Si el exvicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato, firmó un contrato con Telefónica, para trabajar como asesor de la compañía, donde su nombre no aparecía por ningún lado es porque el ex banquero quiso ocultar su identidad y a la multinacional le pareció "lógico". Así lo declaró el pasado 19 de febrero ante el titular del Juzgado de Instrucción Número 31 de Madrid, el juez Antonio Serrano Arnal, el investigado Ramiro Sánchez de Lerín, secretario general y del Consejo de Administración de Telefónica.
Según consta en el acta de su declaración, al que ha tenido acceso Vozpópuli, Sánchez de Lerín explicó al instructor del denominado caso Rato que el ex presidente de Bankia “le dijo que el contrato estuviera a nombre de una empresa suya, Kradonara" y que hablara con su asesor fiscal, el abogado Domingo Plazas, también imputado en esta causa de corrupción. Dicho y hecho. El 2 de enero de 2013 se firmó el 'Contrato de colaboración de servicios profesionales' entre Kradonara, en representación de la sociedad actuó Domingo Plazas, y Telefónica, que estuvo representada por Sánchez de Lerín.
Hacienda sospecha que el contrato firmado entre Telefónica y Kradonara fue un "contrato simulado" para que Rato evitara declarar impuestos en su IRPF
Durante el interrogatorio, el secretario general de Telefónica hizo hincapié en que "Rato quiso que fuera una persona jurídica, Kradonara" la que firmara dicho contrato con la compañía; algo que a Ramiro Sánchez de Lerín le pareció "legal y lógico".
Sin embargo, no opina lo mismo la Agencia Tributaria que calificó dicho contrato de "simulado" y alertó de que con el mismo "se ocultaba a la persona física (Rodrigo Rato) a través de una sociedad interpuesta y opaca que la administra su presunto testaferro (Domingo Plazas) para simular que era esta sociedad quien presta los servicios a Telefónica S.A". Se da la circunstancia de que la mercantil Kradonara, está considerada como el epicentro del entramado societario montado en torno a Rodrigo Rato para eludir presuntamente el pago de impuestos a Hacienda. Se trata de una sociedad con accionariado no identificado cuya única actividad durante años fue obtener la plusvalía inmobiliaria de un solar en Sotogrande (Cádiz) y adquirir algún fondo de inversión.
La contraprestación se negoció con Rato
Asimismo, el juez Serrano Arnal, y la fiscal Anticorrupción, Elena Lorente, sitúan a Kradonara como la sociedad utilizada por el exgerente del Fondo Monetario Internacional para traer a España fondos del extranjero, en concreto, 6,5 millones de euros desde Reino Unido, Gibraltar y Luxemburgo de los cuales gran parte fueron destinados a una inversión en un hotel en Berlín, del que era propietario al 50 por ciento Rato.
Sin embargo, en su declaración el secretario general de Telefónica negó que Kradonara fuera una sociedad pantalla sin actividad real al señalar que los servicios que prestó a su compañía existieron. Sánches de Lerín explicó que "contratar a una persona física es un problema" y, que en el caso de Rato, él "no quería estar detrás de él para que le enviara los informes". Un dato llamativo es que Sánchez Lerín sostuvo que la cuantía a percibir por esos servicios de asesoría -300.000 euros más IVA en el año 2013- se pactó directamente con el ex gerente del Fondo Monetario Internacional en vez de con el administrador de Kradonara pese a que esta compañía era la que prestaba en teoría los servicios a Telefónica.
El directivo de Telefónica sostuvo que desconocía quién redactaba los contratos que Kradonara enviaba a su compañía
Es más, el investigado puntualizó que esos trabajos "en realidad eran de Kradonara" y prueba de ello es que fue recibiendo veintitrés informes denominados 'Kradonara a Telefónica'. Asimismo, el directivo de Telefónica apostilló que desconocía quién redactaba los mismos. Sí que sabía sobre qué versaban. La temática, según detalló Sánchez de Lerín, era "la macroeconomía, análisis macroeconómicos de la economía mundial y en ellos se especificaba cómo van las principales economías del mundo, cuáles tienen problemas y se van especificando las tendencias en cambio de moneda".
En esta pieza separada del caso Rato se investigan delitos de corrupción entre particulares, administración desleal y blanqueo de capitales.