La sintonía entre Alberto Núñez Feijóo y Pepe Álvarez es conocida. Más allá del respeto mutuo que ambos reconocen en público, algo probablemente exótico en tiempos de polarización política entre un líder del PP y un secretario general de la UGT, Feijóo y Álvarez tienen "amigos en común" –así lo ha dicho el líder sindical– y una capacidad para llegar a acuerdos demostrada en la etapa del gallego al frente de la Xunta. Buena prueba de todo ello fue la reunión mantenida este martes entre ambos en la séptima planta de Génova, durante la ronda de contactos con los agentes sociales que el líder del PP está realizando para presentar su Ley de Conciliación.
"El hecho de que Pepe, como Unai Sordo [líder de CCOO] el lunes, vengan a Génova y pierdan el complejo de hablar con la derecha española ya es importante", celebran en el equipo de Feijóo, donde sacan pecho de un debate, el de la conciliación laboral y familiar, que consideran "valiente", fuera de la "zona de confort" del PP y "capaz de penetrar como un cuchillo en la mantequilla" en el electorado de izquierda moderada.
Desde el entorno del líder ugetista, por su parte, confirman la "cordialidad" de la reunión y saludan el giro social de Feijóo, pero también subrayan una de las peticiones trasladadas por Pepe Álvarez durante el encuentro: que los populares apoyen la reforma de las pensiones en el Congreso. En la central sindical, además, gustó la música que escucharon en el 13 de Génova y se muestran optimistas por acercar al PP a los principales cambios en materia social que se están planteando. Como mínimo, para que no se opongan a ellos.
Como ha podido saber Vozpópuli de fuentes cercanas al encuentro, Álvarez insistió a Feijóo para que los populares no impidan la reforma del sistema de pensiones que en las próximas semanas se tendrá que votar en el Congreso. Aseguran en el sindicato que Feijóo remitió a su vicesecretario económico, Juan Bravo, el texto de la reforma de las pensiones que patronal y sindicatos han pactado para que lo estudiara en el mismo marco de la reunión.
El proyecto de ley, cuya principal novedad son los cambios introducidos en materia de jubilación parcial y activa, fue valorado positivamente –siempre según fuentes sindicales– por Bravo, con una importante salvedad: que ni el Gobierno ni sus socios introduzcan cambios de última hora al texto, como, por ejemplo, hizo Sumar el pasado 31 de julio en la Comisión de Justicia del Congreso con la rebaja de las condenas a los presos etarras. O lo que es lo mismo, el PP, a falta de estudiar a fondo la memoria económica, apoyaría el texto tal y como está ahora mismo.
El PP se resiste a "salvar" a Sánchez en el Congreso
Pero las versiones aportadas por los cuarteles generales de Génova y Avenida de América difieren. Y es que en Génova rebajan el grado de optimismo que muestran en el entorno de Pepe Álvarez. "La realidad es que el PP aún no ha fijado posición en este asunto. Es un tema que aún no se ha analizado en profundidad en los órganos de decision interno, ni en el partido ni en los grupos parlamentarios", acotan desde el equipo de Feijóo. En Génova niegan que el tema formara parte de la reunión entre Feijóo y Álvarez y lo acotan a una "conversación entre los equipos" del líder de la UGT y de Bravo y Ana Alós, vicesecretaria de Políticas Sociales del PP, previa a la reunión.
El principal partido de la oposición, por tanto, prefiere no atarse de pies y manos anticipando el sentido de su voto; más aún, cuando Pedro Sánchez no tiene ni siquiera amarrados los votos de sus socios. Así quedó patente el pasado 12 de septiembre, durante la última reunión de la comisión del Pacto de Toledo, en la que ERC, PNV y BNG dejaron su apoyo a la reforma en el aire, mostrando su indisconformidad con algunas de las propuestas pactadas entre la ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, y los agentes sociales, patronal y sindicatos.
Una negativa que, pese a la insistencia personal y política de Álvarez a Feijóo, y pese a la posibilidad de que los populares vieran con buenos ojos el texto, pondría entre la espada y la pared al principal partido de la oposición. ¿El motivo? La posibilidad de ahorrar un nuevo varapalo a Sánchez en el Congreso. "Salvar" al Gobierno. "No les anticipamos mucho éxito parlamentario, porque sus socios no han manifestado exceso de entusiasmo en las medidas", dijo el pasado 12 de septiembre la diputada popular María Mercedes Fernández.
