España

Enfado del PSOE con Podemos: "Nos torpedea la foto de Sánchez con Biden en Moncloa"

Los socialistas respetan la postura ideológica de sus socios, pero esperan responsabilidad de Estado y temen que la líen más

  • (I-D) La presidenta del PSOE, Cristina Narbona; el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el portavoz del PSOE en el Congreso, Héctor Gómez, este miércoles en el Congreso. -

El enfado del PSOE con Podemos es gordo. Los socialistas señalan abiertamente a su socio como culpable de que en estos momentos la foto en Moncloa entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, durante la cumbre de la OTAN en Madrid esté más cerca de no producirse que de copar los periódicos. Las fuentes socialistas consultadas no dudan de que todo el ruido que están haciendo los morados contribuye a derribar el anhelo de Sánchez tras el sonado fiasco del saludo de 20 segundos entre ambos.

Pese a todo, el PSOE respeta la postura ideológica de sus socios, pero a cambio espera responsabilidad de Estado porque sabe que lo que está en juego es la reputación del país ante los socios de la Alianza Atlántica. Aunque en Ferraz aún no las tienen todas consigo y temen que Podemos la líe aún más cuando falta menos de un mes para la cita internacional más importante de España.

Lo cierto es que los socialistas no entienden que Podemos esté anclado en el pasado. En el PSOE repiten el mensaje de Sánchez: "La OTAN de hoy no es la de hace 50 años. El contexto geopolítico es otro y la izquierda no puede renunciar a la seguridad como bien público. Y ahora, nuestra seguridad está amenazada", explicita una fuente socialista conocedora de los entresijos de la OTAN. Por todo esto, el PSOE considera poco inteligente la postura de Podemos, al que atribuyen "desconocimiento" sobre cómo funciona la Alianza y sobre su esencia.

Una foto en el aire

Pese a que el PSOE reconoce que la imagen de Sánchez con Biden a solas sería un espaldarazo político, algunos sectores del partido le quitan hierro y advierten de que encuentro va a haber sí o sí en tanto que Sánchez es el anfitrión. Además, estas mismas fuentes avisan de que no hay que poner el grito en el cielo cuando se celebren en los márgenes de la cumbre encuentros bilaterales entre países en los que no participará España. "Es bastante probable que Turquía y Estados Unidos tengan una reunión por su cuenta ya que Turquía tiene un papel de mediador entre Ucrania y Rusia", vaticinan estas fuentes. En plata: Madrid es anfitriona, pero su peso es el que es.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante un encuentro en el Palacio de la Moncloa.FERNANDO CALVO - MONCLOA30/5/2022

Como informó este diario por fuentes gubernamentales, el sector socialista del Gobierno, encabezado por Sánchez. está presionando con llamadas a los morados para que bajen el ruido, aunque sin éxito por el momento. El problema son los plantones, las acusaciones de irregularidades en contratos y las excusas para evitar aclarar si la máxima representante de Unidas Podemos en Moncloa acudirá a la cita de los próximos 29 y 30 de junio que congregará a los aliados del club militar más importante del mundo.

Yolanda Díaz intentó dar por superada la polémica este miércoles. La titular de Trabajo fue contundente: "Hay debates que son muy interesantes, lo comprendo, pero siempre me van a encontrar trabajando, trabajando y trabajando", zanjó. Su entorno reitera a Vozpópuli que aún no se ha hecho la invitación oficial a la vicepresidencia, aunque en una conversación informal con periodistas dejó caer la tradición militar que rodea a Díaz por su origen ferrolano. "Tiene familia militar", espetó.

Con ese mensaje, la también titular de Trabajo intenta no confrontar con ningún colectivo específico en aras de la transversalidad que persigue con 'Sumar', su marca para organizar el proceso de escucha. Sánchez, en cualquier caso, sabe que el anfitrión es él y eso reitera a los aliados que puedan tener suspicacias por la postura de Podemos. Tras la calculada ambigüedad de Yolanda Díaz respecto a su asistencia a la cita de Madrid se esconde un difícil equilibrio: no romper la tradición pacifista pero mantener un perfil presidencial. Esa es la clave.

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