El Gobierno de Pedro Sánchez considera la cumbre de la OTAN que se celebrará en Madrid los días 28 y 29 de junio la más importante en los 73 años de existencia de la organización. La invasión rusa de Ucrania ha marcado el devenir de la alianza militar más importante del mundo.
La guerra que inició Vladímir Putin el 24 de febrero contra la idea misma de Occidente y de la propia OTAN ha roto la neutralidad de Suecia y Finlandia. Ambos países solicitaron formalmente la membresía al Consejo Atlántico el pasado 18 de mayo y el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, busca ahora como trampolín que Estocolmo y Helsinki firmen el protocolo de adhesión en suelo español. Una foto para la Historia.
Fuentes gubernamentales confirman que se está trabajando y negociando ampliamente en Bruselas para que los plazos se cumplan. Lo primero que debe ocurrir es que la Alianza acepte la candidatura de los socios escandinavos antes de la cumbre madrileña. Moncloa transmite buenas sensaciones e incluso bromea con que Madrid sea la ciudad de las ampliaciones, como la de 1997 que adoptó a Hungría, Polonia y la República Checa.
Una gran fiesta
El plan es factible y si llega a buena puerto, ambos países ya serán invitados oficiales con asiento en el consejo hasta la firma de adhesión. El Gobierno, además, confía en que se supere el veto de Turquía a esta nueva ampliación de la OTAN. Porque toda entrada al club militar debe estar respaldada por la unanimidad de los 30 miembros que la conforman.
El encuentro de Madrid será la gran fiesta española ante el mundo. Pero Sánchez prepara otra celebración antes para calentar motores. El próximo lunes se cumple el 40 aniversario de la entrada de España en la OTAN y el Ejecutivo dará al evento la más alta relevancia institucional. Según fuentes gubernamentales, el empeño de España se verá recompensando por un hecho poco habitual: y es que el Consejo Atlántico en su conjunto se desplazará a la capital de España para soplar las velas.
El Gobierno de Sánchez incide en que la entrada de España en la OTAN fue un antes y un después. Todo un punto de inflexión que modernizó a las fuerzas armadas y permitió al país aproximarse al orbe europeo liberal por decisión propia del pueblo español en referéndum. No por casualidad, solo cuatro años después Madrid ingresó en la Unión Europea. Y eso que España entró en la Alianza tras un giro histórico del PSOE de Felipe González que, en la oposición hizo campaña para boicotear el alineamiento del país con el club militar, pero ya en el Gobierno pidió el 'sí' en la consulta.
España y la OTAN: un antes y un después
Tras 40 años, la situación de España es diferente. Y el Ejecutivo no duda de que la imagen del país de cara al resto de sus socios es de aliado comprometido pese a que uno de los partidos que forman el Ejecutivo, Podemos, tiene una postura beligerante contra la OTAN.
Moncloa saca pecho por tener un soldado en todas las misiones de la OTAN. Por ellas han pasado 125.000 militares en 22 misiones con la rojigualda en el brazo. Para España es fundamental ese compromiso porque solo demostrando cohesión y solidaridad entre capitales aliadas, se puede disuadir a los enemigos militares de la Alianza.
El propio Ejército español, gracias a la membresía atlántica, ha tomado conciencia de sus capacidades operativas ha podido probarse y tomar nota de sus fortalezas y debilidades de las que los socios también han tomado nota. En pleno conflicto con Rusia, el Gobierno destaca que Moscú está atacando la idea misma de lo que es España por sus valores liberales occidentales. Por eso, Moncloa garantiza que nada tumbará el compromiso de España, un país en el que conviven dos almas: la europea y la atlantista y que, según el Gobierno, no son incompatibles. Todo un mensaje a Podemos. Hay OTAN para rato.
