El papel del rey don Juan Carlos en las celebraciones del 40 aniversario de la Constitución es objeto de revisión en Zarzuela. El archivo de la pieza de Corinna Larsen por parte de la Audiencia Nacional puede modificar la planificación de esos actos. Las sospechas que se cernían sobre la figura del rey padre quedan judicialmente despejadas. Los planes de la Casa Real son objeto de revisión estos días al objeto de conformar una agenda aún por cerrar.
Al mismo tiempo se producía la decisión de cerrar las puertas en el Congreso a una comisión de investigación reclamada por Podemos con la anuencia de grupos soberanistas. El PSOE, con el concurso de Ciudadanos y PP, atajaron esta iniciativa que apenas tuvo posibilidad alguna de convertirse en realidad. Tan sólo ruido sobre la Corona en uno de los momentos más delicados de la Transición.
La presencia de don Juan Carlos en esta conmemoración estaba en alero. El 'caso Corinna' le relegaba al ostracismo. Este verano tuvo que suspender su participación en las regatas de Mallorca tras estallar el escándalo de las cintas en las que su antigua 'amiga íntima' le acusaba de una serie de presuntos delitos. Una finca en Marrakech, comisiones del AVE a la Meca, cuentas secretas en Suiza... las grabaciones del excomisario Villarejo, difundidas por 'El Español' y 'OK diario', produjeron una conmoción que forzaron a arrinconar de nuevo a don Juan Carlos lejos de los actos oficiales.
Este viernes, en una sola jornada, el panorama ha dado la vuelta. El horizonte aparece más despejado. Las dudas sobre la presencia del antiguo monarca entran en revisión. La Casa Real mantiene, como es habitual, un silencio sepulcral sobre sus planes. Don Juan Carlos está empeñado en comparecer en esta conmemoración histórica, cuyo calendario fue presentado oficialmente esta semana en el Palacio de las Cortes por el presidente del Gobierno. Ni una sola referencia en sus palabras, ni en las de la titular del Congreso, Ana Pastor, sobre el papel jugado por la Corona en estas cuatro décadas. Ni una mención, tampoco, al 'timonel' de la monarquía.
Mensajes de indignación
"Algo tuvo que ver", comentan fuentes de la familia, indignadas con esta actitud. El primer acto de la marginación ocurrió el pasado año, con los cuarenta años de las primera selecciones democráticas. "Estaban hasta los nietos de la Pasionaria", comentaban algunos SMS cursados desde el móvil de don Juan Carlos a amigos y periodistas. Un escándalo superlativo. La auténtica versión de los hechos es que el rey padre asumió su sacrificio y aceptó su ausencia, luego de conversar con su hijo. Pero, al seguir la ceremonia por televisión, se encendió y organizó una sonora protesta.
Iba a ser este año el del lavado de imagen de don Juan Carlos, el de su restitución pública. Cumplió 80 años en enero. Su esposa, la reina doña Sofía, los cumple en noviembre. La Carta Magna llega a los 40 en diciembre. Una acumulación de efemérides ideal para restitución de la imagen de la Institución, sumamente dañada tras los episodios de la cacería de elefantes en Botsbuana. El estallido de las cintas de Corinna echó por tierra estos planes. El papel del rey emérito volvía a esta en cuestión.
Dudas y marcha atrás
Saltaron de nuevo las dudas en Zarzuela que, ahora, empiezan a quedar despejadas. Don Felipe quiere rendir a su padre el homenaje que se merece. Salvo un nuevo sobresalto, se da por hecho que don Juan Carlos asistirá, al menos, al acto institucional del día 6 de diciembre, con el que culminará un programa que arranca la semana próxima. Conciertos, exposiciones, libros, conferencias... una oferta muy completa que en su momento preparó Soraya Sáenz de Santamaría y que ha rematado ahora el equipo de Carmen Calvo. Faltan algunas piezas por encajar.
El rey padre recibirá, casi con toda seguridad, los honores que le corresponden como uno de los principales protagonistas de la Transición y de la Constitución. Los partidos democráticos de la Cámara están mayoritariamente de acuerdo. Los nacionalistas y la extrema izquierda se muestran algo refractarios. Pablo Iglesias, por ejemplo, no asistió a la presentación oficial de los festejos. Los nacionalistas, tampoco. Don Juan Carlos, esta vez, parece que no tendrá que ver la ceremonia por televisión.