El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha defendido que el "derecho a decidir" no es "un derecho jurídico como tal, sino un planteamiento de naturaleza democrática" y que no implica "necesariamente" el ejercicio de la independencia.
Urkullu ha hecho esta reflexión en sendas entrevistas concedidas a los periódicos de los grupos Vocento y al diario Deia publicadas hoy en las que opina sobre la crisis del modelo territorial en España, el "proceso" en Cataluña, la posición de la UE ante los nacionalismos locales y la negociación presupuestaria en Euskadi para 2018.
En relación al ejercicio del "derecho a decidir" en Euskadi, Urukullu señala en la entrevista del grupo Vocento que "hay una mayoría importante de la sociedad vasca, que se refleja en las encuestas, que dice estar de acuerdo con el derecho a decidir".
"Y es necesario clarificar -añade-, que el derecho a decidir no es necesariamente el ejercicio de la independencia", sino que es, a su juicio, "favorecer que los ciudadanos puedan ser consultados de manera pactada y con garantías para que se pueda reflejar lo que hayan decidido".
Urklullu deja en manos de los partidos representados en el parlamento Vasco el alcanzar un acuerdo sobre la forma en que se tendría que ejercer ese planteamiento, aunque asegura que él no plantearía una consulta "sin que haya un acuerdo suficiente en la sociedad vasca, lo más amplio posible y entre sentimientos de pertenencia diversos y diferentes".
En la entrevista al diario Deia, Urkullu señala que "la vía vasca (hacia un mayor autogobierno) debe evitar la fractura social y la frustración por discursos que luego no son posibles".
Respecto a la crisis del modelo territorial en España, Urkullu considera que éste "necesita una revisión", muestra su "preocupación" porque "haya una pulsión recentralizadora al amparo del (artículo) 155" y recuerda que su reivindicación permanente siempre ha sido "la unión voluntaria y no la unidad impuesta o constitucionalizada que impera desde la Constitución de Cádiz de 1812".
Sobre la crisis en Cataluña y su intervención el pasado 26 de octubre ante el president Carles Puigdemont para que convocase elecciones, el lehendakari vasco señala que intentó que se convocasen "hasta el final" y que aceptó intervenir porque se lo pidió el propio Puigdemont el 19 de junio.
Urkullu se ha mostrado también molesto con las recientes declaraciones del presidente de la Comisión europea, Jean Claude Juncker, de que los nacionalismos son veneno y que si ya resulta difícil manejar una Europa de 27 miembros lo sería más con 95.
El lehendahakari, tras revelar que ha dirigido una carta personal a Juncker sobre este asunto, aboga porque la UE impulse "una directiva de claridad que sirviera de paraguas a los Estados miembros para facultar a las regiones con capacidad legislativa singular a que impulsen consultas de las que se derive un proceso de negociación real".