Alfonso Fernández Mañueco anunció hace trece días elecciones en Castilla y León para el 13 de febrero. El PP, sin embargo, llevaba meses preparando ese adelanto electoral. La excusa fue una presunta negociación paralela de Cs con la oposición en plena tramitación de Presupuestos, pero podría haber sido cualquier otra, como la amenaza de una nueva moción de censura. El objetivo, desde septiembre, era claro: forzar nuevos comicios para acelerar la descomposición de Ciudadanos y la posterior 'opa' a los naranjas en un año clave.
Así lo aseguran a Vozpópuli dirigentes del partido tanto a nivel nacional como autonómico, que desvelan incluso la formación de un equipo de campaña hace más de dos meses en Valladolid: "Tanto Mañueco como Génova tenían claro que los comicios debían celebrarse en el primer trimestre de 2022. Y a la vuelta del verano se activó la maquinaria".
Desde entonces, los mensajes a trasmitir de puertas para afuera se centraron en asegurar que Mañueco quería agotar la legislatura, aunque a ese deseo siempre se le incluía un matiz: "Solo será posible si Francisco Igea mantiene a todos sus procuradores controlados". Una condición que, según el PP, se incumplió en la negociación de los Presupuestos regionales.
Apenas tres días antes de que el proyecto de ley se votara en las Cortes, Mañueco anunció la salida de su Gobierno de los representantes de Ciudadanos y la convocatoria anticipada de elecciones para el 13 de febrero. Una decisión 'cocinada' en el último trimestre y que supone el primer paso a una hoja de ruta ya marcada por Génova.
Descomposición de Cs y 'opa'
En la dirección nacional del PP son plenamente conscientes de que las elecciones en Castilla y León pueden suponer la desaparición del partido en la región -"en el mejor de los casos sacan un escaño"- y, como sucedió en Madrid, una oportunidad para los 'populares' de 'pescar' en aguas revueltas.
Cabe recordar, en ese sentido, que tras la convocatoria de los comicios del 4-M por parte de Isabel Díaz Ayuso, el PP incorporó a filas a Toni Cantó y a los exdiputados autonómicos de Cs Sergio Brabezo y Marta Marbán. La presidenta regional, además, fichó a la exdiputada nacional de Ciudadanos, Marta Rivera de la Cruz, como consejera de Cultura.
El objetivo, ahora, es reanudar esa 'opa' a Ciudadanos aprovechando la previsible descomposición del partido en Castilla y León. Según las fuentes consultadas, el partido naranja afronta una "fractura total" en la región, con "dirigentes, procuradores y alcaldes buscando nuevo destino".
El PP ya maneja posibles 'fichajes'
La división en Ciudadanos es tal, afirman los cargos del PP consultados, que "nos consta que hay procuradores en conversaciones con el PSOE y otro sector del partido que lleva meses construyendo un nuevo proyecto regionalista para Castilla y León como vía de salida de Cs". No obstante, añaden, "hay una gran mayoría que quiere venirse al PP".
Hay procuradores en conversaciones con el PSOE y otro sector del partido lleva meses construyendo un nuevo proyecto regionalista para Castilla y León como vía de salida de Cs", según cargos del PP
La idea de Génova, tal y como transmitió Teodoro García Egea la primavera pasada, es abrir las puertas del partido a todo aquel que quiera sumarse al proyecto de centro-derecha que lidera Pablo Casado. Y esa 'pasarela' ofrecida desde la dirección nacional será extensible también en Castilla y León.
El partido, de hecho, ya maneja nombres de diferentes cargos orgánicos e institucionales de Ciudadanos que se adaptarían perfectamente al PP.
Uno de esos dirigentes de Cs que en el Partido Popular ponen como ejemplo es Mario Simón, coordinador provincial de Ciudadanos en Palencia y alcalde de la capital de provincia: "Ha descartado romper con nosotros en el Ayuntamiento después del adelanto electoral". Además, añaden las mismas fuentes, "su fichaje sería todo un golpe de efecto al pertenecer al organigrama del partido".
El primer edil, por su parte, ha respaldado públicamente la candidatura de Igea al 13-F y las tesis sobre un adelanto electoral planeado desde Génova. No obstante, como destacan desde el PP, ha mantenido intacto su pacto con los populares en el Ayuntamiento.
Movimientos en un año clave
El PP ha decidido tomar la iniciativa electoral en un año, el 2022, que se antoja clave para Pablo Casado. Con el partido liderando las encuestas tras la victoria de Ayuso en Madrid, Génova busca en Castilla y León un nuevo espaldarazo en las urnas que, además, sirva para afianzar el liderazgo del presidente nacional de la formación de cara a unas futuras elecciones generales.
En el cuartel general de los populares recuerdan, además, que este año habrá, sí o sí, elecciones en Andalucía, decida Juanma Romero o no adelantar unos comicios que deberían celebrarse en diciembre. Desde Génova han insistido hasta la saciedad en unas elecciones en el primer trimestre del año, pero el presidente de la Junta las ha situado entre los meses de junio y octubre.
Entre medias, el PP no descarta movimientos del PSOE en otras regiones para tratar de contrarrestar dos derrotas seguras. En ese sentido, algunas fuentes no descartan un adelanto de Ximo Puig en la Comunidad Valenciana: "Es un escenario real, para el que Carlos Mazón y la dirección nacional estamos preparados".
Además, los populares tampoco ven imposible un adelanto de las generales el próximo otoño, si Sánchez ve en ello una oportunidad: "Para septiembre u octubre de 2022, el Gobierno puede quedarse sin socios y tener que hacer recortes. Si Moncloa ve una ventaja en escenificar esa ruptura, todo puede ser posible".
La maquinaria electoral de Génova, por tanto, está ya activada, así como el proceso de absorción de Ciudadanos. Un objetivo que en la dirección nacional ven clave cumplir para "reunificar el voto del centro-derecha" y fortalecer el proyecto de Casado de cara a unas generales que se antojan como la última oportunidad del actual líder de llegar a La Moncloa.