Las históricas protestas en Cuba que empezaron el 11 de julio al grito de "libertad" y "abajo la dictadura" y que se extendieron por toda la isla durante varios días pillaron al embajador español, Ángel Martín Peccis, a miles de kilómetros de distancia. Concretamente, en su localidad natal de Zaragoza, donde había viajado para vacunarse contra el coronavirus, según revelan fuentes diplomáticas a Vozpópuli.
Peccis tuvo que interrumpir unos días de vacaciones y enfrentarse a la crisis interna en Cuba y una serie de gestiones diplomáticas como la puesta en libertad de la corresponsal de ABC en La Habana, Camila Acosta, a base de llamadas por teléfono y con el inconveniente de la diferencia horaria con la isla.
Eso sí, en todo momento estuvo en contacto con los máximos responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores y con su personal en la Embajada española. Desde el nuevo ministro, José Manuel Albares, recién aterrizado en su despacho y con el que conversó en varias ocasiones, como con su 'número dos' en La Habana y sus superiores en Madrid del área de Iberoamérica y la región del Caribe, pero las citadas fuentes subrayan que no fue la situación ideal.
Con las aguas más calmadas en la isla debido a la represión del régimen de Miguel Díaz-Canel, Peccis participó el 25 de julio en Zaragoza en unas jornadas de CEOE Aragón sobre 'Oportunidades de negocio en Cuba' junto a su homólogo cubano en Madrid, Gustavo Machín.
"Las protestas en Cuba pasarán"
En ese encuentro empresarial, el embajador español admitió la novedad de las protestas, pero no las identificó con deseos de democracia del pueblo cubano sino con los problemas existentes en la isla para encontrar comida y medicamentos debido a la pandemia y el bloqueo de Estados Unidos que "dura 62 años", según relató Heraldo de Aragón.
"Las protestas en Cuba pasarán cuando la economía vuelva a reactivarse tras la covid", señaló Peccis en las jornadas de CEOE Aragón. En parecidos términos se expresó Díaz-Canel el 11 de julio para minimizar el alcance de las manifestaciones espontáneas.
Peccis fue el quinto embajador político del Gobierno de Pedro Sánchez, pero le distingue de los otros cuatro -Ángel Ros (Andorra), Juan Andrés Perelló (Unesco), Manuel María Escudero (OCDE) y Carmen Montón (OEA)- en el hecho de fuera una persona totalmente desconocida en España cuando se produjo su nombramiento el 3 de noviembre del año pasado.
En Exteriores casi nadie tenía información de él cuando la web especializada The Diplomat in Spain reveló en octubre del año pasado que el Gobierno había solicitado el plácet para él ante las autoridades cubanas. La Habana dio su consentimiento unas semanas más tarde y el Consejo de Ministros formalizó el nombramiento en noviembre.
Vozpópuli reveló que el ministro que promocionó a Peccis a ese puesto en La Habana fue el entonces titular de Transportes, José Luis Ábalos, quien pidió a la titular de Exteriores en aquel momento, Arancha González Laya, que el nuevo embajador español en Cuba fuese su amigo.
El nuevo embajador había pasado los últimos 15 años en Bogotá en un organismo internacional -la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura- que tiene una de sus sedes en la capital de Colombia, país en el que fraguó una estrecha amistad con el hasta hace poco ministro de Transportes.
Ábalos trabajó durante 25 años como consultor en misiones de cooperación internacional, en especial desde Colombia y Perú, antes de regresar a Valencia y empezar a subir peldaños en la dirección del PSOE de la mano de Sánchez cuando este último llegó a la Secretaría General.
De aquellos años colaborando con ONG y agencias de cooperación, Ábalos se labró una importante red de contactos de la que ha seguido echando mano para ayudar a amigos y familiares directos, como se vio en el caso de Peccis. Una de las amistades que mantenía de aquella época fue con el ministro de Turismo venezolano, Félix Plasencia, como se descubrió en enero de 2020 cuando estalló el 'Delcygate'.
Cuba es un país prioritario para la política exterior de España y su embajada es una de las más delicadas y codiciadas para un diplomático español. Peccis sustituyó en el país caribeño a Juan Fernández Trigo, quien tras dos años destinado allí, fue enviado a Venezuela en sustitución de Jesús Silva, aunque únicamente como encargado de negocios ya que España no reconoce las elecciones presidenciales que organizó Nicolás Maduro en 2018. Precisamente, Fernández Trigo acaba de ser nombrado por Albares nuevo secretario de Estado para Iberoamérica.