La crisis territorial de Podemos avanza. Después de Valencia, Cataluña y Galicia, la división interna que está quebrando al partido de Pablo Iglesias se expande por Asturias, Aragón y Cantabria. La pelea por entrar en las listas y la actividad en la sombra de Íñigo Errejón van ensanchando una peligrosa herida para el futuro del partido nacido después del movimiento 15-M.
Podemos está roto en muchas localidades, reconocen fuentes internas de la formación morada. En Aragón, la polémica se concentra en el ámbito autonómico. Aquí Podemos se ha dividido en dos. El lado oficialista aboga por no entrar en la plataforma común creada hace cuatro años. Ve poco equilibrado el reparto de puestos con IU, aunque otro sector, el crítico, ha decidido plantar cara al líder autonómico, Nacho Escartín, y ha anunciado que sí se presentará a las primarias de la confluencia.
Escenario parecido se vive en el ámbito municipal. El alcalde de Zaragoza, Pedro Santisteve, confía en que la crisis interna a la coalición Zaragoza en Común (ZeC) se pueda resolver antes de las elecciones del 26 de mayo. Pero el temor es que se repita el escenario madrileño.
Aragón y Cantabria
En la capital, la polémica atañe a la “traición” de Errejón y Manuela Carmena, y en Aragón la situación no es muy diferente. El rechazo de Podemos a participar en las primarias de Zaragoza en Común se debe a una pugna por el sistema de votación de primarias. Podemos quería que sus afiliados votaran sin registrarse en la plataforma común, pero los responsables de la agrupación lo exigían, lo que hacía presagiar un intento de canibalización de la militancia de Podemos.
También en Cantabria la situación es muy tensa. La ex líder del partido morado, Rosana Alonso, y otros dos miembros de su dirección fueron inhabilitados por el partido de Iglesias por un supuesto caso de acoso laboral. La inhabilitación les impidió participar en las primarias para las elecciones autonómicas, pero los involucrados decidieron denunciar a Podemos. El caso acaba de llegar ahora en los tribunales.
La fragilidad interna de Podemos en Cantabria dificulta la búsqueda de acuerdos a nivel municipal y autonómico con IU y EQUO. Es difícil que se lleguen a acuerdos en las semanas previas a las elecciones locales. Para el Congreso, en cambio, parece que el fuego se ha apagado. El preacuerdo firmado entre Alberto Garzón e Iglesias –pendiente de que las bases de IU lo ratifiquen- fija que el número uno en la lista del Congreso sea Luis del Piñal (Podemos), mientras que IU se quedará con el primero del Senado.
Ruptura de IU en Asturias
Caso diferente es el de Asturias. Aquí IU ha decidido no ir a las autonómicas de la mano de Podemos. En el Principado las relaciones entre IU y Podemos han sido siempre conflictivas. Entre otras cosas por la presencia de los afines a Gaspar Llamazares, ex coordinador federal de IU muy crítico con el proyecto político de Iglesias, sobre todo por su acercamiento al separatismo catalán. Más allá de la ideología, las discrepancias se concentran otra vez en la confección de las listas.
En todas estas tres Comunidades Autónomas, pero sobre todo en Asturias, fuente de Podemos añaden a Vozpópuli que algunos dirigentes están hablando de manera discreta con Errejón y su mano derecha, Tania Sánchez. El proyecto de Errejón se está haciendo fuerte en Madrid, pero empieza a mostrar sus tentáculos fuera de la Comunidad madrileña.
El umbral del 15% de votos
La estrategia que manejan los afines al ex número dos de Podemos es esperar a las generales, cuando Iglesias sufrirá según todos los pronósticos un retroceso electoral. El tamaño de esa caída lo decidirá todo. Si Podemos no logra remontar y alcanzar al menos un 15% de votos, su presencia en el Congreso será residual.
De ahí que cuadros intermedios y dirigentes locales tengan que decidir si seguir apostando por Podemos o decidir sumarse a la iniciativa de Errejón. “De Más Madrid a Más España”, es el lema extraoficial del que todos hablan. De seguir adelante, la historia reciente de Podemos podría considerarse cerrada. Y se abriría la nueva era del proyecto de Errejón: más nacional y más centralista.