El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha resaltado este miércoles los frutos de la declaración conjunta firmada por España y Marruecos en abril con motivo de su visita a Rabat para reunirse con el rey Mohamed VI y al que trasladó que "la soberanía española sobre Ceuta y Melilla está fuera de toda duda". Sánchez, que ha comparecido ante el pleno del Congreso para informar de las relaciones con Marruecos tras la nueva posición del Ejecutivo ante el problema del Sáhara, ha resaltado la importancia de esa declaración conjunta firmada por los dos países el pasado 7 de abril durante su viaje a Rabat.
Una declaración con la que ha dicho que se abrió una nueva etapa de confianza recíproca y en la que ha resaltado que hubo un compromiso de respeto mutuo para evitar en la práctica política todo lo que se sabe que ofende a la otra parte. "Nosotros no aceptamos que se hable de Ceuta y Melilla como ciudades ocupadas porque son territorio español, europeo, internacionalmente reconocido (...) pero también hemos de entender que Marruecos merece la misma consideración cuando hablamos de los asuntos que a ellos les preocupan", ha añadido.
En esa línea, ha explicado que trasladó a Mohamed VI que "la soberanía española sobre Ceuta y Melilla "está fuera de toda duda como cualquier otra parte del territorio nacional". Ambas ciudades autónomas ha dicho que no pueden desarrollarse con la presión de la excepcionalidad permanente y la precariedad, y por ello ha resaltado la trascendencia de normalizar el paso de las personas y mercancías.
Ha defendido así que no vuelva el comercio "atípico" y que sean los operadores económicos de España y Marruecos quienes elijan la mejor vía para esas transacciones comerciales, para lo que ha explicado que los poderes públicos han de asegurar que se cumple con la legalidad. Dos meses después de la firma de la declaración conjunta cree que hay un avance positivo, de impulso de un nuevo tiempo en el que, no obstante, aún queda mucho por hacer, y se ha mostrad convencido de que, con ella, la relación bilateral se ha situado sobre una base más sólida.
Sánchez ha vuelto a defender su posición favorable a la propuesta marroquí para resolver el conflicto del Sáhara ya que considera que es la "base más seria, creíble y realista". Respeta que no se comparta ese criterio, pero ha precisado que se engaña quien no reconozca que hay que desencallar un conflicto que dura ya demasiado tiempo. Por ello, ha pedido a los grupos parlamentarios que entiendan la dimensión de una política de Estado y la importancia de tener una llave para dar estabilidad a la región.
En cualquier caso, ha insistido en que la solución tendrá que venir de un acuerdo entre las partes y deberá satisfacer las condiciones marcadas por Naciones Unidas. Tras recordar que otros países como Estados Unidos, Francia o Alemania comparten la posición de España, ha rechazado que su decisión vaya en contra del Sáhara. "España no se ha desentendido de la causa del pueblo saharaui. Al contrario, hemos situado el debate donde creemos que debe estar, en la búsqueda activa de una solución política y mutuamente aceptable dentro del marco de Naciones Unidas", ha añadido.
Para Sánchez, España tiene un interés especial en resolver este conflicto y no se puede seguir gestionando como una "espera indeterminada", sino que hay que resolverlo. El presidente del Gobierno ha destacado asimismo al valorar las relaciones con Marruecos la importancia de la cooperación frente a la inmigración irregular y ha afirmado que España no va tolerar la instrumentalización de este asunto "como arma de presión". Se ha referido igualmente a la próxima Reunión de Ato Nivel que los dos gobiernos se comprometieron a convocar antes de fin de año y en la que ha dicho que se culminará el trabajo conjunto y se relanzará la negociación de un nuevo acuerdo bilateral.