España

Puigdemont da plantón a Rajoy en su regreso a Cataluña

Mariano Rajoy regresa a Cataluña para inaugurar un parador en Lérida. Carles Puigdemont no estará presente en el acto. Sí estarán los separatistas, que esperan al presidente del Gobierno con ganas de bronca.

  • El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy (i), y el de la Generalitat, Carles Puigdemont (2d)

Grupos independentistas esperan a Mariano Rajoy en su regreso a Cataluña. El presidente del Gobierno se desplaza este jueves a Lérida para inaugurar el parador de turismo que ocupa el edificio del antiguo convento del Roser, un punto emblemático para los grupos independentistas de la ciudad. El presidente de la Generalitat ha optado por no acudir a esta celebración. 

La visita se produce en un momento de enorme efervescencia en el denominado 'proceso' secesionista, apenas unos días después de una crisis de Gobierno en la que Puigdemont ha prescindido de tres de sus consellers, más tibios con la causa y en plena tensión por el papel de los Mossos d'Esquadra. Rajoy viaja acompañado por el ministro de Energía y Turismo, Álvaro Nadal y por la secretaria de Estado del ramo, Matilde Asian.

No se ha confirmado quién estará presente por parte del Ejecutivo catalán. Presencia obligada y destacada es la del alcalde de la ciudad, Ángel Ros, quien hace unas semanas promovió en un pleno una declaración en la que el Consistorio se compromete a no ceder dependencias municipales para la celebración del plebiscito del 1-0. Desde entonces, Ros, socialista, está siendo objeto de una campaña de linchamiento en las redes sociales por parte de asociaciones separatistas.

Estos grupos también planean dispensarle una bienvenida airada a Mariano Rajoy, ya que el parador se ha construido en un edificio que ha sido hasta ahora lugar emblemático del sentimiento independentista de la zona. En ese convento se reúnen las fuerzas secesionistas cada 11 de septiembre para celebrar la Diada, ya que fue incendiado por las tropas borbónicas durante la guerra de secesión en 1707. 

"¡Salvemos el Roser!", "¡No al parador!", eran las consignas que durante este tiempo se han prodigado en los círculos independentistas de la zona. Llegado el momento de la inauguración, los mensajes en internet se cambiarán por muestras de protesta, tal y como se deduce de las convocatorias que circulan estos días por la ciudad del Segre. 

El inmovilismo de la Generalitat

Moncloa mantiene su 'operación diálogo' con Cataluña, al margen de lo que dispongan los responsables de la deriva secesionista. En el último año, los miembros del Ejecutivo central se han desplazado a esta región en casi 130 ocasiones. Es la comunidad más visitada por el Gobierno de toda España. Un trasiego que no va a aflojar, pese al avance del proyecto de consulta ahora en su fase presuntamente decisiva. 

La vicepresidenta Sáenz de Santamaría, que ha dejado a un lado los paños calientes de la distensión con los dirigentes de la Generalitat, mantiene su actitud de estar presente en la sociedad catalana mediante encuentros, reuniones, y sesiones de trabajo con sectores empresariales, culturales y económicos.

Quien se cierra en banda, quien no se mueve, quien ha dinamitado los puentes es Puigdemont. Esta es la idea que desde Moncloa se pretende trasladar a los catalanes. La agenda oficial no varía. Este jueves toca poner en marcha un parador que supone una inversión de casi 13 millones de euros y que dará trabajo de forma directa a unos cincuenta empleados. 

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