La boda llegó por sorpresa. Fue íntima. Entre semana. Diseñada para despistar a los ‘paparazzi’. En la finca que posee Rodrigo Rato en Carabaña, al sureste de Madrid. Un entorno protegido al múltiple cerco judicial que afecta al exvicepresidente del Gobierno de José María Aznar. Los registros no han llegado aún a la casa del Molino. El enlace se celebró en miércoles -9 de septiembre-. ¿Por qué precisamente en este momento después de 15 años de relación? La respuesta queda para los novios aunque el régimen elegido por la pareja, bienes gananciales, según confirman varias fuentes a Vozpópuli, explica el porqué de esta boda en estos momentos.
Con su matrimonio en bienes gananciales, Rato consigue multiplicar sus opciones para proteger parte de sus bienes de un eventual embargo judicial, según los cinco expertos (abogados e inspectores de Hacienda) consultados por este diario. Para empezar, el matrimonio formalizado en este régimen crea una sociedad en la que se acumulan todos los bienes posteriores al enlace: los sueldos de cada cónyuge forman parte de esa bolsa común, al igual que las rentas o intereses de las acciones o inversiones de cada uno y las empresas fundadas en el período matrimonial, siempre que se hayan constituido con coste a la caja común. Es decir, la bolsa de bienes gananciales compartida por el matrimonio se estaría hinchando día tras día con los siguientes bienes, antes privativos de Rato: la rentabilidad de todas las acciones en bolsa (se desconoce la cantidad, pero se estima en millones de euros y, por tanto, el retorno anual podría estar en muchas decenas de miles de euros); su pensión vitalicia del FMI, de casi 6.000 euros mensuales; y cualquier empresa que se funde con los bienes comunes.
El enlace en gananciales permite disolver esta sociedad una vez constituida, repartiendo los bienes, una ocasión única para traspasar las propiedades antes exclusivas de Rato
No existe una estimación pública de los bienes totales de Rodrigo Rato, pero en junio la Fiscalía le pidió que consignara bienes por valor de hasta 18 millones de euros para su fianza en la creencia de que los poseía.
Hay muchas más opciones para blindar, por transferencia a su mujer, las innumerables posesiones, participaciones y cash de Rato. “Se puede donar en cualquier momento que no tenga embargados los bienes”, asegura un inspector de Hacienda. Sin ir más lejos, el pasado jueves, la Sección 23 de la Audiencia Provincial de Madrid confirmó el levantamiento del embargo de parte de los bienes y depósitos de Rato. En concreto, de aquellos que no hayan quedado afectados por el bloqueo por importe de 18 de millones de euros.
Uno de los trucos, al que apunta un inspector de Hacienda, para proteger el patrimonio de una parte es el de disolver la sociedad de gananciales una vez constituida. En la disolución hay que hacer un reparto de los bienes, una ocasión única para traspasar las propiedades antes exclusivas de una de las partes. Para ello no hace falta divorciarse, tan sólo decidir el cambio de la sociedad a una de separación de bienes. Aunque los notarios tienen que velar por que el reparto sea equilibrado, lo que se hace muy habitualmente es pasar los bienes de peor calidad (acciones que han perdido valor, coches antiguos…) a la parte que puede ser eventualmente embargada o desposeída, y el resto a la que está “limpia”, y que será la depositaria de la parte mollar de la riqueza.
Incluso, tras la disolución de la sociedad de gananciales, es extremadamente difícil embargar si sólo uno de los cónyuges está demandado. El Reglamento Hipotecario estipula que para que pueda anotarse en el Registro el embargo debe constar en el mandamiento que la demanda se ha dirigido contra ambos consortes.
Otra de las estrategias, ampliamente utilizada en matrimonios que se enfrentan a un embargo, es la utilización del llamado derecho de retracto. Se trata de la posibilidad de quedarse con el bien tras una subasta, simplemente igualando la máxima de las ofertas presentadas en la puja. Piénsese, por ejemplo, en un cuadro comprado en común por Rato y su mujer, o en el piso compartido en Madrid. Si eventualmente Hacienda o los jueces ordenaran el embargo de la parte de Rodrigo Rato, el Estado mandaría a subasta el porcentaje del bien que pertenecía al exdirector del FMI. Ella sólo tendría que igualar y pagar la máxima oferta presentada y recuperaría la totalidad. Se da la circunstancia de que los precios, dice un reputado inspector fiscal, suelen estar muy por debajo del mercado: ¿quién querría la mitad de un piso que no va a poder vender ni utilizar? Además, apuntan, hay sociedades que pujan en connivencia con los embargados. Dicho de otro modo, el bien habría sido transferido a ella a un precio muy por debajo del de mercado.
Otra de las estrategias, ampliamente utilizada en matrimonios que se enfrentan a un embargo, es la utilización del llamado derecho de retracto
Hay más posibles ventajas con el matrimonio: las donaciones. Pensemos por ejemplo en la finca de Carabaña, la sede del enlace. Se trata de dos hectáreas y una mansión que parece flotar sobre el agua del Tajuña. De hecho, en 1994, el entonces diputado Rato desvió el río para que las aguas movieran el molino de la propiedad. Si él se la donara, su mujer no tendría que pagar prácticamente nada a Hacienda, por aplicarse la Ley de Impuesto de Sucesiones y Donaciones de la Comunidad de Madrid, que permite bonificar (no pagar) el 99% para familiares directos, todo según un abogado experto en asuntos matrimoniales de un prestigioso despacho madrileño. Pero, ¿no se podría ver esto como un claro alzamiento de bienes? Eso podrían alegar las acusaciones, pero tanto Rato como su esposa tendrían la oportunidad de pelearlo en sede judicial, afirmando, por ejemplo, que en el momento de la donación el bien estaba limpio.
Por último, si hubiera propiedades de él sobre las que pesara una hipoteca, al casarse en bienes gananciales, ella va adquiriendo un porcentaje de las mismas, por el hecho de que las letras se pagan con dinero salido de la sociedad de gananciales. De nuevo, si ella por este método se hace con un 1% siquiera de una propiedad, dificulta enormemente el proceso del embargo, explica el citado técnico de Hacienda.
Todas estas ventajas únicamente son relativas a los bienes existentes y transparentes en España. ¿Y lo que está en paraísos fiscales o lugares que no colaboran con los embargos? En ese caso la ventaja añadida por el matrimonio es escasa, pero facilita posibles herencias a futuro. No hay que olvidar que Alicia González es 22 años menor que el expresidente de Bankia.