencias del voto negativo del PSOE para impedir que salga la iniciativa y la ausencia del debate. 

A lo primero, desde la dirección responden que sus miras no están puestas tanto en el titular del día siguiente sino a largo plazo y consideran que hay que desenmascarar a Ciudadanos, a quienes acusan de buscar su protagonismo en medio de una crisis muy grande mientras menosprecian la solución a favor del diálogo de los socialistas. De hecho, denuncian que ni siquiera han querido negociar su enmienda.

Y ante lo segundo, admiten que podía haberse debatido más a fondo, pero añaden que no se pusieron en el escenario del no porque no contemplaban la posibilidad de que Ciudadanos rechazara su enmienda.

Decisión de Pedro Sánchez

Ante estas quejas, la propia portavoz parlamentaria explicó a quienes le preguntaron que había sido una decisión de Pedro Sánchez. Algunos 'susanistas' añaden que en conversación con el primer secretario del PSC, Miquel Iceta: consideran que el líder del PSOE se ha plegado a los intereses de los socialistas catalanes, que quieren desmarcarse del partido naranja. 

Precisamente, esta ruptura del frente común llega el mismo día en que el PSOE ha endurecido su tono contra el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Preguntada por la polémica en el PSOE en torno al apoyo a la aplicación del 155, la portavoz parlamentaria pasó al ataque contra Moncloa y exigió al jefe del Ejecutivo que abandone "la indefinición" y aclare qué piensa hacer para impedir el 1-O.

Pero en Ferraz no preocupa esta crisis interna. Fuentes de la Ejecutiva socialista apuntan que quienes han cuestionado el voto en contra son "los mismos" que defendían la abstención para dejar gobernar a Mariano Rajoy y añaden que esto "el partido lo resolvió en las primarias del 21 de mayo". Y defienden que no van a tomar decisiones por miedo a los titulares: "Ganamos las elecciones con todos los titulares en contra", afirman.

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