Junts y ERC, o lo que es lo mismo, Carles Puigdemont y Pere Aragonès, han decidido reavivar la guerra que divide al independentismo desde 2017. Ambas fuerzas políticas, ya inmersas en la precampaña electoral del próximo 12 de mayo, se han lanzado dardos durante este sábado en los actos multitudinarios que han celebrado en busca de abanderar el sentimiento independentista y acaparar el voto.
El primero en disparar ha sido Puigdemont desde el sur de Francia, lugar donde se ha instalado para poder hacer campaña cerca de Cataluña pero sin pisar España, ya que sería detenido. El expresident ha criticado a ERC por "desaprovechar" la mayoría independentista que se logró en el parlamento catalán durante la última legislatura.
Le ha culpado de su salida del Govern, dado que "no cumplía con los acuerdos y rechazaba todas las propuestas". De ahí que lo vea incapaz de sacar adelante un referéndum de independencia, que se ha convertido ya en el principal reclamo de precampaña de Junts.
A todo ello, Pere Aragonès, presidente catalán hasta que comience la campaña, ha contestado desafiando a Puigdemont y le ha pedido "que no tenga miedo" y acepte un debate a dos en Francia. Al duelo dialéctico también está invitado Salvador Illa, aunque el líder de ERC ha dudado que acceda a participar para "no molestar a la Moncloa".
"Estoy dispuesto a confrontar mi proyecto con el de Carles Puigdemont donde sea, en Elna, en Perpiñán, (Francia), en Bélgica, o donde haga falta", ha incidido Aragonès, que quiere evitar el 'sorpasso' de Junts como primera fuerza independentista, una posibilidad real según las encuestas.
Ha acusado a Junts de solo querer hablar "de ellos mismos" y de estar "obsesionados" en un solo "objetivo personal, en un retorno personal, que puede ser legítimo, pero que no da respuestas a las necesidades del país". Sobre la marcha de Junts del Gobierno, Aragonès ha apuntado que ERC siempre ha estado "al pie del cañón" sin abandonar "nunca ningún Gobierno de Cataluña".
Puigdemont quiere que Junts culmine el proceso independentista
Puigdemont ha presumido de ser el único partido que defiende los intereses de Cataluña frente al Gobierno de España y que sabe "decir basta" a Sánchez, algo que "ningún otro candidato está dispuesto a ofrecer". "Creo que la gente de Cataluña, sea o no independentista, preferirá un president que sea capaz de plantarse frente a un Gobierno español porque está perjudicando a los catalanes", ha subrayado Puigdemont.
Para ganarse al votante independentista, Puigdemont ha remarcado que "Junts no va a Madrid a hacer amigos" y que el objetivo de su partido no es "el poder por el poder, el cargo por el cargo", ya que lo que quieren es "aprovechar oportunidades e impulsar el país sobre todo cuando hay tantas cosas por hacer". Por todo ello, ha señalado que su formación debe ser la "responsable" de culminar el proceso independentista y lograr que "los ciudadanos catalanes vivan en un país libre".
Illa guarda silencio para mostrarse como un presidente conciliador
Ante la guerra abierta, el silencio. Salvador Illa ha decidido mostrar un perfil prudente durante estas elecciones, sabiendo que su lista será la más votada según todas las encuestas. "Es verdad que el olor del perfume de las encuestas nos gusta, pero mucho respeto y mucha prudencia", ha añadido el candidato socialista.
Ha querido desmarcarse de los partidos independentistas y les ha acusado de haber conseguido que los catalanes pierdan una década de avances pese a haber pactado, ya sea con unos o con otros, más de setenta leyes en el Parlament. Pide "abrir una nueva etapa en Cataluña que ya se está abriendo, pasar página y mirar hacia delante con cooperación y colaboración con los ayuntamientos".
Antipopulista
Yo me rindo, no puedo entender a la sociedad catalana. El más votado será un tipo que ha malversado decenas de millones de euros en material sanitario defectuoso o que no llega y que ha sido un ministro de sanidad inú.til " nada útil". Y los 2 partidos que le siguen son los indepes, que han hecho que una Cataluña rica se convierta en de.cadente y pobre y además que persigue a los ciudadanos si no hablan catalán. Lamentable cómo ha acabado la Cataluña próspera.