Septiembre acecha y los docentes españoles están cada vez más nerviosos. Los rebrotes de coronavirus van en aumento y la inminente reapertura de los colegios está generando más dudas que certezas.
En pleno debate sobre si los centros escolares están preparados para garantizar una vuelta a las aulas segura, el Gobierno italiano ha anunciado 84.808 contratos a docentes de forma indefinida y otros 50.000 de carácter temporal para maestros, administrativos y bedeles.
El eco de la noticia procedente del país transalpino retumba en la comunidad educativa española. Varios docentes, así como algunas de las asociaciones que los representan, reclaman al Ejecutivo de Pedro Sánchez que emule la iniciativa de Italia.
Temen que a España le vuelva a pillar el toro y que la vuelta a clase se convierta en una bomba de relojería. "Italia contratará 85.000 profesores y 11.000 administrativos más para blindar la vuelta al cole. En España no hemos contratado sanitarios ni rastreadores cuando más falta hacía, se van a molestar en contratar más docentes...", plantea en Twitter una ciudadana.
"El anuncio del Gobierno italiano es positivo", considera Mario Gutiérrez, presidente del sector nacional de Educación de Csif. No entra a valorar las diferencias entre ambos sistemas docentes, pero Gutiérrez cree que "es un comienzo necesario".
"Sin contratar más profesorado, como está sucediendo en España, es imposible reducir el número de alumnos por aula. Es necesario garantizar las distancias de seguridad y vigilar los contactos y sin aumentar la plantilla no se puede", explica a Vozpópuli.
Además, desde Csif reclaman personal sanitario especializado en los centros y un mayor volumen de recursos para poder hacer frente al coronavirus durante la vuelta presencial a los colegios.
Reclaman coordianción y un número mayor de grupos de alumnos
Ramón Izquierdo, secretario estatal de acción sindical de ANPE, opina que España debería aplicar medidas extraordinarias a nivel estatal para enfrentar los posibles -y previsibles- contagios. "Aquí se anuncian un fondo de 16.000 millones de euros para las comunidades autónomas, pero la repartición no sigue un criterio común", advierte.
"Si no existe una coordinación real entre Gobierno, comunidades autónomas y conferencia sectorial se van a generar muchas desigualdades a la hora de luchar contra la enfermedad. Todo va a depender de si un profesor o un alumno está en una u otra región y estamos hablando de un problema de salud pública", lamenta Izquierdo.
El representante de Anpe avanza que, a finales de agosto, cuando se produzca la reunión entre Sánchez y los presidentes autonómicos, se van a constatar grandes diferencias en la vuelta a los colegios planteadas por unas comunidades y por otras. "Hay un caos con las mascarillas, con el número de alumnos que ha de haber por grupo, con las plantillas...", comenta.
Izquierdo aboga por crear más grupos estables de alumnos para poder garantizar las distancias de seguridad.
"Habrá aulas en las que se pueda mantener la distancia de seguridad con unas ratios ordinarias, pero en otras no. En estos casos es necesario ampliar los grupos y, por tanto, el número de docentes", añade. También propone instaurar la figura de la enfermera escolar, una iniciativa que ya ha reclamado en numerosas ocasiones el sindicato de Enfermería Satse.
Francisco García, secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO, coincide en que el reto de mantener la presencialidad y la distancia de seguridad exige reducir las ratios por aula. "En un principio, la ministra habló de 15 alumnos por clase. Después de 20. Ahora, en las instrucciones aparece una cláusula por la cual se podría volver a ratios ordinarias", recuerda García.
El primer escenario era el más razonable, considera, y, de acuerdo a un estudio realizado por CCOO, para garantizar los 15 por aula habría que aumentar en 87.500 el número de grupos y en 167.000 el de profesores. "No es de recibo pensar en un inicio de curso en condiciones ordinarias, como si fuese el curso pasado. Y es lo que están haciendo la mayoría de las CCAA", señala García.
La cara B del anuncio del Gobierno italiano
Pero el anuncio a bombo y platillo de la ministra de Educación italiana, Lucia Azzolina, tampoco ha colado del todo en el sector educativo del país vecino. Si bien los sindicatos docentes han celebrado la incorporación de decenas de miles de docentes más, varios consideran que no responde en su totalidad a un plan para garantizar una vuelta segura en los colegios.
"Italia no celebra oposiciones docentes desde hace dos décadas. Tiene una lista enorme de precarios y el Gobierno actual prometió su reducción. Muchos llevan hasta 20 años dando clases sin un contrato fijo y estable", explican Clara y Rhino, docentes en el país vecino.
"Ahora han propuesto una nueva oposición y todos los que no tenemos cátedra y no somos funcionarios tenemos que concursar. El concurso tiene varias fases. La medida anunciada no tiene tanto que ver con el coronavirus como con una problemática que viene desde hace mucho tiempo", apuntan.
Para Clara y Rhino, el retorno a las escuelas también está rodeado de incertidumbre. "Existe un protocolo de seguridad, pero cada colegio e instituto está gestionando la vuelta como puede. Por otro lado, a los profesores se les está preparando para una posible vuelta a la enseñanza online", dicen.
En el caso de los 50.000 contratos de carácter temporal para maestros, administrativos y bedeles, otros sindicatos advierten que se trata de relaciones laborales que con toda probabilidad terminarán suspendidas en caso de un nuevo confinamiento y sin derecho a indemnización.