España

Las primeras antidisturbios de España: en nuestro estreno en Sol se quedaron perplejos

Lidia, Esther, Margarita y Dolores fueron las cuatro únicas mujeres en 1991 que formaron parte de la primeras Unidades de Intervención Policial (UIP), conocidas popularmente como antidisturbios. Consiguieron romper un techo de cristal en un mundo de hombres y más de treinta años después reconocen que forman parte de la historia de España

  • Las cuatro primeras antidisturbios de España

Lidia Cabrera (57), Esther Contento (58), Margarita Crespo (57) y María Dolores Benavent (62). Son los nombres de las cuatro mujeres que estrenaron las unidades antidistrubios en España en 1991. En su primera intervención, en una manifestación en la Puerta del Sol consiguieron hacer el silencio: "nos miraban perplejos". "Hablan de ti. Te están señalando", les llegó a decir uno de sus compañeros.

Ellas fueron unas de las protagonistas de la segunda edición de los 'Premios Policía Nacional por la Igualdad', que se celebraron en el Complejo de Canillas. Llevaban sin coincidir juntas desde el año 2015. Después de ellas llegaron muchas otras y actualmente las UIP cuentan con 39 mujeres en toda España, según las cifras de este 2022 de la Policía Nacional.

Las Neill Armstrong de la Policía

Con el paso de los años, estas pioneras se han dado cuenta de que son historia viva de España. Explican su repercusión con una historia curiosa. "Desde que Neill Armstrong pisara la luna muchos otros lo han hecho pero todos se acuerdan de él", dice Esther a Vozpópuli.

Su historia se remonta a finales de los 90. Tras años de incertidumbre, para luchar contra los desórdenes públicos, la Policía Nacional decidió crear las UIP. Para acceder a ellas los interesados tuvieron que realizar un curso en octubre de ese año.

"Sobre todo hicimos mucha parte practica para poder realizar tareas de escolta, de manifestaciones o espectáculos deportivos. También ensayábamos como hacer una carga en una manifestación violenta pero sobre todo como trabajar en equipo", recuerdan.

Y en cada una de estas pruebas este grupo de cuatro mujeres se esforzaba "más para no pasar el curso por la mínima". "Las mujeres están perfectamente capacitadas para desempeñar los mismos trabajos", recalcan. Una vez completado con nota ese curso en enero de 1991 ya formaban parte de lo que sería su nueva "familia": los antidisturbios.

Reticencias de la reserva

En las primeras semanas tuvieron que luchar contra los prejuicios que tenía el colectivo procedente de la reserva que no estaba muy convencido del "papel que podían desempeñar las mujeres en un terreno masculino", lamentan.

A pesar de ello, las cuatro, que han estado "siempre unidas desde el principio", coinciden en que su paso por las UIP ha sido la mejor etapa de sus vidas. "Sabíamos cuando salíamos de Moratalaz pero no cuando volvíamos", afirman.

Su primer momento de tensión lo vivieron en la Puerta del Sol donde se concentraron un centenar de manifestantes contra la Guerra del Golfo. "Me sorprendió que se pasó del bullicio y los gritos de protesta a un absoluto silencio", recuerda Lidia.

Una de las antidisturbios vigilando a hinchas

Todos miraban "perplejos" con "sorpresa" que uno de los ocho policías que parecían un "robocop" era una mujer. "Nos convertimos en el centro de atención y también ese día nos encargamos de la protección del Congreso de los Diputados. Durante horas se contuvo un intento de asalto pero cuando la violencia de desató abrieron paso a la formación de mujeres que eramos la punta de lanza", aseguran.

Conciliar la vida familiar

Una vez se solventaron estas primeras protestas todas han continuado su trabajo en multitud de acontecimientos. Sufrieron los años más duros de la banda terrorista ETA, disfrutaron de las Olimpiadas de Barcelona y también vigilaron la seguridad de importantes partidos de fútbol o de la Vuelta Ciclista a España.

Recuerdan aún con temor lo que vivieron en diversos actos violentos en Pamplona. En uno de ellos, un artefacto explosivo impactó en un compañero. Acabó herido grave pero pudo alcanzarle a cualquiera de ellas.

En otros cometidos tenían menos tensión como formar parte del cuerpo de escoltas de la ministra de Sanidad y Consumo, Ángeles Amador (PSOE). "Solo quería mujeres", recalcan.

Una de las antidisturbios en una vigilancia

Todo estas funciones las hicieron conciliando la vida laboral y familiar, como atestiguan. "Lola sirvió como experimento porque fue la primera mujer embarazada de la UIP", bromea Esther. Y es que esta agente mientras trabajaba en una de las bodas de las infantas se sintió indispuesta y después descubrió que estaba embarazada. Le ofrecieron otros puestos alternativos, para preservar su estado físico, pero se encontraba bien y decidió seguir en la unidad.

Estas cuatro pioneras abrieron el paso a las siguientes promociones que ya contaron con más número de efectivos femeninos. "Se iban incorporando y desarrollando el trabajo como el resto de compañeros", admiten.

También han tenido que vivir momentos desagradables con conductas machistas entre la sociedad. "Ibas a un partido de fútbol y todo el encuentro se pasaban los ultras cantando 'rubia coqueta enseña las tetas'. A nadie le gusta que le griten eso", lamenta una de ellas.

Los límites te los marcas tú

Las cuatro lanzan un mensaje para las chicas que quieran entrar en los antidisturbios, y en el Cuerpo en general. "Los límites se lo marca uno mismo... No tienes que decir soy mujer... de eso tenemos que olvidarnos voy a llegar hasta donde me proponga", enfatiza Lidia.

Más de 30 años después de que entraran en estas unidades, Lidia, Esther, Margarita y Dolores ya reconocen que forman "parte de la historia al vivir en primera fila" todos los acontecimientos importantes de nuestro país. "Pasamos frío, calor, cansancio.. al igual que nuestros compañeros, pero fue la mejor etapa y nos ha servido para afrontar otras áreas de la actividad policial", apunta Esther.

Una opinión similar a la de Margarita, quien aún se estremece al ver la botas que llevan los agentes de estas unidades. "Por dentro siento una sensación de añoranza... es inimaginable lo que une ésto. Es un orgullo haber formado parte de las UIP", subraya.

24 años en la UIP

Y eso que Margarita, junto a Lidia, fueron las que menos tiempo pasaron en los antidisturbios. El paso de Lidia fue del periodo del 91 al 93 y tras trabajar por varias unidades ahora forma parte de la Unidad de Coordinación Operativa Territorial (UCOT) de la Jefatura Superior de Madrid.

Las primeras cuatro agentes de la UIP en Moratalaz

Margarita estuvo en las UIP del 91 al 96 y en la actualidad permanece en la Brigada Local de la Comisaría de Alcorcón. El paso de Esther fue del 91 al 99 y ahora está en la Oficina Nacional de Deportes (OND). La que más tiempo perduró fue Dolores, ahora en segunda actividad, que estuvo del 91 al 2015. "Fue casi ayer cuando me fuí", ironiza.

Las cuatro juntas coincidieron apenas dos años y medio. En ese tiempo reunieron vivencias y experiencias que se han llevado toda la vida. "Fue muy especial lo que vivimos. Una simbiosis perfecta que siempre se traducía en el trabajo bien hecho", reconocen.

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