Imposible encontrar funcionarios. Es lo que debió pensar Rita Barberá hace 25 años cuando contrató a su hermana Asunción como jefa de servicio de personal ante la "inviabilidad", según reza el documento oficial, de cubrir ese puesto "mediante adscripción de funcionario de carrera". La familia importaba, y mucho, en aquel Ayuntamiento de Valencia en el que además de hermanos, esposos, amantes e incluso sobrinos terminaron siendo elegidos a dedo para ocupar puestos de confianza.
Asunción, funcionaria en Burjassot -municipio de 35.200 habitantes situado en el área metropolitana de Valencia-, ha acompañado a su hermana Rita desde que ésta accedió a la Alcaldía en 1991. Han sido 24 años de mandato en los que ambas acumularon poder e influencia por partes iguales. Han sido también 24 años en los que la que llegó a ser apodada como "la alcaldesa de España", por lo aplastante de sus victorias al frente del PP valenciano, y en los queestuvo rodeada de mujeres de confianza. Y es que si Asunción era su mano izquierda, la derecha lo fue Mari Carmen García Fuster, la actual secretaria del Grupo Popular en el Ayuntamiento de la capital del Turia y supuesta "cajera" de una trama de corrupción, la 'Operación Taula', que ha acabado con un 'gigante' político como Barberá en el ojo del huracán. "Nadie movía un dedo en el Ayuntamiento sin que las tres dieran su visto bueno", aseguran fuentes cercanas. Eran sus "ángeles", rematan.
"Siempre que habías hecho algo mal, Asunción nos ponía a todos firmes", dicen sobre Asunción Barberá
Pero no sólo eso. Tanto Totón, apelativo cariñoso de Asunción, como Mari Carmen terminaron ejerciendo de "directoras de orquesta" del PP valenciano, eran las máximas colaboradoras de la exregidora. Y es que cuando a un cargo como el de jefa de gabinete de la alcaldesa se suma una relación de consanguinidad de primer grado, la autoridad puede multiplicarse exponencialmente. "Cuando te llamaba directamente al móvil siempre era porque algo habías hecho mal y nos ponía a todos firmes", asegura una antigua empleada del PP, que según recoge el periódico El Mundo, sufrió en primera persona el difícil carácter de la poderosa 'hermanísima' de Rita Barberá.
Asunción Barberá es la misma que autorizaba los polémicos gastos de su hermana que la Fiscalía Anticorrupción investiga dentro del 'caso Ritaleaks', que destapó Compromís tras poner en marcha una web con la que dio a conocer 466 facturas que sumaban 278.000 euros en comidas, viajes y hoteles de la que fuera regidora valenciana. Aparece ahora como una figura clave en la investigación por el lavado de dinero negro en el grupo municipal en el Ayuntamiento de Valencia que el pasado 26 de enero provocó un terremoto de proporciones aún incalculables con la detención de 24 ex altos cargos del PP, entre ellos Alfonso Rus, expresidente del partido en Valencia y de la Diputación.
"Nos hemos pasado"
Una de las réplicas apunta directamente a ella. Las conversaciones que Asunción Barberá mantuvo con personas de su confianza a cuenta del dinero que supuestamente blanqueó el PP valenciano durante la campaña electoral del pasado mes de mayo, revelarían que la cúpula del partido estaba al corriente de estas operaciones corruptas. "Nos hemos pasado, mucha gente, nos hemos pasado", dice en estas grabaciones Totón, cuyo marido, José María Corbín, es para más inri el abogado de García Fuster, detenida y puesta en libertad provisional.
"No soy afiliada del PP, soy funcionaria de carrera de administración", se defiende la hermana de Rita Barberá
Asimismo, Asunción Barberá reconocía la torpeza de recurrir a todos los trabajadores para financiar los actos de la última campaña electoral. Un tremendo error, admitió. La protagonista del "nos hemos pasado", la última frase, por el momento, del amplio diccionario de la corrupción en Valencia en el que también figura el "¡qué hostia, qué hostia!" de una Rita desconsolada tras perder el 24M, aseguró después que no sabía nada del blanqueo. "No tengo ni idea", dijo, añadiendo: "Yo no soy afiliada al PP, soy funcionaria de carrera de administración".
La macrorredada contra la corrupción de la 'Operación Taula', que ha sacado a la luz múltiples ramificaciones de una "organización criminal, jerarquizada y con conexiones internacionales", ha situado en el punto de mira a Rita Barberá y a su entorno más cercano. Ahora, en la recta final de su carrera política, en la actualidad es senadora y, por tanto, ese aforamiento impide su procesamiento sin una autorización de la cámara parlamentaria, Rita Barberá observa escondida tras la cortina de su casa cómo una gigantesca sospecha se cierne sobre ella. Sus concejales, asesores y su personal más próximo han sido imputados. Todos menos ella.
