La política no es la única que busca regenerarse. También las empresas y universidades. A partir del curso que viene, la Universidad Rey Juan Carlos -aquejada en los últimos meses por el denominado 'Caso Master'- quiere poner en marcha una nueva unidad que tratará de impedir que vuelvan a darse modus operandi similares al que propició que Cristina Cifuentes obtuviese un título de forma supuestamente fraudulenta y que continúa investigado por la justicia. Se trata de la Oficina de Transparencia y tendrá como objetivo defender la universidad pública como garantía de equidad e igualdad de oportunidades.
A imagen y semejanza de otras oficinas que existen en universidades como la de Iowa, la de Utah o la de Ohio, la URJC -que cuenta en la actualidad con cerca de 46.000 estudiantes matriculados en titulaciones oficiales, convirtiéndose en la segunda universidad pública con más alumnos de la Comunidad de Madrid- esta unidad se integrará en el también nuevo Vicerrectorado de Calidad, Ética y Buen Gobierno, que será el encargado de un nuevo protocolo para "garantizar la autenticidad de una firma en las calificaciones de las actas de los alumnos" para conocer "en todo momento" quién actúa sobre los documentos que se generan, desde que se genera hasta que llega a su fin.
Firmas "auténticas" en actas
Este sistema está dirigido a los procesos de firma y modificación de actas en los que se implementará un mecanismo de firma electrónica y un segundo factor de autentificación en el proceso de identificación. Conocedor del desarrollo de códigos éticos y otros aspectos relacionados con la integridad académica en distintas universidades de Estados Unidos, Manuel Gertrúdix, nuevo vicerrector de Calidad, Ética y Buen Gobierno, explica que las universidades norteamericanas disponen de procedimientos muy consolidados en torno a las estructuras de este tipo de unidades.
"La tradición que hay en EEUU en cuanto a su propia normativa y legislación sobre el acceso a datos en abierto, la transparencia o la rendición de cuentas es muy distinta de la europea", considera. "Hemos conocido de primera mano varias universidades, y hemos examinado cómo se han desarrollado distintos códigos éticos de estas universidades, aunque también de otras europeas y nacionales", señala.
Según Gertrúdix, en la URJC tienen un compromiso general y firme "con un trabajo enorme detrás" en generar una cultura institucional y trasladar las buenas prácticas. El fin de universidad pública, añade, es generar conocimiento, una mejor sociedad y riqueza para el país. En esa línea, la URJC está desarrollando un Código Ético, un instrumento enfocado en la Responsabilidad Social Universitaria, tal y como se hace en las empresas, que sirva "para mejorar los procesos internos y de cara a la sociedad".
Mecanismos de participación
Por otro lado, el vicerrector de Calidad, Ética y Buen Gobierno recuerda que la división de Calidad ya existía con la acreditación, certificación, validación y seguimiento de títulos universitarios como tareas encomendadas. Así cómo existe un buzón de sugerencias y quejas. "Se trata de un canal activo a través del cual la comunidad educativa puede pedir información", comenta. Sin embargo, la idea de la URJC es ampliar esos mecanismos de participación y facilitar más canales.
¿Se podrán hacer denuncias de forma anónima para garantizar la protección del denunciante? "Estamos estudiando cómo se están desarrollando estos procedimientos en otros ámbitos. Queremos garantizar la participación, no solo cuando se dan problemas, sino que se trate de algo proactivo y lo más eficiente posible.
Desde el vicerrectorado que liderará, además tratarán de promover acciones formativas para impulsar la cultura institucional comprometida con los principios de transparencia, de participación, de rendición de cuentas y también el grado de cumplimiento que la propia universidad va haciendo.
