España

El Rey emérito se mostró molesto al ser ignorado en la celebración

La ausencia del Rey emérito en la celebración del 40 aniversario de las primeras elecciones fue un sacrificio personal. Don Juan Carlos mostró su disposición de estar presente. Reconsideró su decisión al escuchar los argumentos de Zarzuela. 

Don Juan Carlos acariciaba la idea de asistir a los actos en memoria de las primeras elecciones democráticas, de acuerdo con fuentes de la familia. "Adolfo Suárez y él fueron los grandes protagonistas", señalan en su entorno. Finalmente se sacrificó, en aras de no hurtarle protagonismo a su hijo y atender a los deseos de la Casa, insisten. Tanto don Felipe como la presidenta del Congreso, Ana Pastor hicieron especial referencia en sus discursos al papel clave del rey constituyente en el proceso de la transición democrática. Eso fue todo. 

La versión oficial de Zarzuela no admite lugar a dudas. El rey padre nunca ha estado presente cuando don Felipe ha presidido un acto plenario en las Cortes. Ni en la proclamación de su hijo, ni en el arranque de la Legislatura. "No cabe pensar en otro momento más solemne y sentido en lo personal para un rey que el día de la proclamación de su hijo, y ahí ya dijo que no", comentan en fuentes de la Casa. Así lo entendió también ahora, aunque "a regañadientes", según el relato de una persona de su confianza. 

Un sacrificio más. Don Juan Carlos ha sido el gran desaparecido en todas las celebraciones de esta efeméride democrática. Nadie se ha acordado de él, como "si nunca hubiera estado allí", menciona un miembro de su familia. Tan sólo fue protagonista de un especial homenaje organizado por la asociación Diálogo para impulsar las relaciones entre España y Francia. El acto consistió en una cena, a la que asistieron dos centenares de personas, con la presencia de la Reina Sofía, la presidenta del Congreso, Ana Pastor y miembros del cuerpo diplomático de ambos países. "Se emocionó", desvela uno de los asistentes.

Única excepción en la coincidencia

La norma de Zarzuela es que padre e hijo no coincidan en actos oficiales. Tan sólo en algunas excepciones como, hace una semanas con ocasión del 300 aniversario de la Escuela de Guardamarinas de Marín."El rey es el rey y don Juan Carlos no quiere malos entendidos" insisten.

También aceptó con paciencia atravesar su particular y obligado 'purgatorio' tras su abdicación, estrambote de los escándalos que sacudieron los últimos años de su reinado. Tras la absolución de la infanta Cristina en el juicio del caso Nóos, se observan movimientos de recomposición de la agenda oficial en la Casa Real, con mayor presencia de los reyes eméritos en actos, especialmente de índole familiar.  

Este miércoles, muchos diputados históricos, y aún los actuales, le echaron de menos. Fue el comentario más frecuente en los corrillos. La versión oficial subraya que así ha sido en las ceremonia similares precedentes. El rey padre lo entendió, se sacrificó y se quedó en casa. "Lo vio por la tele, como la proclamación de su hijo. Es ya su destino", añaden la persona de su círculo más próximo. 

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